Inicio duro para el Madrid

Este fin de semana comienza la liga Santander (este año cambia el banco que patrocina la liga) y no podía empezar más fuerte para el Real Madrid. Su primer partido de la temporada es en Anoeta ante la Real Sociedad y con numerosas bajas, entre ellas la de Cristiano Ronaldo. No es un campo que se le die bien al Madrid, donde siempre sufre ante el equipo donostiarra. Y además este año llega con la artillería muy justa de minutos (con Bale y Kroos con muy poco rodaje) y sin hombres importantes como el ya citado Ronaldo, Pepe y las dudas hasta el último momento de Benzema o Keylor Navas.

En los últimos años el Madrid no ha comenzado muy fuerte las temporadas y por ahí se le han comenzado a escapar muchos títulos ligueros, y este año un tropiezo en la primera jornada podría hacer saltar de nuevo todas las alarmas en una temporada que tendrá cargada de partidos (este año juega el mundialito de clubes no hay que olvidarlo) y en la que Barcelona y Atlético no suelen dar margen para el error. Zidane es consciente de ello y sabe que con sus bajas deberá cambiar el dibujo, como ya hizo en el trofeo Bernabéu como probatura de este partido.

Será el momento para ver en quien tiene más confianza para acompañar a Morata y Bale, si en Asensio o en Isco, al que últimamente se le ha visto más activo que nunca en los entrenamientos. Está claro que la suplencia en supercopa de James le hace partir en desventaja con respecto a los dos españoles y ya veremos si de ser así toda la temporada cómo acaba su caso que tiene pinta de no ser sencillo. Por lo demás la estructura que le hizo ganar la undécima se mantendrá con Casemiro Kroos y Modric a los mandos de la nave y con Carvajal y Marcelo en los laterales protegidos por el capitán Ramos. Que ganas de que empiece ya la liga para ver el proyecto de Zidane en el Madrid desde el inicio.

Los Blazers que pudieron ser

La franquicia situada en el estado de Oregón, los Portland Trail Blazers, siempre se ha caracterizado por ir acompañada de la mala suerte unida a decisiones erróneas históricas. A la ya conocida selección de Sam Bowie por delante de Jordan en el draft de 1984 (decisión en su momento lógica ya que contaban de escolta con Clyde Drexler y Bowie era un interior muy prometedor) a sus últimas selecciones del draft. Juntaron en el mismo equipo a LaMarcus Aldrige, Brandon Roy y Greg Oden, en lo que podía haber sido un equipo dominador y aspirante al anillo durante muchos años debido a la juventud de sus integrantes, y a la calidad de los mismos, pero otra vez más las desgracias se cebaron con los blazers en forma de lesiones

La estrella del equipo era un Brandon Roy que ya era uno de los mejores jugadores exteriores de la liga, promediando de forma sólida más de veinte puntos por noche y siendo en sus temporadas álgidas el jugador más seguro en el clutch time. Ya era un asiduo del All-Star, pero a sus 27 años sus rodillas maltrechas dijeron basta y se tuvo que retirar del baloncesto por miedo a poder quedarse cojo para el resto de su vida, una auténtica pena que nos privó de los mejores años de uno de los escolta más interesantes y completos de la última década.

Con Greg Oden el caso es más doloroso, se trataba de la elección número uno del draft de 2007 (en el que un tal Kevin Durant fue segundo), y se trataba del hombre interior más prometedor del país en los últimos tiempos, en una NBA cuya tendencia es hacia el small ball y donde los hombres interiores de calidad escasean, surgió Oden, por lo que los Blazers no dudaron en seleccionarle como número uno de su promoción. Pero a lo largo de sus tres primeras temporadas el gigante disputó 80 partidos en total, es decir, no llegó en tres temporadas a disputar los partidos que componene sólo una temporada. En lo poco que jugó se pudo ver algún fogonazo de lo que pudo haber sido de haber estado sano, pero de nuevo los problemas de rodillas frenaban las aspiraciones de los blazers.

