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ZIao

Con un San Siro rendido y con las lágrimas derramándose por su cara se despidió por sorpresa Zlatan Ibrahimovic del fútbol profesional. Con 41 años y tras una grave lesión, el talento sueco decide colgar las botas tras una carrera de ensueño. Su fuerte carácter y su personalidad única le hicieron ser un jugador diferente al resto. Con una calidad y agilidad insólita para un jugador de 1´93, el sueco siempre dejó huella en todos los clubes en los que estuvo. Ya desde sus inicios en su Mälmo natal dejó huella de lo que se venía. No tenía el menor respeto por los veteranos del club ya con 17 años. Fue capaz además de plantar al mismísimo Arsene Wenger, cuando su fichaje por el Arsenal parecía hecho, y le pidió verle entrenar, a lo que el sueco contestó Zlatan no hace pruebas, y acabó fichando por el Ajax de Amsterdam donde anotó uno de los mejores goles de la historia sin duda.

Su gran Eurocopa de 2004, eliminando a Italia con golazo incluido le hizo saltar a la fama y la Juventus no dudó en ficharlo. Tras el escándalo del caso Moggi fichó por el Inter donde se pudo ver su mejor versión. Ese Ibra omnipresente que dominó la liga italiana a su antojo. Su único lunar fue su fichaje por el Barcelona, donde su ego chocó con la filosofía de un Guardiola que jamás lo supo entender ni tratar. Su vuelta al Milán trajo el scudetto para los milanisti hasta que los problemas económicos del club hicieron que se enrolara como la máxima estrella del super proyecto del naciente PSG. Allí fue el máximo goleador y mejor jugador todas las temporadas que estuvo, con más de 30 años desde que llegó hizo que el tiempo no pasara por él y se convirtiera en leyenda del PSG.

Sus últimos años los repartió entre el Manchester United (al que hizo ganar la Europa League) hasta que sufrió su primera grave lesión de carrera. Marchó a la MLS a lo que parecía un retiro dorado hasta que se aburrió y decidió volver al fútbol de más alto nivel, asumiendo el reto de devolver la gloria al Milán tras muchos años de sequía. Y vaya si lo consiguió, hizo de nuevo al Milán campeón de liga, pero en verano otra grave lesión de rodilla le impidió prácticamente participar en esta última temporada. Lo que le ha llevado a poner punto y final a una carrera de ensueño en la que a parte de goles para el recuerdo nos ha dejado un batalla contra el tiempo digna de una leyenda incomprendida con un carácter único.

16. La leyenda

Esta noche por fin Los Angeles Lakers homenajearán a Pau Gasol retirando su camiseta con el número 16 a lo alto del Crypto.com Arena (antiguo Staples Center para los nostálgicos). Se trata del mayor homenaje posible a un jugador de baloncesto, y lo hace el equipo más laureado de la NBA (empatado a títulos con los Boston Celtics) con el mérito que eso tiene. Gasol, con su traspaso desde los Memphis (donde también hizo historia) cambió el devenir de la NBA. Su llegada a los Lakers convirtió a los californianos automáticamente en candidatos al título. Y en sus dos primeras temporadas y media con los de púrpura y oro consiguió tres Finales y dos anillos. Casi nada.

Fueron años donde dominó la liga, congenió a la perfección con el ya difunto Kobe Bryant (que también tiene su camiseta en lo alto del Crypto) y entendió a la perfección el juego desde el banquillo de Phil Jackson. Dominaron a su antojo en esos tres años, y en el cuarto con todo a favor comenzó la desintegración, el barrido sufrido ante Dallas Mavericks, el traspaso de Odom y el fin de un back to back para la historia con la victoria en el séptimo partido ante los Celtics como punto culmen.

