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Tocado y Hundido

El Atlético naufragó de manera absoluta en una noche para el olvido en Dortmund, ante uno de los peores Borussia que se recuerdan por nombres, y con las peores sensaciones que se recuerdan del equipo colchonero en mucho tiempo. Intentar pasar a semifinales de la Champions y recibir 4 goles es un bagaje que da mucho que pensar a un equipo que está pidiendo a gritos una renovación urgente desde hace ya dos años, y que se está resistiendo el club a hacerla merced a acomodarse con el objetivo mínimo año tras año. Entrar en Champions es un logro importante para el Atlético, pero lleva dos años consiguiéndolo sobre la bocina y cada vez con más coste. No se puede maquillar esta derrota, que está muy cerca de poder considerarse fracaso, con la ya más que usada justificación de la contundencia. Esa matraca ya huele desde hace dos años, para justificar fracasos y no entonar un mea culpa muy necesario desde arriba hasta abajo en toda la organización. Ni Simeone ha estado acertado desde la banda (no reaccionó a tiempo con cambios en la ida, y su planteamiento inicial de ayer le llevó a hacer tres cambios en el descanso con el 2-0 ya encajado) ni los jugadores han rendido al nivel mínimo exigido. No se salva ni un Griezmann, que desde que se lesión de tobillo en el Meazza, no ha vuelto a rendir al 100%.

Debería hacerse autocrítica de una vez, y ver que de verdad hay que hacer una estructura nueva de equipo, o probar con otra dirección en los banquillos. Este equipo no da para más actualmente, y uno o dos fichajes en verano no van a solucionar un problema endémico que empieza por el bajón en la portería de Oblak (lleva casi cuatro años siendo una sombra de sí mismo), una defensa que no rinde y que ha batido el récord de goles encajados en la era Cholo (y con una media de edad de más de 30 años), un centro del campo inoperante y en que Koke, que no puede ser medio defensivo al más alto nivel por sus condiciones físicas, no tiene un solo partido de descanso, y una delantera en la que Morata y Correa no son delanteros ninguno de primer nivel (no solo por las claras ocasiones falladas, sino por su impacto en los partidos importantes) y un Memphis que se lesiona cada tres partidos que juega. No todo son malas noticias, hay jugadores que están para rendir al primer nivel y que son muy útiles si el resto del equipo estuviera a su nivel, Llorente, Lino o Barrios son el futuro para un equipo que necesita una limpia estructural importante si no quiere tener otra temporada igual, sin disputar títulos los últimos meses de competición y autocomplacerse con que quedar entre los 4 primeros es lo que hay que lograr.

Ojo a la vuelta

El Barcelona dio un paso importante para la clasificación a semifinales de la Champions League de este año con una meritoria victoria en el parque de los príncipes. Un resultado para afrontar la vuelta con muchas mas garantías. Pero la eliminación del valor doble de los goles fuera de casa hace que el resultado sea engañoso, un solo gol del PSG manda el partido a la prórroga, y viene herido tras una decepcionante ida en su estadio.

Mbappé además ha sufrido duras críticas y querrá resarcirse en un estadio donde ya anotó un hat trick en su única visita, y sabedor que puede ser su último partido europeo con el equipo parisino. El resultado de la ida además es un poco engañoso, pese a la superioridad blaugrana el PSG con empate en el marcador dio dos veces al palo, pudiendo cambiar completamente el resultado, y unido a fallos claros de Donnarumma (sobre todo en el tercer gol), hicieron posible la victoria de los de Xavi.

Y el mayor error que puede cometer el Barcelona es creerse superior, creer que la victoria de la ida supone ventaja en la vuelta, y que el equipo es superior al de Luis Enrique. Sacar pecho tras la victoria no ayuda, y más recordando el historial de remontadas en contra que han sufrido los blaugranas últimamente en la competición, además estar en cuartos por primera vez tras cuatro temporadas, mucho tiempo para un club que quiere alzarse con el trofeo desde 2015. Si controlan el partido y no permiten correr al rival, tendrá mucho ganado, pero que nadie crea que esto está hecho porque se prevé un partido tenso y que se va a decidir por pequeños detalles, y esos pequeños detalles decantaron el duelo a favor de los azulgrana, pero puede que la suerte sea más esquiva esta vez.