Con LaMarcus nunca ha habido queja, ha sido el jugador franquicia hasta su marcha a los Spurs como agente libre, siempre rondando el doble doble de media cada temporada y haciendo competitivos cada año a su equipo. Pero la llegada de Lillard fue tardía para plantearse quedarse y sus aspiraciones de ganar un anillo lo llevaron a irse a Texas. Una lástima porque de no haber existido lesiones estaríamos hablando de uno de los equipos más compensados y con más talento de los últimos años, pero en los Blazers siempre tiene que pasar algo que arruine este tipo de historias.

Sonríe Coutinho sonríe Liverpool

El pasado fin de semana comenzó la Premier League, una de las más apasionantes de los últimos años por la vuelta a la super élite competitiva de equipos como Chelsea y United, los refuerzos del City, y el proyecto ya con pretemporada de Klopp en el Liverpool. Por plantilla es más que probable que los reds no aguanten en la cabeza, pero su victoria por tres a cuatro en campo del Arsenal, con actuación soberbia del jugador con más talento de toda la Premier, invitan al optimismo. Coutinho realizó una actuación descomunal, el media punta brasileño siempre ha sido una de mis debilidades y él solito finiquitó a un Arsenal que otro año más (este año antes de lo previsto) decepciona.

El partido fue vibrante con un Liverpool con un estilo más novedoso que el que puso en práctica el año pasado con Coutinho , Firmino por y Mané como puntas para salir como flechas y hacer daño con una presión alta al rival y una movilidad constante en ataque. Aun así comenzó perdiendo el partido tras el gol de Walcott (que previamente había fallado un penalti), pero se sobrepuso gracias a una obra de arte en forma de falta lazada por Coutinho que ponía las tablas en el descuento de la primera parte (se está especializando además en goles psicológicos en estos minutos). Y ya el comienzo de la segunda parte fue un vendaval de fútbol total por parte de los de Klopp en los que Lallana, Coutinho de nuevo y Mané pusieron en clara ventaja a los del Mersey.

Pero tras la lesión de Coutinho (esperemos que no sea para mucho tiempo ya que se trata del mejor jugador de la Premier) el Arsenal se estiró un poco y ,unido a la otro año más pobre defensa del Liverpool, pudo acercarse hasta el tres cuatro final que no fue más que un espejismo de un equipo que otro año más no parece preparado para el asalto a una Premier que promete estar más cara que nunca. Y el Liverpool si mejora defensivamente y Coutinho se aleja de lesiones e irregularidades estará peleando por puestos Champions y quien sabe si por algo más.

Simplemente Red Auerbach

Si hablamos del equipo más emblemático y más laureado de la NBA, nos estamos refiriendo a los Boston Celtics, y si destaca alguna figura por encima del resto (y mira que hay figuras en esta franquicia) ésa es la de Red Auerbach. Se trataba de un adelantado a su tiempo, que llevó a su los verdes a sus cotas más altas e inventó infinidad de sistemas nuevos de juego para acumular la friolera cifra de 16 anillos en 29 años. Fue un pionero además con la inclusión de la raza afroamericana en la liga, fue el primer entrenador que seleccionó a un afroamaericano en el draft para la NBA (allá por 1950 con la selección de Chuck Cooper), ya que para él no existían las razas, como llegó a afirmar «Si estos chicos son más fuertes y están más cualificados… ¿cual es el motivo de no contar con ellos?, ¿que son, marcianos?».

Pero si una figura destaca entre las elecciones de Auerbach esa es la de Bill Russell, con el que llevaría a la franquicia de Masachusetts a las cotas más altas vistas y que probablemente se verán en una franquicia con 11 anillos en 13 años (9 de ellos de Auerbach como entrenador y 2 como General Manager). Pero sus inicios en Boston como innovador no fueron fáciles, él había sido como jugador muy discreto y tras entrenar algunos años en St. Albans High School y en la Armada Norteamericana (los NAVY), en la base militar de Norfolk, los Boston Celtics le ofrecieron dirigir su equipo en una época de crisis para los orgullosos verdes. Sus primeras decisiones trajeron consigo la controversia de un público que terminó adorándole como si de un dios se tratara, debido básicamente a sus estrategias de intercambios y trades en las ceremonias del draft, además de por ser el inventor del contraataque y de un juego coral de equipo que encajó tan bien en la filosofía trabajadora de la ciudad.