Gasol es adorado en Los Angeles, no solo por su rendimiento en la cancha, su contribución y ayudas humanitarias siempre han sido marca de la casa y el apoyo y ayuda a la familia Bryant tras la fuenesta noticia del fallecimiento de Kobe y Gianna le ha convertido en mito allí. Hoy tiene su merecido homenaje, el año en el que salvo catástrofe entrará en el salón de la fama también, y en el partido ante los Memphis Grizzlies, el equipo que le dio su primera oportunidad, donde se convirtió en el primer europeo en ser rookie del año y donde comenzó a forjarse una leyenda que ya es historia del equipo más famoso del baloncesto mundial.

Salvajada histórica

Se confirmó por fin el récord de LeBron James como el máximo anotador histórico de la NBA. Hito histórico, que hace no mucho parecía algo inalcanzable, pero que ha sido pulverizado por un jugador de otra galaxia. A sus 38 años LeBron mantiene intacto su amor por el basket y sus ganas de superarse cada noche. Su rendimiento en esta, su 19 temporada en la NBA, es descomunal, como si no pasar el tiempo por él. El balance de sus Lakers es ya otra cosa. Ante los Thunder en su primera intentona batió el récord, con un Kareem en pista para cederle el testigo y felicitarle por una hazaña que habla de la dimensión de un jugador de otro planeta, que ha sido el único capaz de soportar esa comparativa con Jordan (aunque no le haya llegado a superar salvo en números totales acumulados).

Lo más importante de LeBron James es que ha sido capaz de evolucionar enormemente desde que llegó a la liga. De ser un finalizador de contraataques a ser un jugador total capaz de jugar en todas las posiciones y capaz de defender en todas las posiciones ( no hay que olvidar que fue ninguneado como mejor defensor en 2013). Ha tenido una consistencia increíble en todas sus temporadas en la liga, y pese a que sólo ha completado en dos ocasiones los 82 partidos de liga regular, las lesiones graves le han respetado mucho, algo muy importante para estos récords y para llegar con ese nivel de frescura a esta etapa de su carrera.

Una vez superado el récord, la vuelta a la realidad es dura, en un equipo diseñado para más, no está ni clasificado para el play in, algo que es un lunar y gordo de una temporada muy mala a nivel colectivo de nuevo. Pese a grandes actuaciones de James, no está siendo capaz de llevar a su equipo a puestos que den acceso a la lucha por el anillo en la postemporada. Es momento de que vuelva a ponerse la capa de superhéroe y hacer actuaciones estratosféricas que metan de nuevo a los Lakers entre los equipos que luchen por el anillo y por lo menos no terminar antes de tiempo una temporada que debería ser histórica para James pero que puede acabar en pesadilla.

Adiós O Rei

Ayer se nos fue el mítico Pelé, una figura que ha trascendido más allá de lo futbolístico. Un jugador al que pocos pudimos ver jugar, que debido a la época no salió de su Brasil natal para competir, y que no pudo optar al Balón de Oro, pero que dejó su sello participando en 4 mundiales ganando 3 de ellos (aunque en uno casi no participó por lesión). Nadie tiene tres mundiales en su palmarés como O Rei, un jugador al que todos los que compartieron época lo ponen por encima de todos, mitificando aún más si cabe su figura.

Lo que está claro es que Pelé fue un adelantado a su época, hizo cosa hasta entonces nunca vistas, y se convirtió en la primera superestrella mundial del fútbol, su fichajes por el New York Cosmos (tras problemas económicos) así lo atestigua, y llevó a Brasil a convertirse en la potencia futbolística que es a día de hoy. No se entiende el número 10 en la verdeamarela sin él. Nadie le puede discutir su grandeza, también él alimentaba su propia leyenda, hablando de sí mismo en tercera persona y contando los goles con dudosa veracidad (según sus cuentas marcó más de 1200 goles), pero oficialmente no se contabiliza esa cifra.

