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Sangre sudor y lágrimas

Alivio es lo que supuso el pitido final para Argentina, tras ponerse por delante tan sólo a falta de cinco minutos para la conclusión. El partido que realizó el equipo fue flojísimo, con unos buenos veinte primeros minutos, un decente final de primera mitad y una bochornosa segunda parte, donde en absoluto mereció el pase a los octavos del Mundial. No supo administrar un partido que tenía controlado absolutamente y a punto estuvo de quedarse con todo merecimiento fuera del Mundial.

Messi también tiene parte de culpa, ya que pese a anotar un gran gol, su segunda parte fue la de un jugador falto de carácter, de alma y ambición por seguir en el Mundial. En ningún momento se echa el equipo sobre su espalda o lo lidera con el ejemplo del sacrificio, sino que cuando peor están las cosas más desanimado y apático se vuelve el 10, algo muy preocupante ya que con esta selección va a tener más momentos malos que buenos.

Mascherano, quizás el jugador argentino más fiable de los últimos años, está cuajando sus peores partidos al frente de la selección, con pérdidas de balón absurda o penaltis sin sentido como el de ayer. No está siendo el medio que llega a todo y da seguridad a todo el frente de ataque, además de verse superado por Musa con facilidad cada vez que el africano le encaró durante el partido. Aún con todo Argentina pasó y prolongó lo que todo indica que será una agonía para el próximo partido ante una Francia que sin dar muestras de gran consistencia sabe que a esta Argentina con muy poco se la hace mucho daño, y que muy probablemente se autodestruya ella misma.

Messi no lo intenta

Argentina vivió anoche un batacazo histórico al perder ante Croacia y dejar su futuro en el Mundial dependiendo del Nigeria Islandia. La derrota ante Croacia no es ninguna sorpresa, lo que si es una sorpresa es la manera en la que se ha producido y con la contundencia con la que se ha dado. Nadie esperaba que la albiceleste diese esa pésima imagen con un Messi que se evidenció lo mal rodeado que estaba, pero que también dejó claro que Leo Messi no está preparado para ser el líder que necesita Argentina.

Messi dio durante el partido menos pases que su propio portero Caballero, un dato que deja en evidencia y sin defensa a un jugador que ni siquiera lo intentó ante Modric y compañía. Entre este partido y el anterior ante Islandia (en el que falló un penalti que hubiese dado la victoria a su selección) la actitud y el fútbol que ha desplegado Mesi es impropio de él. Ni la justificación de que no está bien rodeado puede exculpara sus dos actuaciones cuando estaba deseando a priori que comenzase esta Copa del Mundo que puede ser su última al máximo nivel.

Ahora sólo le queda rezar para que Nigeria gane a Islandia y los de Sampaoli puedan depender de sí mismos casi en la última jornada. El único problema será el polvorín que pueda dejar en el equipo esta dura derrota, en la que ya jugadores como Agüero dejaron claro con sus declaraciones contra Sampaoli que el ambiente en el equipo está muy tenso y así es difícil que exista química en el equipo.

A Griezmann se le ve el plumero

Ayer la expectación en la concentración de Francia era máxima ya que tras el entrenamiento Steven Nzónzi y Antoine Griezmann, el hombre más perseguido por la prensa hasta el momento, ofrecían una conferencia de prensa. Todos esperaban que el delantero zanjase los rumores sobre su futuro y aclarase si se quedaba en el Atlético de Madrid o finalmente se marchaba al Barcelona a jugar al lado de Messi. Pero antes de aceptar ninguna pregunta ya dejó claro que no iba a responder a ninguna pregunta sobre su futuro, con lo que la rueda de prensa y lo que tenía que contar pasó a un segundo plano.

Lo cierto es que era un gran momento para zanjar todos los rumores sobre su futuro y aclarar definitivamente dónde jugará el año que viene. Pero el francés sigue con su juego de despiste y esperará hasta antes del sábado, que es cuando juega su selección el primer partido, para hacer oficial su decisión. Esta absurda espera no tiene más sentido que espera que el Barcelona iguale definitivamente la oferta de más de veinte millones anuales que le ha propuesto el Atlético. Griezmann quiere ir al Barcelona, pero quiere ir con un sueldo lo más alto posible y por eso está apretando las tuercas al máximo, y en caso de no ver un cambio de oferta de los azulgrana parece que aceptará quedarse en el Atlético.