Tardó en reaccionar

Simeone y el Atlético perdieron una oportunidad clarísima de dejar sentenciada una eliminatoria que tuvieron durante muchos minutos muy de cara, y que terminaron pidiendo la hora para no perder toda la ventaja acumulada. El partido se resolvió por un solo gol de diferencia, pero pudo pasar de todo, desde una victoria aplastante del Atlético, merced a los errores infantiles del Dortmund, o incluso un empate, con dos remates finales al palo de los alemanes, que se sobrepusieron a su mal inicio. Una eliminatoria que está muy abierta para ambos y que el Atlético afrontará con más apuros de los que debería si hubiera gestionado mejor un partido que se puso más de cara de lo esperado.

Ya se vio que desde el inico de la segunda parte y con los cambios realizados por Terzic (especialmente las entradas de Brandt y de Haller) el conjunto borusser dio un paso adelante y el Atlético, con poca intervención de un Simeone que tardó en exceso en refrecar al equipo, dos para trás. Cambió totalmente la tendencia de un partido que se atisbaba como un funeral para los de la cuenca del Rhür y un paseo para los colchoneros, pero nada más lejos de la realidad. Una buena reacción de los alemanes unida a la inoperancia atlética y a un bajón en lo físico (tras 9 días seguidos de descanso sin competiciones) dejaron volver a meterse en el partido y la eliminatoria a los visitantes.

Ahora el Signal Iduna Park dictará sentencia a una eliminatoria que se preveía igualada en el inicio, pero que el Atlético ha dejado escapar vivo a un rival que inesperadamente (siendo el conjunto menos goleado de la fase de grupos) concedió demasiadas ventajas. En la máxima competición cuando perdonas lo acabas pagando y habrá que ver si el Atlético no se acuerda de las ocasiones y la ventaja perdidas, porque el estadio del Borussia, como el Metropolitano, es de los que más aprietan de Europa. Un ambiente difícil y un rival herido que ya sabe el camino para hacer daño a unos colchoneros que llevan varias temporadas sin ser fiables atrás y con su rendimiento fuera de casa este año dejan todo en el aire pese a la ventaja de un gol.

El mejor partido posible

Hoy se juega el primer asalto de los cuartos de final de la Champions League, y este maravilloso torneo nos va a regalar en cuartos de final el mejor partido posible a día de hoy. Un Real Madrid Manchester City, el duelo más recurrente en los últimos años, los dos últimos ganadores de la Champions League y máximos favoritos a revalidarla. Guardiola contra Ancelotti, Guardiola de nuevo en el Bernabéu, Haaland pisando el estadio del club por el que anhela fichar. El partido tiene todos los alicientes posibles para generar la mayor expectación el año.

Y lo bueno de tanto enfrentamiento es que hay muchas venganzas pendientes, el 4-0 del Etihad Stadium del año pasado todavía escuece en el Madrid, que querrán resarcirse con una buena actuación en su estadio para dejar encarrilada la eliminatoria. Por su parte el City, volverá al estadio de sus fantasmas, donde se vio remontado hace dos años con dos goles en el descuento de Rodrygo cuando el Madrid estaba virtualmente eliminado. Muchas cuentas pendientes tras muchos duelos cruzados que deben empezar por resolverse hoy.

Se huele ya la tensión de partido importante desde ayer que aterrizó la expedición citizen en la capital española, y la igualdad entre ambos equipos hace esperar al partido de vuelta para resolver del todo la eliminatoria. Se espera un partido de mucho control por parte de Guardiola y un Madrid que intente dinamitar con transiciones rápidas el centro del campo skyblue. Mucho cuidado con los 4 apercibidos por parte del Madrid (Vinicius, Camavinga, Bellingham y Tchoumaeni) que en caso de ver amarilla se perderán el partido de vuelta. Partidazo que nos espera y contando las horas para que empiece a rodar de nuevo el balón de las estrellas sobre el Bernabéu.