Pero fuera de los números lo que está claro es que Pelé ya marcó las diferencias desde que con 17 años se proclamó campeón del Mundo liderando a Brasil, lo ganó todo con el Santos y se mantuvo en lo alto durante toda su carrera. La FIFA en 1995 le reconoció con un Balón de Oro honorífico (hasta el año anterior no se daba a ningún jugador no europeo) y se reconoció que hubiera ganado hasta 7 balones de oro. Algo que sólo ha conseguido Leo Messi (que le ha destronado como mejor de la historia). Tras varias semanas en las que se temía lo peor nos ha dejado Edson pero Pelé se quedará para siempre, su legado será eterno y el cielo ya tiene a otra estrella.

G.O.A.T.

Si todavía quedaba algo abierto el debate sobre el mejor jugador de todos los tiempos (algo que ya estaba cerrado hace tiempo para mi gusto) ayer Lionel Andrés Messi se encargó de cerrarlo. Nadie en la historia ha sido tan dominante durante tanto tiempo y con una superioridad y regularidad pasmosa respecto al resto del mundo. Con el Mundial cierra el círculo a una carrera mayúscula, donde los últimos años quizás hayan sido más oscuros por las mala gestión del club en el que estaba, pero que no ensombrecen la carrera del mejor jugador que ha dado este deporte. Ha sido el mejor jugador ante una época ya de defensas especializados, de vídeos y estrategias al máximo para parar a un jugador en concreto, ante los sistemas individuales y colectivos hacia él, y los ha superado siendo siempre el máximo goleador y asistente de cada torneo en el que participaba. Nadie ha marcado más goles en un año natural en la historia del fútbol, nadie ha dado más asistencias en un año natural que él en la historia del fútbol. Ya dominaba desde que subió al primer equipo del Barcelona, hizo olvidar el declive del Barcelona de Rijkaard y junto a la mejor generación de la historia de la Masía dominaron durante los cuatro años de Guardiola al frente del equipo el panorama del fútbol mundial con el mejor fútbol jamás visto.

Este Mundial solo hace justicia para aquellos que intentan desmerecer los méritos de un jugador de época quedarse sin argumentos posibles. Ha dominado durante 17 años el fútbol. Nadie le ha superado en ningún registro, nadie ha entendido el juego como él lo ha hecho. Incluso ha mejorado año tras año, incorporando nuevos registros a los que ya traía de serie. Sin empezar como un especialista se ha convertido en el mejor lanzador de faltas del mundo, sin que fuera su especialidad se ha convertido en el mejor asistente de la historia. Y lo mejor de todo es que lo ha hecho siendo un ejemplo en todos los sentidos. Nunca ha tenido un mal gesto, una mala patada, una acción desmedida dentro de un terreno de juego, y esto cobra más mérito incluso en él, siendo el que más patadas ha recibido sin ninguna duda. No ha tenido unas declaraciones fuera de tono, no ha dado ninguna noticia por su vida extradeportiva y ha sido un ejemplo para los más jóvenes, esperando su momento sin alzar la voz y ganándose su sitio por méritos propios, hablando en el campo de fútbol sin malas caras ni desplantes.

Esto cierra un círculo mágico y una carrera para la historia imposible de repetir en la que ha conquistado todos los títulos posibles, ha batido todos los récords posibles, y sobre todo ha hecho disfrutar a cualquier amante del fútbol durante casi dos décadas con un jugador que parecía más de consola que de vida real. El mundo del fútbol le debía una tras perder (tras robo arbitral incluido) la final de Brasil allá por el lejano 2014, y 8 años después D10S ha cerrado el círculo para cerrar el debate, devolver a Argentina a los más grande, poner la tercera estrella en la camiseta y ser ahora ya sin ninguna duda el mejor jugador que ha dado este deporte. Un final de película para un jugador al que han maltratado propios y ajenos, que ha soportado las comparativas con un mito intocable como Maradona y que ha superado para ser la leyenda que ya era pero que desde ayer se sitúa sin dudas en lo más alto de listas, gráficos o comparativas posibles. Yo vi jugar a Leo Messi, lo diré siempre porque no sabemos lo afortunados que hemos sido.

