Mas Saúl y menos Lemar

Saúl volvió ayer al campo donde se forjó su primera temporada en primera. Donde Paco Jémez, viendo su polivalencia y su fuerza física lo utilizó de central, y donde siempre que vuelve es especial para el ilicitano. Tras unas temporadas complicadas, más desde lo anímico, que afectaron y mucho a la progresión de uno de los mejores jugadores jóvenes españoles del momento, Saúl fue perdiendo la fe en sí mismo, en Simeone y en todo lo que le hacía ser el gran jugador que era. Su frustración le llevó a intentarlo fuera del club de sus amores, y su aventura inglesa fue igual de mal que sus años negros como atlético. Pero le sirvió para abrir los ojos, apretar mandíbula, y desde el trabajo volver a coger sensaciones que hacía mucho que no sentía. Ya el final de campaña de la temporada pasada empezó a dejar brotes verdes, con varias titularidades seguidas, con goles asistencias y muy buenas sensaciones. Y este año recuperó su dorsal, el 8, y en su primera titularidad ha demostrado que no ha perdido ni la fe ni las ganas para derribar de una vez la puerta y volver a ser titular en los esquemas de Simeone.

Su sitio es ocupado ahora mismo por Lemar, un jugador talentoso que nunca ha terminado de explotar en el Atlético. Algún partido aislado bueno y un tramo aceptable en la última liga conquistada por los colchoneros es el bagaje del francés, segundo fichaje más caro de la historia del club. Saúl le está adelantando ahora mismo en rendimiento, continuidad (el francés es de los jugadores que más partidos se pierden por lesión cada temporada año tras año), y el sorpasso debe ser ya una realidad en el próximo partido ante el Sevilla en el Civitas Metropolitano. Saúl está creciendo, y la continuidad de minutos no puede hacer otra cosa que darle más confianza y asentarle en un puesto que nunca debió dejar escapar y que ahora si que si parece dispuesto a recuperar. Sólo falta que Simeone lo haga realidad y que los atléticos vuelvan a disfrutar de uno de los suyos, de esos que nunca debieron perderse.

Pisando fuerte

El Benito Villamarín dictó sentencia para varios jugadores del Atlético de Madrid. El pobre partido realizado, con una primera parte para el olvido, dejó en evidencia a varios jugadores de la plantilla colchonera que ahora están en una situación crítica a ojos de Simeone. El primero de todos y que lleva en el ojo del huracán desde su llegada es Thomas Lemar. El francés, jugador más caro de la historia del Atlético hasta la llegada de Joao Félix, nunca ha respondido a la expectativas del equipo, su indolencia y carácter introvertido nunca han dejado ver a ese volante que fue básico en el último gran Mónaco que arrebató al Ligue 1 al PSG y llegó a las semifinales de la Champions. Su partido lleno de indolencia, de falta de físico e implicación indignó a toda la parroquia colchonera que parece que ahora sí ha llegado al límite con el jugador.

Carrasco fue otro que realizó un partido desastroso, sus coqueteos desde la temporada pasada con el Barcelona, unido a que su contrato finaliza este año le tienen puesto en el disparadero. Su caso es totalmente diferente al de Lemar, ha cuajado grandes temporadas, pero desde el año pasado su bajón es evidente y su implicación no es la misma. La solución pasa como por casi todos últimamente por Arabia, donde le quieren pero él prefiere esperar un año para llevarse la comisión por el fichaje.

Y el tercero en discordia es Marcos Llorente, que desde su explosión en la Liga conquistada en 2021 no ha abandonado el fantasma de las lesiones que lo han perseguido constantemente, y que a día de hoy le hacen jugar con miedo y dando el 60%. Tiene pánico a realizar sprints grandes, que eran su marca registrada y lo que dio media liga a los colchoneros por el ya lejano 2021. Un jugador bien valorado por todos pero que su bajón de nivel evidencia que no está para el once titular ahora mismo. Lo bueno para el Cholo de este año es que el banquillo es más profundo que años atrás, la entrada de Riquelme, Lino y Barrios cambió de cara al Atlético y dio un vuelco al partido totalmente. Gente que viene de abajo con ganas y esfuerzo y que pueden comer la tostada a los considerados vacas sagradas del once. Simeone tiene que decidir, pero en dos jornadas ya se ha abierto el debate y no parece que se vaya a cerrar fácilmente.