Pero si una imagen define la figura de Red Auerbach, esa es la del técnico fumándose un puro a falta de pocos minutos cuando el partido estaba ya resuelto, en lo que le gustaba denominar el puro de la victoria, llegó a decirle una vez al mism´simo Larry Bird esta frase «estos puros sólo pueden ser fumados cuando se gana; sino pierden su valor. Para fumarte un sensacional puro de estos, tienes que ganártelo, amigo». Genio y figura sin duda. Era tan icónica su imagen con el puro que en todos los restaurantes de Boston se prohibió fumar salvo si eras Red Auerbach. Desgraciadamente un ataque al corazón en 2006 se llevó a esta gran figura del baloncesto que amó a los Celtics por encima de todo y que vio como se retiraba el número 2 en su amada franquicia en su honor.

El increíble caso de Oscar

El Chelsea comenzó la nueva temporada con una trabajada y sufrida victoria en el último minuto del partido frente al West Ham. Las buenas noticias fueron que parece que los blues han vuelto a recuperar su consistencia, la acoplación de Kanté es perfecta al equipo, y sobre todo que tanto Hazard como Diego Costa marcaron los goles de la victoria ayer. Pero si algo desentonó ayer en el equipo de Conte fue otra temporada más (y no se cuantas van ya) el brasileño Oscar. El jugador por el que apostó Mourinho en su momento, prescindiendo de jugadores como De Bruyne o Mata en favor del brasileño, no ha dado un solo motivo a la hinchada para la alegría. Desde que aterrizó no ha demostrado porqué el Chelsea apostó por él tras su grandiosa actuación en la Final de la Copa Mundial sub-20 de 2011 frente a Portugal, donde en la final anotó un hat-trick.

Desde su llegada, en la que eligió el dorsal número 11que había pertenecido hasta ese año a la leyenda del club Diddier Drogba, jamás demostró estar a la altura, pero lo curioso de su caso es que esté el entrenador que esté Oscar suele comenzar las temporadas de titular para ir diluyéndose en la suplencia a lo largo de la misma. Anoche Conte volvió a apostar por él y de nuevo obtuvo un partido más que discreto por parte del carioca, al que sólo le salva quizás que no haya ahora mismo mucha competencia en ese puesto a día de hoy, pero quizás la variante de usar a Fábregas de media punta con Hazard y Willian a los costados y Costa arriba sea la fórmula idónea de un Chelsea que espera no repetir la pésima temporada anterior y en la que Oscar parece de nuevo no estar a la altura.

Al Sevilla le faltó fuelle

El partido de ida de ayer se presentaba como una buena oportunidad del Sevilla para mostrar a su público su nuevo estilo. Y durante la primera parte se vio lo que Sampaoli quiere, presión muy fuerte, todos implicados en recuperar y en cuanto se pueda salir hacia la portería contraria con todo. Y el hombre perfecto para ese fútbol y que va a crecer mucho con el técnico argentino es Vitolo, un portento físico que defiende y ataca por igual y que es un martirio por banda para cualquier defensa.

El Sevilla comenzó bien el partido, amén de una parada en los primeros minutos de Sergio Rico a Suárez que hubiese cambiado el devenir del partido, supo defender al Barcelona y con Mariano y Franco Vázquez llegar bien a línea de fondo. Lástima que Vietto desentone tanto en este equipo que en cuanto encuentre a ese delantero que le de lo que necesita va a ser muy peligroso.

Pero la segunda parte fue muy distinta y el Sevilla acusó el desgaste del partido del martes en Noruega y la fuerte presión que realizó en la primera parte, a partir de ahí el centro del campo del Barcelona mucho mas cómodo  con espacio comenzó a generar más y así llegaron los dos goles que pudieron ser más. La buena noticia para el Sevilla fue que aunque el título está prácticamente perdido la temporada acaba de comenzar y que si coge rápido el tono físico va a ser de nuevo un Sevilla difícil de batir.