Que no se vaya, que vuelva

Mucho se está hablando de la situación de Simeone. Cada vez son más las voces (casi siempre de otros bandos al colchonero) que piden la marcha del baluarte del Atlético los últimos 11 años. Su situación actual es complicada, con una plantilla con la que debe aspirar a competir (que no ganar) hasta el final el título liguero, y a pasar como primero de grupo en la Champions tras el sorteo. Pues bien, ni lo uno ni lo otro, a 6 puntos ya de Madrid y Barcelona tras 7 jornadas ligueras, y último de grupo en Champions (empatado con Oporto y Leverkusen a puntos) la situación ha de revertirse drásticamente. Para esto no sirve un parche como los últimos dos años (la liga de 14 o el reseteo tras el parón por Covid). Va camino de suceder de nuevo el colapso de un equipo que no encadena dos partidos consistentes ni sólidos, y así es muy difícil de competir.

La gente pide la destitución de Simeone alegando que su estilo y su sello no funcionan ya. Y estoy de acuerdo hasta cierto punto. No funcionan y no sirven, porque este no es el estilo de Simeone. Lo que se necesita recuperar es la esencia de lo que ha sido Simeone y que sólo se vio durante la primera vuelta de la 11ª liga del club (la segunda vuelta fue también para el olvido). Es garra, esa presión, esa lucha que ha caracterizado durante los primeros diez años de Simeone al frente y que ahora a desaparecido por pasotismo, entrar fríos a los partidos, tirar siempre por norma 45 minutos de los partidos. Eso no es Simeone, no es cholismo y no es lo que colocó al Atlético de Madrid en la Final de la Champions dos veces en tres años.

Lo que quieren de verdad los Atléticos no es que se vaya Simeone (lo mejor que le ha pasado al club en su vida), sino que «vuelva» el Cholo. Que vuelva a sus raíces, que se olvide de las innovaciones de cinco defensas, que vuelva a sus dos mediocentros puros, que recupere la solidez defensiva que ha convertido a Oblak en cinco veces Zamora y Courtois antes que él otras dos. Falta el acierto con dos centrales de garantías, el nivel de Savic ha bajado radicalmente desde su renovación y confiar en Giménez ya es una utopía tras su historial repetitivo de lesiones, que devuelvan la solidez y tranquilidad atrás que aporté en parte Reinildo con su llegada en invierno del año pasado. Partiendo de ahí y colocando a Witsel en el doble pivote podrá volver ese Atlético que era una tortura enfrentarse, que ganó tres años consecutivos en Liga en el Bernabéu (primer club en lograrlo) que se situó en el segundo puesto de resultados de la UEFA y que se entrometió sin miramientos entre el duopolio que habían formado el Madrid de Mourinho y el Barcelona de Guardiola. Por eso el sentir de la gente no es que se vaya el Cholo sino que vuelva de una vez.

Adiós Bill

Triste noticia la del fallecimiento del gran William Fenton «Bill» Russell anoche a los 88 años de edad. Se va el coleccionista de anillos, el líder de la mayor dinastía conocida en un deporte colectivo, el hombre que cambió el rumbo de una franquicia y la convirtió en leyenda, un hombre que ganó nada más y nada menos que once anillos en trece años de carrera. Un auténtica salvajada irrepetible. Pero no sólo eso, ganó también dos campeonatos de la NCAA con la universidad de San Francisco, fue 5 veces MVP de la liga, y con toda justicia el trofeo de MVP de las Finales de la NBA lleva su nombre desde 2009.

Pero no sólo se le va a recordar por sus triunfos en la NBA, fue además un pionero, fue el primer entrenador afroamericano de la liga (ganando dos anillos en su primera etapa de jugador-entrenador), luchó siempre contra las injusticias raciales, apoyando fervientemente a Casius Klay cuando se negó a ir a la guerra de Vietnam y también marchó con Martin Luther King para defender los derechos de los hombres de color.

