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Eliminatoria para olvidar

Malísima eliminatoria la que ha protagonizado el Atlético de Madrid en los octavos de la Champions League ante el Chelsea. Ha sido superado en todo por le conjunto inglés que de la mano de Tuchel parece otro equipo totalmente diferente al que deambulaba sin espíritu ni plan con Frank Lampard. Desde el partido de ida el equipo de Londres fue muy superior y tuvo un control aplastante sobre la eliminatoria. Desde la llegada del técnico alemán, no ha perdido ningún partido y sólo ha recibido dos goles en trece partidos, lo que indica el buen trabajo que va realizando el técnico bávaro.

Por su parte Simeone no tuvo grandes reacciones como en otras eliminatorias, el cambio de Suárez al poco de comenzar la segunda parte confundió y mucho al equipo y las decisiones de que no jugara Lemar desde el inicio condicionó mucho el juego del equipo, intentó imponer físico en el medio con la entrada de Saúl, pero a la hora de salida de balón el equipo no tuvo ideas y el Chelsea recuperó muy fácilmente cada vez que lo perdía. La presión arriba de los de Tuchel y las salidas a la contra rapidísimas con un Werner que volvió loco a la zaga maniataron a toda la defensa colchonera.

Lo más preocupante de esta eliminatoria es que el Atlético no ha tenido una sola ocasión clara en 180 minutos de eliminatoria, y eso sí que es algo que no es normal. Con los problemas en la portería que ha tenido el Chelsea este año, el lío de Kepa, que pone más presión sobre el portero Mendy, y ni por esas. Sólo se contabilizó un disparo a puerta de Joao Félix mordido tras tocar en un defensor y poco más bagaje en una vuelta en la que el conjunto rojiblanco tenía que ir a marcar un gol. Ahora sólo queda centrarse en la Liga que sería un título que haría que la temporada fuese muy buena para los de Simeone, pero habrá que ver si esta decepción les afecta en el próximo partido del domingo ante el Alavés.

Resaca de una decepción

La eliminación del Real Madrid en el Etihad a manos del Manchester City estropeó un final de temporada brillante por parte del Madrid, que había hecho una vuelta del confinamiento magnífica, estaba imbatido y contaba todos sus partidos por victorias salvo el empate en una última jornada sin trascendencia ante el Leganés, y ha provocado dudas sobre el proyecto y la figura de Zidane, hasta hace poco indiscutible.

Son injustas estas dudas que surgen en torno a la figura del técnico francés, es cierto que en el partido de vuelta no estuvo muy acertado, pero sus números hablan por sí solos, y para ser el entrenador del Real Madrid no hay que ser el técnico con más táctica, sino un hombre duro al que respeten los jugadores y con galones para tomar las decisiones, algo que Zidane tiene y de sobra en este Madrid.

Las dudas que surgen respecto al grupo son exactamente las mismas que hubo tras la eliminación a manso del Ajax el años pasado, es el mismo bloque que cayó otra vez en octavos ante los ingleses, salvo con Hazaard y Mendy en el equipo titular. En la vuelta de ese encuentro hay que recordar que tampoco estuvo Ramos. El mercado ahora mismo no permite realizar una gran revolución en el equipo, de hecho tampoco creo que sea necesario, pero es cierto que los fichajes del año pasado no han dado la talla, en especial Jovic y Hazaard, ambos con vitola de estrella y muy lejos del nivel mostrado el año anterior.

De momento parece que se recupera finalmente a Odegaard, para dar aire fresco al centro del campo y empezar a pensar en la jubilación paulatina de Modric al que la edad empieza a hacer mella. Otro tema será ver qué se hace con Bale, si finalmente se puede colocar al igual que James y aligerar los salarios de una plantilla que ahora mismo ahogan las arcas del club.

Duelo fraticida

El Liverpool se complicó anoche sobremanera en el pequeño Maracaná de Belgrado la clasificación para los octavos de la Champions League de este año cuando defiende su condición de subcampeón del año pasado. Salió dormido y cuando se quiso dar cuenta perdía 2-0 y tenía en frente un rival que no concedió una sola ocasión clara a los red en todo el partido. Sturridge en lugar de Firmino y la entrada en el once de Lallana, deplazando a Wijnaldum al medio centro dejando a Fabinho en el banco fueron lapidarios para los de Klopp que perdieron una oportunidad preciosa de dejar casi sellada la clasificación, pero que sin embargo ahora ven como tienen dos duelos a muerte por pasar a la siguiente fase ante PSG en París y ante el Nápoles en Anfield. El juego fue malo y el juego de Salah es cada vez menos participativo en el Liverpool, que ve como su estrella del año pasado está a un nivel demasiado bajo. Mané y Firmino desplazados a las bandas en la segunda aprte no fueron tan decisivos como acostumbran, auqnue la entrada del brasileño en el segundo tiempo hizo que el Liverpool dominara mucho más en tres cuarts de campo y favoreció con su juego entre líneas las incorporaciones constantes de Robertson.