Las cosas están así, ya que ayer reconoció el de Caen que tiene la decisión ya tomada. por lo que esperar a comunicarla es un absurdo sin sentido que sólo se justifica con que está a la espera de un último movimiento por parte de la directiva azulgrana. Y esta no parece que vaya a producirse ya que el Barcelona confía en el atractivo de los títulos que pueda ganar en el club condal y la motivación de jugar junto a Messi por lo que espera impaciente, por eso le reservó el 7 la temporada pasada, que el galo anuncié un cambio de aires y deje el Atlético de Madrid.

Un Barcelona ‘desnaturalizado’

El Barcelona cumplió en Vigo para llevarse un empate que le mantiene como invicto en esta liga y que le hace haber podido rotar a todos los titulares salvo Ter Stegen para la final de Copa de este sábado. Pero lo hizo con una alineación en la que por primera vez en 16 años ningún jugador de la Masía era de la partida, lo que deja clara la nueva política de una directiva desnortada desde el aterrizaje del presidente Bartomeu.

El Barcelona, sin canteranos pero con jugadores pagados a base de talonario, fue zarandeado por un Celta que cuando Iago Aspas y Wass están en buena forma es un equipo temible, sobre todo en Balaídos. Así la primera parte el Barcelona se sostuvo sólo por el gran estado de forma de su portero, y por un Coutinho que parece que es el único empeñado en justificar que sí fue acertado su fichaje por el Barcelona pese a su alto precio.

Aún así el Barcelona se puso por delante con ese alma en pena que vaga por el campo llamado Dembélé, que pese al gol sigue dejando muestras preocupantes de desconexión y de apatía. Tras el descanso al que se llegó con justicia con 1-1 con gol de Jony, llegó el momento Messi. Durante los diez minutos en los que entró y que el Barcelona se mantuvo con 11, el Celta se vio sobrepasado totalmente por la figura de un jugador que cambió a todo el equipo e inició la gran jugada colectiva que terminó con el 1-2 de Alcácer (aunque el gol es 99% de Paulinho ya que su tiro iba dentro y Alcácer la toca en la línea para asegurar).

Pero entonces llegó el momento de Aspas, con un desmarque de libro le ganó la espalda a Sergi Roberto y Yerry Mina y el primero lo agarró descaradamente cuando se disponía al mano a mano con Stegen. Roja directa para el recién entrado (que no le priva de la final de Copa) y el Celta que volvió a dar un paso adelante. Empató en los últimos minutos por medio de Aspas, quién si no, con ayuda de su mano de manera involuntaria. Pero el Barcelona dejó claro que cuando se desnaturaliza no tiene norte, y al final los de casas deben arreglar el desaguisado.

Desperdiciar sus mejores años

El Barcelona cayó ayer con estrépito ante la Roma, en lo que ya forma parte de uno de los recuerdos más negros de su historia. Nadie esperaba un batacazo semejante, ni el Barcelona había aventurado tantas debilidades como para pronosticarlo si quiera, pero la Roma dio una lección de intensidad ayer que hacía tiempo que no se veía. Y lo peor de toda esta situación es que es la tercera vez consecutiva que el Barcelona queda apeado, y cuarta en cinco años, en cuartos de final de la Champions League.

Y lo peor es que lo hace con el mejor jugador de su historia en sus filas, con un Messi que va a cumplir su duodécima temporada en el Barcelona y que «sólo» ha ganado cuatro Champions, aunque la primera fue testimonial. Da la sensación que el Barcelona no ha aprovechado el impulso que su estrella le ha dado. No es posible que un equipo que cuenta con Messi en sus filas haya sido eliminado por equipos como la Roma, el Atlético o la Juventus, y más de la manera en que ha sido eliminado por estos equipos. Da la sensación de que cuando Messi cuelgue las botas el Barcelona no habrá aprovechado en Europa el paso de este fenómeno y que difícilmente se repetirán tiempos semejantes o mejores sin él.

Es un día muy triste para el Barcelonismo, pasar de estar realizando una campaña casi perfecta, a darse de bruces con una realidad, la política de fichajes ha sido pésima desde hace cinco años, y sólo ha sido maquillada por las anchas espaldas del 10, que ha hecho que el Barcelona gane ligas y Copas del Rey a un ritmo vertiginoso. El Barcelona debería haber dominado durante la última década la competición continental, y sin embargo sólo llegó a tres finales y a una semifinal, un bagaje pobrísimo que deja la sensación de que se podía haber conseguido mucho más con directivos con dos dedos de frente, y no la política de bandazos a la que ha sido sometido el club desde la marcha de Laporta. Espero equivocarme pero me temo que no se verán muchas Copas de Europa próximamente con el sello del Fútbol Club Barcelona.