Pero su historia en Boston no siempre fue de color de rosas, Red Auerbach le seleccionó en el draft consciente de su potencial, pero en una ciudad predominantemente blanca, la llegada de Russell no sentó nada bien. Tuvo muchos problemas raciales en su primer año, que terminó revertiendo para consolidarse como la mayor leyenda de la ciudad. Es tanto su impacto que tiene una estatua suya en la plaza del ayuntamiento de Boston, dejando claro que el número 6 (que ya lleva años colgado del techo del TD Garden) será para siempre eterno en Boston y en los Celtics.

10 años de felicidad

Hoy hace exactamente diez años que el Cholo Simeone se hacía cargo como entrenador del Atlético de Madrid. Recogía un equipo que dirigido por Gregorio Manzano estaba a dos puntos del descenso, acababa de ser eliminado a doble partido por el Albacete (en ese momento en segunda división b), que incluso venció por 0-1 en el ya demolido Vicente Calderón. La situación en el equipo era insostenible, la crispación y los paralelismos con la temporada del aciago descenso del club colchonero eran cada vez más evidentes y con este ambiente llegó Simeone que puso todo de su parte por llegar y hacerse con las riendas del club.

Tras haber sido campeón en Argentina con Estudiantes de la Plata y River Plate, dio el salto a Europa en el Calcio italiano, haciéndose cargo de un Catania en descenso en el mercado invernal y salvándolo. Pese a tener una temporada más de contrato decidió rescindirlo para estar disponible par el club de sus amores. Y tras no haber fraguado su contratación en verano, los malos resultados y la necesidad de un salvador ante esta situación le llevaron al banquillo del club rojiblanco como último recurso para reconducir la situación de un club en ese momento a la deriva tras haber perdido ese verano al Kun Agüero y Diego Forlán de golpe.

Y ya desde su primer día al mando del equipo mostró su personalidad, no le tembló la mano para deshacerse de Reyes tras conversar con él y ver si estaba involucrado en el proyecto, y pese a comenzar con un empate a 0 ante el Málaga (que luego acabaría llegando a cuartos de la Champions) se veía que algo había cambiado. Y tanto había cambiado que ganó la Europa League al Athletic de Bilbao, favorito en aquella final. Y así año a año fue superándose, logrando objetivos que ni el propio club esperaba, convirtiendo su mandato en la mejor época del club rojiblanco de su historia (con permiso de los años 70). Su mayor legado no es sólo los títulos (el entrenador más laureado de la historia del club), sino haber cambiado una mentalidad perdedora y derrotista del Atlético, que se escudaba en denominarse el pupas para justificar sus fracasos, y lo ha convertido en lo que es hoy, un equipo reconocido y respetado en Europa, incómodo para cualquier rival y al que nadie se quiere enfrentar porque sabe que le va a exigir al máximo.

Y aún así y con todo hay algún aficionado rojiblanco pide su marcha o dimisión, ahora que está en el momento más delicado desde que llegó, habiendo ganado la Liga apenas seis meses antes, y tras encadenar cuatro derrotas consecutivas en liga pro primera vez en el Atlético. Su temporada hasta el momento es decepcionante, pero si hay alguien que es capaz de levantar esto es él, como ya hizo cuando llegó, como lleva haciendo los últimos diez años., y como esperemos que haga por lo menos otros diez más.

Chao Kun

Aún recuerdo la noticia del fichaje de un desconocido Kun Agüero por el Atlético de Madrid. El jugador que había desbancado al mismísimo Maradona como debutante más joven de la historia en el campeonato argentino. Su primer año en el club rojiblanco fue de adaptación, no se hizo con el puesto de titular pero ya dejó pinceladas con un gol de bandera en el Camp Nou para dejar su sello. Un año después despegó en el verano en el campeonato sub 20 de Holanda siendo campeón, pichichi y mejor jugador del torneo con una exhibición partido tras partido. Eso le dio la confianza para asentarse como titular y, junto con el recién llegado al Atlético Diego Forlán, conformar la mejor delantera de la historia centenaria del club.