Pat Riley y su primer fracaso

Pat Riley, el denominado Rodolfo Valentino por el irrepetible Andrés Montes, desde que dejó de ser jugador se ha caracterizado por ser un tipo al que casi todo le sale bien. Cogió a los Lakers tras la destitución de Paul Westhead, y les hizo ganar cuatro anillos, convirtió a los Knicks de Ewing y Stark en uno de los mejores conjuntos de los 90 pese a no ganar nunca un anillo con ellos y ya en Miami es donde ha destacado su faceta de reclutador de estrellas, primero con la llegada de Shaquille O´Neal, con el que como entrenador volvió a ganar un anillo y luego formó el grandísimo big three con Wade LeBron y Bosh que les llevó a cuatro finales y dos títulos. Hasta aquí todo una carrera de éxito, pero este verano se ha producido un hecho que ha sorprendido a más de uno, y es la marcha de Wade a los Chicago Bulls. El jugador nacido en la ciudad del viento no perdonó que Riley no pusiera como máxima prioridad su renovación después de todo lo que ha dado el 3 a la franquicia (de la que es considerado el mejor jugador de su historia por méritos propios) y terminó por marcharse.

Riley por su parte reconoció públicamente su error y se ha visto obligado a reconstruir de nuevo el equipo tras la marcha del escolta. Los Miami que tenían un proyecto bastante sólido pese a la marcha de Lebron, es cierto que la inesperada explosión de Whiteside ha ayudado mucho a mantener el nivel competitivo, pero se ha visto truncado primero por los problemas de corazón de Chris Bosh, y ahora por la marcha de un Wade que deja un vacío difícil de llenar para los de South Beach. No sería la primera vez que Riley se saca un gran as de la manga pero este año va a ser largo y difícil para los del sur de Florida.

Divac-Petrovic amistad rota

Cuando se habla de Divac y de Petrovic se habla de probablemente la mejor generación del baloncesto FIBA de la historia, una selección yugoslava que durante la década de los ochenta era prácticamente intratable y dominaba con solvencia los torneos. Dos de sus jugadores más destacados, quizás los más junto con Kukoc, eran Vlade Divac y Drazen Petrovic. Ambos jugadores pese a jugar en equipos distintos, el pívot en el Partizan y el base en la Zibona de Zagreb, entablaron una gran amistad durante todos estos torneos nacionales, hasta el punto de que eran siempre compañeros de habitación. Su marcha juntos com casi pionesros a la NBA en 1989 a Los Ángeles y Portland respectivamente les unió más si cabe ya que se apoyaban el uno en el otro para pasar los malos moemntos de la adaptación a otro baloncesto y a otra cultura. Se dice que las llamadas entre ellos eran constantes a lo largo de esos años.

Todo era felicidad entre ellos estaban consiguiendo su sueño de triunfar en la NBA (los primeros años de Petrovic por falta de oportunidades y minutos no fueron muy buenos) y se presentaba además el Mundial de baloncesto de Argentina de 1990. Allí llegaba la selección de Yugoslavia como máxima favorita y no defraudó ganando en semifinales a los EEUU y en la final a la Unión Soviética (aunque hay que recordar que para este torneo los jugadores Lituanos habían declinado ir entre los que se encontraban un tal Sabonis). Hasta aquí todo normal, pero tras el pitido final comenzó la celebración, Divac y Petrovic se fundieron en un abrazo sincero y en esos momentos un cámara con la bandera croata se les acercó, Divac se dio cuenta y le quitó la bandera arrojándola al suelo en señal de que era una victoria de toda Yugoslavia, no de Croacia, algo que sentó muy mal en el país y peor a su amigo y compañero Petrovic que tras este incidente no volvió a dirigir la palabra.

Tras la disgregación de Yugoslavia en el 92 y la muerte de Petrovic en el 93 su relación era nula y en el funeral del mago de Sibenik un gigantón Divac echó a llorar sincerándose con unas declaraciones llenas de sentimiento «Lo que más me duele es que no he podido decirle adiós. Llevábamos sin hablarnos mucho tiempo, y lo siguiente que escuché fue que había muerto. Era como si yo me muriese a la vez. Ha sido lo peor que me ha sucedido jamás, y ya nunca podré arreglarlo». Un duro testimonio fruto de una guerra absurda que separó a dos de los mejores jugadores europeos de la historia.