El Barcelona una incógnita como visitante

El Fútbol Club Barcelona se encuentra en un momento extraño de sensaciones, por un lado está brillantemente clasificado para la Final de Copa del Rey, en Liga sigue líder destacado con 7 puntos de ventaja sobre su actual perseguidor, y en Champions pasó como primero de grupo e invicto en un grupo con la Juventus como principal contrincante en la lucha por el liderato. El ambiente debería ser de euforia y de confianza, pero nada más lejos de la realidad, los últimos partidos ligueros de los blaugrana en Liga, donde han dejado escapar 4 de los últimos 9 puntos, unidos al rival de esta noche hacen que haya cierta preocupación en el entorno culé.

El Barcelona, pese a estar invicto esta temporada (sin contar la Supercopa de España), fuera de casa no está dando las mejores sensaciones. Salvo en el Clásico, no ha sido capaz de ganar ni a Atlético ni a Valencia, cosechando sendos empates con goles en el último tramo de los partidos, y en Champions la cosa no mejora, empate sin goles en Atenas ante Olimpiacos y en Turín ante la Juventus (cierto que en ambos Messi fue suplente y rotó), y ante el Sporting de Portugal ganó por la mínima merced a un gol en propia del conjunto lisboeta.

Por tanto, los números pueden maquillar algunas dificultades del Barcelona, que además tendrá en frente a uno de los pocos equipos a los que Messi no ha marcado jamás (y ya van ocho enfrentamientos), y uno de los campos que peor se le dan a los de Valverde, donde sólo han cosechado una victoria en todas sus visitas. Conte además lleva tiempo obsesionado con este partido y sabe los puntos débiles de un Barcelona que debe dar un golpe sobre la mesa para despejar todas las dudas que hay en torno al equipo.

Adiós al Mago de la Sonrisa

Ronaldinho Gaúcho anunció que cuelga las botas de manera oficial, tras casi dos años deambulando sin equipo. El brasileño, que dominó el fútbol a su antojo por un breve (quizás demasiado) periodo de tiempo nos deja ya sólo con el recuerdo de sus gambetas y su regates a menudo inverosímiles, pero siempre con esa sonrisa tan característica suya.

Él solo cambió el rumbo de un Barcelona que naufragaba a la deriva desde hacía varias campañas. La presidencia de Gaspart casi acaba con el club y llegó Laporta para dar un lavado de imagen y un impulso de nuevo al club. Su primera opción fue Beckham, pero tras arrebatárselo el Real Madrid, apostó por Ronaldinho, que venía de ser campeón del Mundo en Korea y Japón.

Ya desde su debut, en el partido del gazpacho (se jugó a las 12 de la noche), anotó una auténtica obra de arte ante el Sevilla, dejando la sensación ya al Camp Nou de que estaba ante un jugador diferente. Su progresión en el equipo fue espectacular y conquistó la segunda Champions para el Barcelona en París ante el Arsenal.

Además acogió bajo su ala a un canterano recién ascendido al primer equipo, de nombre Leo Messi, al que por cierto dio su asistencia para su primer gol. Pero una vez que alcanzó la cima, no aguantó. El genio no quiso cuidar su cuerpo y poco a poco su juego se fue apagando, siempre con algún destello o alguna genialidad, pero ya muy aislada, teniendo que abandonar el Barcelona con el desembarco de Guardiola.

Quizás es cierto que fue demasiado corto su reinado, que pudo estar más tiempo al máximo nivel, pero lo que realmente tenemos que quedarnos de él es con la felicidad que tenía al jugar y con ser junto a Maradona el único jugador del Barcelona que ha salido ovacionado del Santiago Bernabéu tras su exhibición de 2004.

Valverde y el triunfo del trabajo bien hecho

Ernesto Valverde ya ha firmado el mejor inicio de temporada en la historia del Fútbol Club Barcelona. El equipo está invicto en todas las competiciones y marcha con nueve puntos de ventaja sobre el segundo clasificado en Liga además de haber pasado de ronda en Copa y terminado como primero de grupo en Champions. Y lo ha hecho todo tras uno de los veranos más complicados (si no el que más) de la historia del Barcelona. El txingurri se encontró con el terremoto veraniego de Neymar y lo supo gestionar como mejor sabe. Sin levantar una palabra pero teniendo claro la idea de juego y de equipo que quería.