La historia se repite

Como si se tratara de un dejavu, el Sevilla y En Nesyri volvieron a revivir una noche de pesadilla europea en una Supercopa de Europa. Esta vez Atenas fue testigo de como el Sevilla con todo a favor y con posibilidad real de ganarla, fallaba ocasiones muy claras, en especial su delantero, para morir en la orilla en su sexta derrota en siete ocasiones de este torneo. Como ya ocurriera hace dos años con el Bayern de Munich, En Nesyri tuvo un mano a mano clarísimo que estrelló en los pies de Ederson, con una definición que dejó mucho que desear y que hubiera sentenciado un partido que tenían donde querían los hispalenses.

Luego la tanda de penaltis tampoco ayudó a los de Mendilibar, que erraron el último lanzamiento, que luego el propio Mendi reconocería que su cambio de Suso fue un claro error ya que lo metió para el penalti y no quiso tirarlo. También quedó el sabor amargo del que puede ser el último partido de Bono con el Sevilla. El portero quedó desolado hundido y solo en el centro del campo, masticando todavía la tanda, donde no paró ninguno, y se le escapó el penalti de Walker por unos milímetros.

El poso que queda es de decepción, tras haber tenido al City sometido y dominado, pero los brotes verdes son evidentes, aunque el mercado sigue abierto y la salida prácticamente confirmada de Bono puede que no sea la última. Acuña está siendo tentado por el Aston Villa, y puede que algún jugador mas salga del equipo. Con esta situación, la paliza física realizada y la derrota de la primera jornada al Sevilla le va a tocar hacer mucha terapia antes de afrontar la nueva jornada liguera donde una nueva derrota en Mendizorroza le puede dejar muy tocado y rescatar los fantasmas del descenso del año pasado. Momento muy peligroso pese a haber estado muy cerca de realizar una machada histórica.

La mas difícil todavía

Siete, se dice pronto. El Sevilla volvió a proclamarse campeón de la Uefa Europa League por séptima vez tras una nueva clase magistral de supervivencia y épica en el torneo. Todas han tenido su épica pero quizás ésta última, por las circunstancias, y cómo se ha dado la temporada sea la más especial. La temporada del Sevilla comenzó como un drama, coqueteando muy seriamente con el descenso, con la dolora destitución de Lopetegui para intentar cambiar el umbo del equipo, la llegada de Sampaoli que sería cesado a los pocos meses tras no dar con la tecla en ningún momento, y el aterrizaje de Mendilibar, un currante del fútbol, para acabar tocando de nuevo la gloria para los de Nervión. De poder ser la peor temporada del Sevilla en dos décadas a participar en la Champions de la próxima temporada y como cabeza de serie en el torneo. Un lavado de cara a la temporada y un soplo de ilusión para una parroquia que lo ha pasado muy mal esta temporada.

Y el camino no ha sido fácil. Tras quedar eliminado en la fase de grupo de la Champions, accedió como tercero a la Uefa Europa League. Allí tras sufrir contra el PSV pese al 3-0 cosechado a favor en la ida se ha ido desquitando de todos los rivales más fuertes del torneo. Mención especial para los últimos diez minutos en Old Trafford, donde la remontada par empatar el partido rozó más lo paranormal que la épica. Y ante la Juventus, tras rozar la eliminación en la vuelta, supo sobrevivir y ganar en la prórroga. La Roma tampoco lo puso fácil, pero supo sufrir en algunos momentos y jugar los penaltis para volver a levantar un título que ya se ha convertido en habitual. Una nueva hazaña más para un equipo que se transforma de manera inexplicable en el torneo europeo para convertirse en el gran dominador con merecimiento. Muchos honores para el Sevilla.