Mucho trabajo por hacer

El Chelsea sigue instalado en su pesadilla particular de la temporada pasada en este nuevo inicio de Premier League. Al empate de la primera jornada en Anfield con buenas sensaciones, le ha llegado la primera y dolora derrota del curso, ante sus vecinos del West Ham, y con un rival con un jugador menos más de media hora. Todo lo que podía salir mal salió mal para los londinenses. Un penalti errado por Enzo Fernández, un horroroso debut de Moisés Cicedo en la segunda parte, autor del penalti que sentenció el partido para los de David Moyes, y una sensación que ya se ha dado durante la pretemporada y en Anfield, y es la falta absoluta de gol de un equipo que genera, crea ocasiones, pero no las materializa, con la figura de Mudryk como especial cara de la falta de gol en este inicio de temporada.

Pochettino abandonó incrédulo el London Stadium, contrariado por otro partido que se le escapa a su equipo y que o empieza a carburar o corre serio peligro de colapsar de nuevo y entrar en una temporada autodestructiva como la anterior. La sensación ahora es distinta a la del año pasado, donde los últimos partidos fueron una tortura para los londinenses, pero los resultados no acompañan, y las descomunales inversiones realizadas por algunos jugadores están metiendo una presión muy excesiva para un equipo que es demasiado joven en todas las líneas para ser capaz de revertir una situación así. Sólo Thiago Silva superaba la treintena y la gran mayoría del once titular no superaba los 25 años.

Mientras el mercado siga abierto el Chelsea seguirá siendo una amenaza, la necesidad de un 9 de garantías, ese bien tan preciado en este mercado, está más difícil que nunca y según lo pagado por Caicedo el fichaje que se acometa no a a bajar de las tres cifras. Boely no parece convencido del todo con la plantilla y parece que intentará dar a Pochettino lo que necesita. veremos si es el impulso necesario o si tendrá que afrontar la temporada con toda la responsabilidad en Nicola Jackson como 9 titular de este equipo.

Escasez de 9s

Si algo ha dejado claro este mercado veraniego de fichajes es la escasez de delanteros centros de garantías en el mercado actualmente. La figura de un delantero centro que asegure cifras por encima de la veintena de goles se cuenta con los dedos de la mano, y los grandes equipos han tenido que rebuscar bien por todas las ligas y mercados para arriesgar con la decisión, o, en otros casos, pagar cantidades desorbitadas para hacerse con el jugador deseado. El caso más claro es el de Harry Kane. Si algo quedó patente la temporada pasada del Bayern es la necesidad de un referente arriba, tras haberse malacostumbrado a la «normalidad» de casi media centena de goles por temporada de Lewandowski, el primer año sin él con la apuesta de Mané como sustituto salió rana, y si no es por el descalabro en la Bundesliga del Borussia Dortmund en la última jornada no hubieran ganado ningún título en la temporada. Esto llevó a peinar el mercado y la mejor opción, por encaje, adaptación y garantía de goles era Harry Kane. Uno de los mejores delanteros de la actualidad, con números que hablan por sí solos pero que con 30 años sus años de esplendor y amortización del fichaje suponen un riesgo. Además el presidente del Tottenham, Daniel Levy, ha exprimido la necesidad del Bayern haciéndoles desembolsar más de 100 millones por un jugador que el año que viene era libre de firmar por quién quisiera. Una auténtica locura que en el Allianz esperan que no les salga cruz esta vez.

Pero no es el único caso, Osimhen, delantero del Nápoles que por fin trajo el tercer scudetto para los sureños esta temporada, han pedido por él la friolera de 150 millones. Algo fuera de mercado incluso para el PSG, que horrorizado por la petición de de Laurentis han optado por arriesgar con Gonçalo Ramos del Benfica para la responsabilidad de los goles en los parisinos. Un jugador que tras un año bueno y viendo las carencias del mercado ha acabado dejando 80 millones en las arcas lisboetas. El Atlético también ha intentado reforzare en esa posición, pero no ha habido nada a su alcance en el mercado por lo que ha optado por continuar con Morata en sus filas una temporada más. El United también ha desembolsado más de 80 millones por Højlund, una promesa danesa que el año pasado jugó en el Atalanta y que ha acabado encareciéndose ante el interés de otros equipos, haciendo una subasta por un jugador que no ha demostrado valer ese dineral. La escasez de 9 es un hecho y el equipo que más claro lo deja es el Real Madrid que tras el adiós de Benzema ha optado por utilizar a Vinicius y Rodrygo arriba ante la posible llegada el año que viene de Mbappé. Habrá que hacer seguimiento de los fichajes y de futuras promesas, ya que el gol está más codiciado que nunca en Europa.