El empate entre el Nápoles y el PSG deja el grupo con opciones para todos ya que tanto Nápoles como Liverpool están en cabeza con 6 puntos y el PSG y el Estrella Roja les siguen de cerca con cinco y cuatro puntos respectivamente. Uno de los tres favoritos quedará fuera y ahora mismo sería el PSG, lo que sería un duro batacazo para el proyecto de Neymar y Mbappé. La próxima jornada será clave ya que el Nápoles con una victoria estaría clasificado automáticamente si el PSG no gana al Liverpool, por lo que ese duelo en el Estadio de los Príncipes va a ser una final en toda regla, por los equipos que la disputan y por lo mucho que se juegan, ya que los problemas del fair play financiero se agravarían sobremanera para el PSG sin los ingresos de clasificarse para octavos. El jeque, que anda mosca tras las filtraciones de la web footbal leaks en las que se aseguraba que la UEFA habría tapado sus dopajes financieros, tendría serios problemas de retener a sus estrellas este verano si el proyecto vuelve a fracasar antes incluso de la decepción que supuso el año pasado y gracias, ya que hay que recordar que en el duelo ante los italianos Di María evitó el desastre al anotar el empate en el último minuto lo que podría haber dejado una situación incluso más complicada que la de ahora.

Sangre sudor y lágrimas

Alivio es lo que supuso el pitido final para Argentina, tras ponerse por delante tan sólo a falta de cinco minutos para la conclusión. El partido que realizó el equipo fue flojísimo, con unos buenos veinte primeros minutos, un decente final de primera mitad y una bochornosa segunda parte, donde en absoluto mereció el pase a los octavos del Mundial. No supo administrar un partido que tenía controlado absolutamente y a punto estuvo de quedarse con todo merecimiento fuera del Mundial.

Messi también tiene parte de culpa, ya que pese a anotar un gran gol, su segunda parte fue la de un jugador falto de carácter, de alma y ambición por seguir en el Mundial. En ningún momento se echa el equipo sobre su espalda o lo lidera con el ejemplo del sacrificio, sino que cuando peor están las cosas más desanimado y apático se vuelve el 10, algo muy preocupante ya que con esta selección va a tener más momentos malos que buenos.

Mascherano, quizás el jugador argentino más fiable de los últimos años, está cuajando sus peores partidos al frente de la selección, con pérdidas de balón absurda o penaltis sin sentido como el de ayer. No está siendo el medio que llega a todo y da seguridad a todo el frente de ataque, además de verse superado por Musa con facilidad cada vez que el africano le encaró durante el partido. Aún con todo Argentina pasó y prolongó lo que todo indica que será una agonía para el próximo partido ante una Francia que sin dar muestras de gran consistencia sabe que a esta Argentina con muy poco se la hace mucho daño, y que muy probablemente se autodestruya ella misma.

El momento de Mbappé

Esta noche el PSG vive el partido más importante de su corta historia, y lo hace sin su fichaje estrella Neymar, que ha antepuesto el Mundial a un club que desembolsó en verano 222 millones de euros para su contratación y que le paga la friolera de 38 millones netos al año. Pero la mejor noticia en el PSG es el ambiente de optimismo que esta misma lesión ha generado. El equipo se ve más libre y más unido sin el díscolo brasileño, que lejos de ser imprescindible para el equipo en muchas ocasiones se ha convertido más en un problema que en una solución.

Y ahí es dónde aparece el nuevo mesías del equipo francés, Kylian Mbappé, el ídolo de la ciudad, al que ya Neymar ve más como una amenaza que como un escudero, que con 19 años se presenta como principal esperanza junto con el renacido Di María, para doblegar al Madrid y revertir el 3-1 de la ida. Además esta lesión de Neymar le volverá a ubicar en el extremo izquierdo, donde es mucho más peligroso que en la derecha, donde su potencia le permite rendir, pero nunca a su máxima versión.

Mbappé es consciente de que está ante su oportunidad de hacerse vale, sin Neymar quiere dejar caro que no es un escudero, sino que es capaz de liderar un proyecto y que la diferencia con Neymar no es la que se cree el brasileño, que vive en una nube de concesiones y privilegios por parte de un presidente que está gestionando demasiado mal una plantilla que en caso de derrota esta noche puede explotar por todas partes, dejando muy tocado un proyecto que desde el principio se vio como inestable. Todo recae sobre los hombros de un chico de 19 años que está batiendo todos los récords de precocidad en la mejor competición del mundo.