Justicia poética

Hablar de lealtad es hablar de Marco Reus. El que fuera muchos años el mejor jugador de la hornada alemana campeona del mundial, la mala suerte le persiguió para no poder obtener ningún título importante. Su lesión meses antes del Mundial de Brasil privó a Alemania de su mejor jugador y a él de coronarse campeón del mundo. Con el Borussia ha intentado año tras año ganar la Bundesliga o la Champions, se quedó a las puertas en 2013, perdiendo la final contra el Bayern en Wembley. También ha visto como todos sus compañeros de equipo se marcharon a los cantos de sirena de Bayern o Premier, quedando él como único superviviente. Y no fue por falta de ofertas, todos los grandes equipos trataron de convencerle, pero fue imposible, el sueño que tenía desde niño de levantar un título con su Dortmund era superior a cualquier cosa. Y ahora por fin puede hacerlo además como capitán, tras nueve años seguidos sufriendo la tiranía del Bayern en Bundesliga, viendo como siempre quedaba cerca, conformándose con alguna Supercopa alemana o la Copa Pokal. Títulos menores para la dimensión de un jugador descomunal, que de no ser por lesiones en los peores momentos posibles hubiera tenido una carrera de ensueño. El tiempo y quién sabe si la justicia poética hicieron que en la penúltima jornada un pinchazo del Bayern dejara la posibilidad al Dortmund de ponerse primero con una sola jornada por jugarse. El sábado el Signal Iduna Park, el templo negriamarillo, recibirá al Mainz para proclamarse de nuevo campeones dependiendo de ellos mismos. La oportunidad de pasar a la historia de un jugador que recordará y valorará más esta liga que cualquier otro título mayor con otro club. El sueño de un niño que se puede hacer realidad y que cada rara avis se ve en el fútbol moderno de hoy en día. Yo, como especial seguidor y admirador de Reus, espero ver cómo levanta el título el sábado y cierra el círculo de una carrera ejemplar. El premio al último romántico que pudiendo haber ganado en cualquier club prefirió jugar con el Dortmund.

La final anticipada

No hay partido mejor actualmente que el Manchester City Real Madrid de esta noche. Tiene de todo, morbo, revancha y los mejores equipos de la actualidad con diferencia sobre el verde. Se repite el enfrentamiento por segundo año consecutivo, tras la maravillosa eliminatoria que ofrecieron el año pasado, con remontada inverosímil del Madrid incluida. Y tras el duelo de ida que acabó en empate con el Madrid mereciendo más, llega el desenlace esta noche en un Etihad que va a vivir el partido más importante de la temporada sin duda a tenor del nivel del partido y viendo que el Inter es el aspirante en la Final.

Mucho morbo hay de nuevo en ver si Guardiola es fiel a sí mismo o su miedo hacia el Real Madrid le hace plantear un partido conservador como en la ida, donde priorizó la posesión del balón sin riesgos hasta que el Madrid dinamitó el partido y cambió toda la dinámica. El City sabe que en su estadio debe dar un paso adelante como hizo en la ida del año pasado, donde realizó un partido perfecto prácticamente que le valió para ganar al Madrid, aunque sólo por un tanto. Como consuelo los citizens tiene que en el peor partido de Haaland tan solo empataron, con que a poco que el ciborg despierte tienen muchas opciones.

Pero que decir del rival que tienen en frente, el rey de la competición, ese equipo que se transforma en la mejor competición continental logrando imposibles como algo habitual. Para mi el Real Madrid es el favorito de esta eliminatoria, la eliminación del valor doble de los goles hace que parta en igualdad de nuevo al empezar el partido, y nadie sabe jugar mejor que ellos en el escenario de ganar o eliminarse, tiene la mejor plantilla hombre por hombre actualmente, y la mística que rodea al club les hace prácticamente invencibles últimamente. Se avecina partidazo donde se verá si hay nuevo rey o el Madrid sigue reivindicando su trono.

Se destapó la colonia de nuevo

Partidazo entre el Real Madrid y el Manchester City en la ida de las semifinales de la Champions. Los a día de hoy mejores equipos del mundo con diferencia dieron un espectáculo majestuoso un día más tras la eliminatoria increíble que brindaron el año pasado también en las semifinales de la competición. Pero tras la ida quedó una sensación de superioridad del Real Madrid, merced a que el equipo estuvo mejor toda la segunda parte, especialmente en el último empuje del partido donde se puede decir que salió vivo el Manchester City al conservar el empate.

