El dinero no asegura felicidad

Saltó la segunda gran bomba de los banquillos. Graham Potter ha sido cesado del banquillo del Chelsea tras unos pocos meses en él (llegó en septiembre). Se une a la sorpresa que ha causado el también cese de Naigglesman en el Bayern, pero teniendo algo en común, ambos clubes pagaron una millonada para ficharles para sus banquillos y ambos han salido por la puerta trasera tras solo unos meses. Lo de Potter además a diez días vista del duelo crucial del Chelsea en cuartos de final contra el Real Madrid, está a once puntos de los puestos Champions en Premier y su única bala para disputarla el año que viene es ganando la edición de este año. El periplo de Potter, que había hecho una gran labor con el Brighton, convirtiendo al equipo de las gaviotas en la revelación de la Premier, ha sido muy decepcionante, con un balance de doce victorias, siete empates y once derrotas tras una inversión en navidades de más de 300 millones. Nunca dio con la tecla del equipo y con este movimiento el club londinense intenta reactivar un proyecto que peligra seriamente para la temporada que viene.

El caso de Naiggelsman es totalmente opuesto, sus buenos resultados en la Champions, tras eliminar convincentemente al PSG ganándole en ambos enfrentamientos, no se han traducido en una superioridad aplastante en Bundesliga, donde estaba empatado con el Borussia Dortmund en la primera plaza (hasta este fin de semana que ya con Tüchel en el banquillo golearon a los del Rhür). Eso unido a que había perdido a parte del vestuario, el técnico llegó a acusar de que había un topo en el vestuario que filtraba las tácticas, y su noviazgo con una periodista que no daba confianza a la plantilla, hicieron que el ambiente fuera enrarecido en los vestuarios del Allianz. El caso es que el Bayern se ha movido rápido ofreciendo un jugoso contrato a Tüchel para sacarlo del retiro y tener a lo bávaros finos para el doble enfrentamiento ante el City en los cuartos de Champions.

Con esto se saca la conclusión de que tras haber pagado 30 y 25 millones respectivamente Byern y Chelsea por sacar a los entrenadores de sus anteriores equipos y ponerlos al frente del suyo, han tenido que rescindir el contrato con solo unos meses en el cargo de ambos y con lo gordo de la temporada aún por disputarse. El dinero no siempre asegura el éxito, y las decisiones no hay que tomarlas a la ligera y saber qué entrenador está realmente preparado para un reto mayúsculo al frente de equipos de estas magnitudes. El Chelsea de momento no ha encontrado entrenador en el mercado (se habla de que el favorito es el propio Naiggelsman) pero tras este fracaso y sabiendo que su descarte es el rearme en el banquillo de Bayern tendrá que recapacitar seriamente en manos de quién pone un proyecto de semejante magnitud.