El Barcelona una incógnita como visitante

El Fútbol Club Barcelona se encuentra en un momento extraño de sensaciones, por un lado está brillantemente clasificado para la Final de Copa del Rey, en Liga sigue líder destacado con 7 puntos de ventaja sobre su actual perseguidor, y en Champions pasó como primero de grupo e invicto en un grupo con la Juventus como principal contrincante en la lucha por el liderato. El ambiente debería ser de euforia y de confianza, pero nada más lejos de la realidad, los últimos partidos ligueros de los blaugrana en Liga, donde han dejado escapar 4 de los últimos 9 puntos, unidos al rival de esta noche hacen que haya cierta preocupación en el entorno culé.

El Barcelona, pese a estar invicto esta temporada (sin contar la Supercopa de España), fuera de casa no está dando las mejores sensaciones. Salvo en el Clásico, no ha sido capaz de ganar ni a Atlético ni a Valencia, cosechando sendos empates con goles en el último tramo de los partidos, y en Champions la cosa no mejora, empate sin goles en Atenas ante Olimpiacos y en Turín ante la Juventus (cierto que en ambos Messi fue suplente y rotó), y ante el Sporting de Portugal ganó por la mínima merced a un gol en propia del conjunto lisboeta.

Por tanto, los números pueden maquillar algunas dificultades del Barcelona, que además tendrá en frente a uno de los pocos equipos a los que Messi no ha marcado jamás (y ya van ocho enfrentamientos), y uno de los campos que peor se le dan a los de Valverde, donde sólo han cosechado una victoria en todas sus visitas. Conte además lleva tiempo obsesionado con este partido y sabe los puntos débiles de un Barcelona que debe dar un golpe sobre la mesa para despejar todas las dudas que hay en torno al equipo.

Madrid y Sevilla a levantar el ánimo

Real Madrid y Sevilla tratarán esta noche de reconducir sus «malas rachas» en liga en sus respectivos compromisos de Champions. El Sevilla pese a ganar al Leganés en la última jornada, venía de algunas derrotas consecutivas y muy dolorosas a manos de Spartak y Valencia que hicieron mucho daño en la entidad nervionense. Tanto, que ya se emepezó a hablar de la destitución de Berizzo. En el Madrid en cambio, la mala imagen dada en la derrota en Girona, unido a la distancia de ocho puntos a favor del Barcelona en liga en tan solo diez jornadas han desatado la primera crisis desde que llegó Zidane al banquillo blanco.

El Sevilla además no puede permitirse ningún tropiezo más en la Champions dado que ahora mismo estaría fuera de la competición. Es cierto que ha realizado las dos visitas complicadas a Anfield y a Moscú ya, pero las sensaciones en su último partido no fueron nada buenas, y el ánimo del equipo está un poco alicaído. El Madrid por su parte va a Wembley para enfrentarse a un Tottenham que acumula dos derrotas consecutivas (entre liga y copa) y que cuenta con las buenas noticias de la recuperación de Kane y el fin de la sanción de Dele Alli. Los de Pochettino son una montaña rusa en el estadio prestado este año (el nuevo White Hart Lane estará disponible la próxima temporada) ya que son capaces de golear al Liverpool y dejarse remontar un 2-0 por el West Ham tres días después.

La mejor manera para ambos será recuperar la mejor versión de sus mejores jugadores, que en el caso del Madrid es alarmante la mala racha de Ronaldo en liga, mientras que en Champions va a más de un gol por partido. Berizzo además no podrá contar con el Tucu Correa por lesión en la última jornada liguera.

Batacazo de Guardiola

El Mónaco mandó a casa ayer al Manchester City tras remontar el 5-3 de la ida. En un partido vibrante el Mónaco que ya había dado una exhibición en el Etihad (fallando un penalti cuando ganaba 2-3) volvió a ser muy superior al conjunto de Guardiola que esta vez careció de la pegada que le salvó en la ida y maquilló un resultado inmerecido para los ingleses.

Jardim volvió a dar una lección a un Guardiola que ya no tiene excusas para su cuarto fracaso histórico seguido en Champions. El de Santpedor que ha tenido a su disposición todo el dinero del mundo ya ha realizado el desembolso total más grande del verano junto a sus vecinos del United, ve como otra vez se queda apeado de manera incomprensible y ante un rival inferior que de nuevo vuelve a sacarle los colores. Este resultado hace que el jeque del Manchester City deba replantearse si ha sido buena idea convertir a Guardiola en el entrenador mejor pagado de la historia y con el desembolso hecho este verano para quedar apeados en octavos de final de la Champions y estar muy alejados del Chelsea en la Premier League donde ya desde hace algún mes han dejado de ser opción para ganar el torneo.

