Record para Buffon

Hablar de Buffon es hablar de palabras mayúsculas. Su carrera habla por sí sola y sus más de 20 años bajo palos dan muestras de la grandeza de un portero que ha marcado una época bajo palos. Se trata a mi parecer del mejor portero de la historia, mostrando un rendimiento excelente desde su debut, convirtiéndose en el traspaso más caro de la historia por un portero en su llegada a la Juventus. Demostró el amor pos sus colores manteniéndose en la veccia signora pese a bajar a segunda división por el escándalo del moggigate pese a tener ofertas de los mejores clubes de europa.

Sueño prohibido de Florentino Pérez para el Real Madrid, ahora el viejo Giggi ha batido el record de mas minutos imbatidos en serie A a sus 38 años y lo ha celebrado escribiendo una carta abierta a la portería que pone los pelos de punta. Buffon ha sido siempre un grande, admirado por toda la nueva generación de porteros que tratan de como él ser la mezcla perfecta entre altura y reflejos, algo muy difícil que sólo se ve una vez cada muchos años y que gracias a Dios hemos podido disfrutar viéndole cada domingo. Gracias Buffon.

«Tenía 12 años cuando te di la espalda. Renegué de mi pasado para asegurar tu futuro.

Una decisión de corazón.

Una decisión de instinto.

El mismo día que dejé de mirarte a la cara, sin embargo empecé a amarte.

A protegerte.

A ser tu primer y último instrumento de defensa.

Me prometí a mí mismo hacer todo lo posible para no cruzarme con tu mirada. O para hacerlo lo menos posible. Pero cada ocasión fue un sufrimiento, debía darme la vuelta para entender que te había desilusionado.

Todavía.

Todavía Una vez más.

Siempre hemos sido opuestos y complementarios, como la Luna y el Sol. Condenados a vivir uno al lado del otro, pero sin acariciarnos. Compañeros de vida a quienes se niega el contacto.

Hace más de 25 años hice mis votos: juré protegerte y guardarte. He sido el escudo contra tus enemigos. Siempre he pensado en tu bien, anteponiéndolo al mío. Y todas las veces que me he girado a mirarte intenté sostener tu decepción con la cabeza alta pero sintiéndome en parte culpable.

Tenía 12 años cuando le di la espalda a la portería.

Y continuaré haciéndolo. Mientras las piernas, la cabeza y el corazón aguanten».

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