Los 5 años que pasó en el Atlético se convirtió en una super estrella de nivel mundial, devolvió al Atlético a la Champions League tras años deambulando por mitad de la tabla tras su ascenso de segunda, les devolvió la gloria con la conquista de la Copa de la Uefa en el 2010, dando las dos asistencias a Forlán para la victoria en la prórroga, y en verano ganó además la Supercopa de Europa al Inter de Milán con gol suyo incluido. Su salida del club rojiblanco, que terminó con Florentino Pérez realizando un pacto de no agresión al club colchonero visto el revuelo de su posible fichaje por el rival de su ciudad, empañó un legado de jugador descomunal en un club que desgraciadamente en aquel momento se le quedó pequeño y se marchó cuando todavía quedaba por ver al mejor Agüero.

En el City se convirtió en el mejor jugador de la historia del club, el máximo goleador de su historia, el máximo goleador extranjero de la historia de la Premier y en el verdadero artífice de convertir al Manchester City en lo que es hoy. El año pasado tuvo la oportunidad de haberse despedido del club inglés ganando la Champions League, pero una temporada marcada por las lesiones le privaron de poder ser titular en la final y pese a jugar los últimos minutos no pudo evitar la derrota. Por contra consiguió por fin ganar un título con Argentina, al ser campeón de la Copa América por fin tras dos finales perdidas (además de la final del mundial perdida en Brasil). Pero un problema cardíaco cuando apenas ha podido disputar 5 partidos con el Barcelona han provocado el retiro de un jugador de leyenda que quizás por haberse ido a un equipo en construcción no ha tenido el total reconocimiento que ha merecido su inmensa calidad.

Basta ya

La corriente madridista que se indigna por la no inclusión de Thibaut Courtois en la gala de premios a mejor portero del Balón de Oro (indignación que comparto) está llegando a cotas ya desmesuradas. Es evidente que es una omisión imperdonable por parte de un premio cada día más desprestigiado, pero si se quiere hablar de injusticia es que Jan Oblak no haya ganado el galardón. El mejor portero del mundo sin discusión durante los últimos 6 años ha sido ninguneado año si y año también por la Uefa y por todo tipo de trofeos individuales donde realmente no tiene rival, y más este año que ha sido campeón de liga, ha ganado su quinto Zamora en al Liga y ya es junto a Ramallets y Valdés el que más galardones tiene, además de igualar el récord de goles encajados de Liaño en una sola temporada con 18 goles encajados en 38 partidos.

Que Thibaut Courtois es el único portero del mundo que actualmente se acerca al esloveno es evidente, pero clamar al cielo por el Belga sabiendo que ni siquiera el premio es para el Esloveno es ridículo. Casi tanto como que se haya llevado el premio Donnarumma, un portero mediocre y sobrevalorado, con una temporada discreta en el Milán y ganando la Eurocopa eso sí merced a dos tandas de penaltis en Semifinales y Final donde el napolitano fue protagonista. Pero parece un bagaje muy flojo si se le compara con la temporada de Oblak, hombre clave en el título liguero del Atlético, con paradas más que decisivas en los momentos clave de uno de los finales de liga más apretados que se recuerdan.

Oblak con sus actuaciones y su fiabilidad año tras año, siendo el único portero de la actualidad que bloca balones en vez de despejarlos, aguanta cualquier comparación con leyendas de los tres palos. A sus 28 años ya solo puede seguir batiendo récords y agrandando su leyenda y mantener el mejor porcentaje de goles encajados jamás visto, que no supera el gol por partido. Palabras mayores y datos que ponen en entredicho el valor real del trofeo y que hacen que la inclusión o no de Courtois realmente pase a un segundo plano.