Acertó cuando fue el único que apostó por Paulinho, ha sabido sobreponerse a no poder contar con Dembélé en todo lo que llevamos de temporada prácticamente, y ha jugado en todos los campos complicados del campeonato salvo en el Pizjuán sin haber perdido uno solo. Y todo en un clima de calma que hacía mucho que no se vivía en Can Barça. Es el triunfo de un hombre tranquilo que merecía la oportunidad de entrenar a un equipo grande y que la está aprovechando al máximo.

Y el Sábado fue otra exhibición. Poco a poco, Valverde ha cambiado la estructura del juego del Barcelona para hacerle un equipo más rocoso, más difícil de atacar y menos vulnerable en defensa, algo de lo que llevaba años adoleciendo el equipo. Y todo ello sin que Messi (pichichi del campeonato) o Suárez (al que le ha costado entrar en dinámica por molestias en su rodilla), se hayan resentido en sus cifras goleadoras. Ambos marcaron en el Bernabéu para dejar la liga sentenciada prácticamente y para dar un golpe sobre la mesa dejando claro que este Barcelona sabe competir ante cualquier rival y en cualquier estadio.

El Madrid obligado a ganar

El ‘Clásico’ llega este sábado con urgencias máximas para el Real Madrid que ve como el Barcelona está a 11 puntos de distancia ahora mismo (con un partido más) y con la tranquilidad de que pase lo que pase seguirá siendo líder destacado del campeonato. El Madrid por su parte tendrá que hacer frente al cansancio que le ha supuesto el Mundialito de Clubes y que puede provocar bajón físico durante el trascendental partido.

El Madrid parte como favorito, tiene la necesidad de ganar, con el público a su favor, y con una plantilla bastante superior a la del Barcelona, por mucho que la clasificación diga lo contrario. Pero en el Barcelona juega Messi, que tiene tomada la medida al Madrid (es el máximo goleador de la hsitoria de los clásicos) y al Bernabéu y puede cambiar él solo el devenir del partido. Pero en condiciones normales el Madrid es favorito total para un partido que puede dejar fuera de la liga al Madrid cuando no se lleva disputado ni la primera vuelta del campeonato. Valverde es muy consciente de eso y alineará a cuatro centrocampistas para intentar hacer frente al poderío blanco en la medular y marcar con especial atención a un Isco que a día de hoy es el elemento diferencial del Madrid con diferencia.

Zidane se guardará la carta de Gareth Bale para la segunda parte para intentar aprovechar el cansancio de los titulares y aprovechar los posibles espacios que puedan aparecer. Valverde perdió a su principal revulsivo arriba que era Alcácer, y Deulofeu se lesionó esta misma semana por lo que unidos a la baja de Dembélé deja con muy pocos efectivos el frente de ataque de un Barcelona que con Messi y Suárez recuperando su mejor nivel tratarán de asaltar por segundo tercer año consecutivo el Santiago Bernabéu y dejar al Madrid fuera de la lucha por la Liga.

El Wanda recibe a Messi

Este sábado será el primer partido de Messi en el nuevo feudo rojiblanco que se engalanará hasta la bandera para recibir la visita del actual líder e invicto de la liga Santander. El partido será de máxima tensión ya que ambos equipo están imbatidos en liga, están primero y cuarto en la tabla respectivamente, y sus enfrentamientos son sinónimos de partidazos. Y gran parte de esta mística en los partidos se debe a la figura de Messi, que ha convertido al Atlético en una de sus víctimas favoritas de la liga.

El Cholo todavía no sabe lo que es ganar al Barcelona en liga desde que llegó. Sus victorias ante los culés siempre llegaron en Champions, y en liga el bagaje es malo. Pero el nuevo estadio supone un soplo de energía para los rojiblancos que esperan que esta vez sí, la estadística cambie y puedan llevarse unos tres puntos que necesitan como el comer para no distanciarse ya excesivamente de los de Valverde, que ahora mismo están 6 puntos por encima de los colchoneros.

Pero no todo son buenas noticias para el Atlético, pese a que ya no viene Neymar, una auténtica pesadilla los últimos años para la zaga rojiblanca, llega un Messi pletórico tras su hat trick con Argentina y un inicio goleador en liga de récord. Lleva ya 11 goles y ha hecho que todos los partidos de los azulgranas esta temporada se cuenten por victoria, sin que le afecten la lesión de Dembélé o el mal momento de forma de Suárez que está lejos de su mejor versión en este inicio de campaña. Pero está Messi, que tiene ganas de hacer temblar al Wanda tanto como ya lo hiciera los últimos años al Calderón.