La historia se repite

Como si se tratara de un dejavu, el Sevilla y En Nesyri volvieron a revivir una noche de pesadilla europea en una Supercopa de Europa. Esta vez Atenas fue testigo de como el Sevilla con todo a favor y con posibilidad real de ganarla, fallaba ocasiones muy claras, en especial su delantero, para morir en la orilla en su sexta derrota en siete ocasiones de este torneo. Como ya ocurriera hace dos años con el Bayern de Munich, En Nesyri tuvo un mano a mano clarísimo que estrelló en los pies de Ederson, con una definición que dejó mucho que desear y que hubiera sentenciado un partido que tenían donde querían los hispalenses.

Luego la tanda de penaltis tampoco ayudó a los de Mendilibar, que erraron el último lanzamiento, que luego el propio Mendi reconocería que su cambio de Suso fue un claro error ya que lo metió para el penalti y no quiso tirarlo. También quedó el sabor amargo del que puede ser el último partido de Bono con el Sevilla. El portero quedó desolado hundido y solo en el centro del campo, masticando todavía la tanda, donde no paró ninguno, y se le escapó el penalti de Walker por unos milímetros.

El poso que queda es de decepción, tras haber tenido al City sometido y dominado, pero los brotes verdes son evidentes, aunque el mercado sigue abierto y la salida prácticamente confirmada de Bono puede que no sea la última. Acuña está siendo tentado por el Aston Villa, y puede que algún jugador mas salga del equipo. Con esta situación, la paliza física realizada y la derrota de la primera jornada al Sevilla le va a tocar hacer mucha terapia antes de afrontar la nueva jornada liguera donde una nueva derrota en Mendizorroza le puede dejar muy tocado y rescatar los fantasmas del descenso del año pasado. Momento muy peligroso pese a haber estado muy cerca de realizar una machada histórica.

Confirmado el fracaso

Neymar está a punto de cerrar su traspaso hacia la liga de Arabia Saudí. Con 31 años el jugador carioca pone punto y final a su carrera en europa donde ha dejado más sombras que luces y donde deja una sensación de desperdicio de talento e incluso aroma a fracaso de carrera. Ha sido un jugador descomunal, de los que merece la pena pagar una entrada para ver, lo tenía todo, velocidad, regate, disparo. Peor lo que no ha tenido ha sido un entorno adecuado ni una ética de trabajo para ser jugador diferencial. Se queda como buen jugador cuando podría haber dominado durante unos años de habérselo propuesto. Sus escándalos extradeportivos, sus constantes lesiones, muchas de ellas evitables con un estilo de vida más profesional (y siempre coincidentes con el cumpleaños de su hermana en los que viajaba a Brasil), han dejado ese poso de estancamiento, y de casi fracaso por los pocos logros conseguidos en solitario.

Los éxitos cosechados por Neymar en europa son todos de su época en el Barcelona, donde era el «ayudante» junto a Suárez de Messi. Allí consiguió la única champions de su carrera y poco a poco iba ganando más peso como líder, hasta que le aconsejaron mal y decidió marcharse a París para ser primera espada de un equipo sin historia, en una liga sin emoción, y con un proyecto deportivo basado en dispendios económicos y no en una estrategia deportiva. Nada más llegar y verano tras verano se arrepintió de una decisión que le llenó la cuenta bancaria, pero que lo alejó de los focos deportivos. Allí además se le consintió todo, convirtiéndose en una situación insostenible en mas de una ocasión. Y así le pasó por la derecha un joven Mbappé que se acabó convirtiendo en la estrella y referente del equipo, dejando a Neymar en un segundo plano de nuevo y sin conquistar nada relevante para la carrera de ambos.

Ahora con 31 años, edad en la que la mayoría de grandes jugadores siguen a un nivel alto (véase los casos de Griezmann, Lewandowski o Kroos por poner solo unos ejemplos) él se retira prácticamente del fútbol, para seguir llenando sus bolsillos tras ver como ni con la llegada de Luis Enrique se iba a impedir que nos e contara con él para el proyecto del PSG de este año. El Barcelona descartó su regreso pro su conducta y sus posibles malas influencias en el vestuario y como mal ejemplo para sus jóvenes, que no quieren que bajo ningún concepto adquieran ningún hábito de los de un Neymar que habrá hecho mucho dinero, pero no será recordado como un grande, objetivo principal cuando empiezas en el fútbol.