El Barcelona sigue con sus problemas

La victoria ayer en el Gamper del Barcelona dejó unas dudas que corroen a Luis Enrique desde que llegó, y es la consistencia defensiva y el nivel de los centrales del conjunto blaugrana. Primero fueron Douglas, Mathieu y Vermaelen en los últimos grandes lucimientos de Zubizarreta como director deportivo que además de haber pagado una millonada (la suma entre el belga y el francés asciende a casi 50 millones) no daban el nivel de un club como el de la capital condal. El año pasado tras haber conquistado el triplete y con la sanción FIFA no hubo grandes movimientos en esa parcela salvo el de un Aleix Vidal que no cuenta para Luis Enrique por problemas internos. Y ya este año y sabiendo que el equipo estaba compensado salvo en el centro de la zaga su apuesta ha sido la del joven francés Umtiti, que no parece que esté a día de hoy y visto lo visto para jugar al máximo nivel. La necesaria renovación de Mascherano ya se anunció, porque la marcha del argentino hubiera supuesto un auténtico agujero negro en el Barcelona.

Otra temporada más y tras varios rumores de centrales de calidad el Barcelona inexplicablemente gasta el dinero en hacer overbooking en el centro del campo y no contrata ni a un central de garantías ni a un cuarto delantero que supla de verdad cualquier contratiempo de la MSN. La labor de Robert Fernández dista mucho de ser la adecuada y ha perdido fichajes que parecían cantados para el club catalán (Pogba, Gabriel Jesús, Marquinhos…). El Barcelona volverá a aspirar a todo este año y junto con el Madrid es el máximo favorito para la orejona, pero su fragilidad defensiva ya dura desde la última y accidentada por las lesiones temporada de Puyol. Es ridículo que un club con un presupuesto y una categoría como el Barcelona sea incapaz de encontrar un jugador que le de esa seguridad y categoría que necesita para no vivir sólo de que sus delanteros batan récords de goles año tras año.

Otra vez Ramos

El partido de anoche fue un clásico partido de mediados de verano en el que se vio a un Sevilla más rodado que pudo con el Madrid hasta que el físico hispalense dijo basta. El proyecto de Sampaoli comienza a tener buena pinta y ya se han visto que el modelo de fútbol que utilizó en Chile es el que se va a ver en el Pizjuán durante esta temporada, intento de recuperar rápido el balón, ser un bloque unido y hacer daño con la posesión. Aún así comenzó perdiendo tras una obra de arte de un Asensio que se ha convertido por derecho propio en el protagonista del verano en el Madrid. Pero supo sobreponerse al golpe y remontar el partido, para aguantar los últimos minutos las embestidas blancas. Y en estas apareció el especialista a balón parado en finales y en los últimos minutos.

Si ya en Lisboa se convirtió con su cabezazo en mito madridista, su gol en la final del mundialito de clubes, más el de la final de la champions de este año y unido al de anoche lo convierten en el experto en finales. Nadie sin ser delantero habrá conseguido ser tan importante en partidos de tal calibre como Sergio Ramos, un jugador que nunca se rinde y que gracias a sus apariciones ha conseguido ya varios títulos de suma importancia para el Madrid. Y para más morbo lo ha hecho esta vez ante el Sevilla de sus amores, con el que mantiene una relación amor-odio con la afición. Con su cabezazo de anoche en el descuento otra vez mandó el partido a la prórroga donde una gran jugada de Dani Carvajal acabó en gol del lateral para dar el título al equipo de Zidane y dejar a un Sevilla con un pobre bagaje de 1 de 5 Supercopas ganadas.

La historia se volvió a repetir, un Madrid con todo perdido rescatado por un cabezazo de Ramos en el descuento para en la prórroga volver a ganar un título. La verdad que los títulos sufridos se saborean más y pese a que el de ayer no es el trofeo más codiciado seguro que todo el madridismo cantó a pleno pulmón un nuevo milagro de su capitán.

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