Vivan las defensas

Si algo nos ha dejado en común las series de semifinales de Conferencia que llevan ya dos partidos es la importancia de la defensa. Tanto los Timbrewolves como los Knicks, han dado una buena muestra de ello en los dos primeros partidos, dejando la mitad del trabajo hecho de la serie. Unas exhibiciones, en especial la de los de Mineapólis, que han hecho que el actual campeón y máximo favorito al título (con permiso de los Celtics) haya recibido dos sonoros revolcones en casa y les ha dejado con un balance actual de 6-0m en estos playoffs. Una maravilla cimentada en el extraordinario rendimiento de Anthony Edwards en ambos lados de la cancha, y al trabajo de los interiores Towns y Gobert para minimizar (ya que detener no se puede) al imparable Jokic.

De momento la jugada les ha salido bien, parece además que están más frescos (la batalla de los de Colorado ante los Lakers les ha podido dejar el tanque de gasolina mas vacío de lo que se pensaba) y con una inercia ganadora muy difícil de revertir ahora mismo. Llevan mucho esperando un momento así y no parece fácil hacerles bajar de ahí (aunque los Nuggets todavía pueden levantarse y decir su última palabra en esta serie). Igual que los Knicks, que tras una ajustada serie ante sus archirrivales los 76ers, llegan con el tanque justo, hay que ver como son de graves las molestias de Anoubi y de Brunson, pero que con una defensa asfixiante están 2-0 por encima de los siempre peligrosos Pacers.

Thibodeu, que ha exprimido a la plantilla durante toda la temporada, de momento está aguantando el tipo gracias en parte al nivel de Brunson, y a una defensa muy sólida que hace que rascar un partido en el Madison sea cada vez más difícil (de 5 en estos playoffs, solo han perdido uno). También con una tendencia ganadora, que ha impregnado además a todos los aficionados de un espíritu que hacía mucho que no se veía en Nueva York, cada vez más famosos están yendo al estadio, aprovechando el buen momento del equipo. Mientras sigan ganando, las piernas aguantarán en defensa, habrá que ver si en Indiana les alcanza, o el esfuerzo titánico en el segundo les sale muy caro y la serie vuelve a estar igualada.

Una Liga impecable

El Real Madrid se ha proclamado campeón de liga por trigésimo sexta vez en su historia, y lo ha hecho con unos números apabullantes que no dejan lugar a duda. De las 34 jornadas disputadas, tan solo una derrota y seis empates, números incontestables que dejan claro la mano de hierro a la que ha sometido a todos sus rivales, salvo al Atlético, que le ha ocasionado la única derrota del curso y en el Bernabéu tampoco fue capaz de ganarle. Por si estos números no fueran suficientes, es el equipo más goleador y el menos goleado, lo que habla de un balance perfecto que le hace casi imposible de vencer este curso.

Ha ganado además los cuatro partidos a sus rivales directos de este año, tanto a Girona como a Barcelona, y desde que se aupó al liderato tras ganar en Montilivi, no ha vuelto a soltar el primer puesto. Y eso que a principio de temporada, la falta de un nueve puro de garantías hacía que hubiese dudas de cara al gol en este equipo, pero la irrupción goleadora del fichaje estrella del verano Jude Bellingham, especialmente los primeros seis meses, ha mitigado el problema dejándolo en anecdótico.

Pero no solo eso, sino que el equipo se ha repuesto a encontrarse en la jornada uno del campeonato, con la lesión de gravedad de Courtois y Militao, y más tarde sería Alaba el que los acompañaría en la enfermería por el dichoso cruzado, lo que hace que tenga incluso más mérito este título. Y no solo en el campeonato, en Europa también ha trasladado su solidez, estando todavía invicto en la máxima competición internacional y con muchas posibilidades de acceder a la final de Londres.

Meritazo para un equipo que ha funcionado a la perfección, con el nuevo estilo del rombo en el centro del campo y dejar en los costados de ataque a los brasileños, y aprovechar la inspiración goleadora de Bellingham y el desborde y la superioridad de Vinicius, al que le costó arrancar, pero que ahora está terminando el año como una moto en el tramo más importante. De no haber caído en el Metropolitano, estaríamos hablando de una liga invicta, lo que son palabras mayores para un equipo que espera culminar el doblete en unas semanas que convertirían esta en una temporada histórica.