Parte de culpa de no revertir esa situación fue de Guardiola, el entrenador no realizó ningún cambio durante los 90 minutos que duró el partido, algo muy sorprendente teniendo en cuenta la calidad que atesora en el banquillo, y el estado físico del equipo, que sufrió en exceso y no creó ninguna salida peligrosa con piernas frescas para poner en aprietos a un Courtois que vivió muy cómodo los últimos minutos. Al final del partido se justificó en que los que estaban le aseguraban control de la posesión y esconderla, pero pérdidas infantiles (sobre todo provocadas por el cansancio) de Bernardo Silva y Gündogan estuvieron a punto de costarle muy caras al equipo, y mantener a Grealish cuando no desbordó ninguna vez ni aprovechó las subidas de Carvajal fue un mal negocio.

Al final salió del Bernabéu con un empate que le supo a victoria por cómo se desarrolló todo el partido, el City no tuvo ninguna ocasión realmente clara pese a tener mucha posesión (el mano a mano de de Bruyne era fuera de juego) y se encontró con un gol merced a una jugada enrevesada con fallo arbitral de por medio. En el Etihad la cosa va a ser bien diferente, el equipo saldrá de otra manera y el planteamiento no tendrá que ver, pero su impronta en el partido de ida fue más que negativa, no ayudando a su equipo. Veremos si para la vuelta recapacita o quiere seguir siendo el protagonista de la eliminatoria.

La cruda realidad

No solo los grandes nombres dan los títulos. Ayudan mucho, pero necesitan un acompañamiento a la altura, o por lo menos que en los días más grises den el do de pecho. Es el principal problema que ha tenido el PSG todos los años. Un equipo muy descompensado, grandes estrellas junto a jugadores de muy bajo nivel o totalmente inexpertos, que es lo que se evidenció una vez más anoche. Un equipo con la mejor delantera posible casi, pero con un centro del campo y una defensa que dejan mucho que desear. Y cuando sus estrellas ofensivas no rinden, el equipo no sabe dar un paso adelante ni aguantar ante equipos de entidad. El Bayern, lejos de sus mejores épocas de nombre de plantilla le ha pasado por encima en ambos partidos con suficiencia aplastante.

Otra vez más el PSG se va en octavos de la Champions, todo por no ser capaz de ganar ninguno de los dos partidos de la fase de grupos al Benfica, que le quitó la primera plaza de grupo por tener mejor golaverage. Las lesiones tampoco le han ayudado, Mbappé en la ida llegó entre algodones y sólo pudo jugar los últimos minutos de partido, y en la vuelta Neymar no pudo ni participar. El mercado veraniego dejó una buena noticia con la continuidad del Mbappé en el club, pero dejó muchas dudas con los fichajes claramente innecesarios y muy alejados del nivel que se tiene en otras líneas el PSG de Fabián, Carlos Soler o Renato Sanches. Jugadores muy alejados de los de mejor nivel en su posición en Europa, y en una posición clave del campo, donde se decide el rumbo de los partidos y se imponen los equipos.

De nuevo las dudas asaltarán un proyecto cada vez menos apetecible, con un vestuario cada vez más ingobernable, con una dirección deportiva dividida, Antero Henrique y Luis Campos (ambos llegados en verano también) mantienen una disputa constante y no han llegado a ningún acuerdo en ninguno de los fichajes, siendo Henrique el que se ha impuesto finalmente. Otro fracaso más, donde con el equipo fuera de la Copa también (le apeó el Marsella) sólo le queda de nuevo a inicios de Marzo el insípido título de la Ligue 1. Y los rumores sobre la marcha de Mbappé, la renovación de Messi (desaparecido en el global de la eliminatoria una vez más) y de Ramos o la venta de Neymar serán una vez más lo que rellenará unos meses que harán muy largos en París otro año más. Y ya van…