Analizando fríamente la situación el City tiene un problema serio, su defensa, con Stones (el central más caro de la historia) es una absoluto coladero, el centro del campo con Yayá Touré al que tuvo apartado y ahora por necesidad obligatoria tras la lesión de Gündoghan alinea de titular deja mucho que desear, y su mala relación con Agüero que probablemente provoque su salida este verano siendo el mejor jugador citizen no invitan al optimismo. Este City juega mal al fútbol, continúa haciendo experimentos extraños como Zabaleta en el centro del campo o Kolarov de central, posiciones en las que no rinden ni por asomo estos jugadores que parece además que han perdido la confianza en un entrenador con unos métodos que muy pocos casan con ellos. Muy largo este final de temporada para el City que además este fin de semana recibe al Liverpool en lo que puede ser el desastre definitivo.

Barcelona Histórico

Lo que ocurrió ayer sobre el verde del Camp Nou quedará para la historia, nunca antes se había remontado un 4-0 adverso, y lo hizo como se suelen acabar haciendo estas cosas en el último minuto y de manera épica. Mucho mérito el del Barcelona, pero también puso mucho de su parte Unai Emery, un entrenador que siempre ha fracasado en los torneos importantes y al que como siempre se ha dicho aquí le vienen grande este tipo de retos y una vez más lo demostró, y debería ser despedido fulminantemente tras fracasar en Champions y no ser capaz de tener a su equipo líder de la Ligue 1.
 
El partido comenzó como todo el Barcelonismo deseaba, gol rápido (con fallo estrepitoso de Trapp y la defensa) y con un PSG encerrado como si fuese un equipo pequeño, dando mucha ventaja al Barcelona, que poco a poco fue atacando hasta que al borde del descanso y tras una carambola propiciada por Iniesta logró el segundo. Y nada podía ir mejor cuando a los tres minutos de la reanudación Messi transformó un penalti torpe de Meunier sobre Neymar. El Barcelona ya acariciaba la gesta y fue cuando el PSG más peligro causó, en ese momento Luis Enrique debió meter a un lateral derecho ya que el PSG realizó infinidad de contras peligrosas, y en una falta sin aparente peligro una gran dejada en la frontal la aprovechó Cavani para en principio finiquitar la eliminatoria.
 
El PSG se sabía ganador y con el Barcelona tocado dispuso de dos ocasiones más que claras, y tanto Cavani como Di María desaprovecharon sendos mano a mano (en el caso de Di María precedido de claro penalti de Mascherano), y con estas se encontraba el Barcelona, claramente desgastado del esfuerzo, anímicamente tocado, y sin crear tampoco claras ocasiones, pero hubo un hombre que creyó, Neymar Jr. El brasileño se inventó una soberbia falta en el 88 para poner a los culés a dos goles de la gesta. Entonces Emery, que ya había hecho cambios ultradefensivos incluso con tres goles de renta, y todo el PSG demostró lo que es, novatos en competiciones fuertes, y tanto miedo tuvieron que en un descuento de cinco minutos recibieron dos goles (uno de penalti dudoso cierto es), que supusieron la clasificación del Barcelona y la mayor humillación jamás vista a un equipo en esta competición tras haber alardeado semanas y semanas de su resultado. Noche histórica que difícilmente se volverá a repetir y que deja al Barcelona como máximo favorito ya no sólo para la Champions sino para repetir el triplete de hace dos años.

Operación remontada

Ya han pasado varias semanas desde el varapalo de París para el Barcelona, han recuperado el liderato, han ganado en una visita complicada como es el Calderón y han recuperado las buenas sensaciones a base de goles en las últimas jornadas. El tridente de arriba ha vuelto a ser decisivo y a ver puerta con mucha facilidad, y poco a poco los lesionados han ido cogiendo rodaje necesario para afrontar partidos de una intensidad tan grande como lo será el de esta noche, no como ocurrió en la ida donde tanto Iniesta como Busquets estaban muy fuera de su mejor forma tras volver de sendas lesiones.
 
La remontada está complicada, el PSG es un rival a priori sólido y cuenta con una ventaja más que cómoda, pero este Barcelona es capaz de dar la vuelta a ese resultado si está acertado de cara a puerta. Si anota pronto y continúa asediando el PSG no lo veo como un rival fuerte y experimentado, son todavía muy novatos en este tipo de partidos y no están acostumbrados a partidos de tal tensión. Además jugadores como Di Maria, Verrati o Motta tienen muy complicado estar en el Camp Nou esta noche, y si llegan no estarán en las condiciones más óptimas.
 
Luis Enrique utilizará el agresivo 3-4-3 que tan buen resultado le ha estado dando y que conlleva mucho riesgo si el rival sabe jugar bien a la contra. Habrá que ver si Emery sabe contrarrestar este nuevo esquema o encierra a su equipo atrás en una maniobra que en el Camp Nou puede ser muy peligrosa. Lo cierto es que pese a l 4-0 de la ida el Barcelona todavía no se cree muerto y pondrá muy cara su derrota, algo que habla muy bien del potencial que atesora este equipo.