Qué frío hace fuera

El caso Joao Félix sigue siendo el tema más candente en el Atlético de Madrid. La llegada de Pochettino al banquillo del Chelsea para confirmar que no cuenta con él fue un jarro de agua fría para el jugador luso que esperaba que el Chelsea le comprara este verano. Si no cambia mucho la cosa el jugador deberá presentarse en 10 días a las órdenes de Simeone en el Cerro del Espino para una nueva pretemporada con el Atlético. Algo que ni club ni jugador desean pero que la realidad del mercado y el rendimiento del jugador no han evitado.

Su periplo en el Chelsea ha sido muy flojo, comenzando mal (una expulsión en su debut que lo apartó cuatro partidos) y terminando con rol residual en el banquillo y sin contar ni para Potter los últimos partidos ni para Lampard en su estancia de interino. El jugador quería tener minutos en un equipo que jugara más al ataque y el batacazo ha sido sonoro, desde su marcha el Atlético ha sido el mejor equipo de la Liga y con él la caída del Chelsea ha sido estrepitosa hasta acabar fuera de toda competición europea un equipo que sólo en el mercado invernal invirtió la friolera de 300 millones.

Y el panorama ahora no es mejor, sin equipos punteros que quieran de verdad invertir en él, las dudas generadas como rojiblanco se han corroborado, ni en el mundial con Portugal ni en el Chelsea ha sido capaz de demostrar todo ese potencial que atesora y que su carácter y actitud no permiten sacar. Sus ínfulas de estrella no le hacen ningún favor y es el momento de darse cuenta que el problema no es el esquema, ni el entrenador, ni el estilo sino que el problema es su actitud. El día que eso cambie puede salir un jugador descomunal, pero los años pasan y la actitud no cambia, dejando ya de ser un promesa y aproximándose a estrellado.

Movimientos extraños

La NBA ya ha coronado los Nuggets como campeones del 2023 y se ha abierto el mercado de traspasos de nuevo de cara al siguiente curso. Ya ha tenido lugar la ceremonia del draft, sin sorpresas con Wenbayama como número 1 por parte de los Spurs, y los equipos ya han realizado los primeros traspaso. Y no por ser los primeros son poco interesantes o trascendentes. Los Phoneix Suns se hacen con Bradley Beal en lo que les convierte en el frontcourt más anotador y más acaparador de balón posible con todas las ventajas y desventajas que ello conlleva. Mucho desequilibrio para una plantilla que ya evidenció problemas de cohesión y de jugadores de banquillo en la eliminatoria definitiva ante los a la postre campeones Nuggets.

Los Warriors se hacen con Chris Paul en sus filas, un jugador cuyos mejores años ya han pasado y que su velocidad ha bajado dos revoluciones, provocando que los Suns no quisieran contar con él mas debido a que ralentizaba demasiado el juego. El problema en los Warriors es que va a tener que imprimir incluso más velocidad que en Arizona, y sus posibilidades de dar minutos de calidad el poco tiempo que Curry pase en el banquillo determinará si se ha sabido acoplar a su nuevo rol. Este supone el enésimo intento de Paul de conseguir el primer anillo de su carrera después de haber jugado ya en hasta 5 franquicias sin éxito quedándose siempre sin el premio final.

Y por último y quizás el más sorprendente de todos ha sido la llegada de Porzingis a los Celtics, a priori buen refuerzo, pero a costa de Marcus Smart. El base/escolta de 29 años deja toda una carrera en los Celtics, siendo el verdadero corazón y bastión defensivo del equipo (hace un año fue el mejor defensor de la NBA). Acabará jugando en los crecientes Grizzlies que dependen todavía de las posibles sanciones a Ja Morant para ver si van a poder competir este año. Porzingis refuerza el juego ofensivo interior de los Celtics e intentará abrir el campo para las penetraciones de Brown y Tatum y ser un arma ofensiva poderosa para los verdes. Mucho movimiento a priori dudoso que tendrá que demostrar que las franquicias que apostaron por ellos no se equivocaron, y dejar un recado a sus anteriores equipo dejando claro el error que cometieron.

El fin de la tiranía

Con la confirmación de la marcha de Leo Messi al Inter de Miami y su abandono al fútbol de élite europeo se acaba un ciclo maravilloso (quizás el mejor) por su eterna rivalidad con Cristiano Ronaldo. Eran la contraposición perfecta, el jugador tímido contra el histriónico, que recalaran en Madrid y Barcelona no hacía más que acrecentar una rivalidad que siempre llevaron de la mejor manera. Un triunfo para el fútbol español que disfrutó como nunca de la mejor época de ambos equipos, que se veían la cara en todas las competiciones posibles con partidos de una tensión insoportable para cualquiera y que a punto estuvo de llevarse por delante la mejor generación de la selección española por las disputas de estos partidos.

Pero si estos partidos paralizaban el mundo, los epicentros de ambos equipos eran Cristiano Ronaldo Y Leo Messi. Los jugadores que han batido todos los récords habidos y por haber. Dejando las anteriores marcas en anécdotas debido a la superioridad mostrada. Suman 12 balones de oro entre ambos, repartiéndoselos constantemente de forma tiránica durante sus años de prime. Eran imparables cada uno en su estilo, aunque con un Messi que igualaba los registros goleadores de Cristiano pero triplicando sus asistencias. Las Ligas eran una constante lucha de dos (salvo aquel Atlético de Simeone que rompió el duopolio en 2014) con registros de puntos que año tras año se batían, llegando hasta los 100 puntos. Cifra impensable tan solo unos años atrás.

El hueco que dejan es enorme, lo intentarán llenar la nueva hornada de Mbappés, Haalands o Vinicus, pero tristemente su nivel está muy lejos del de estos dos astros que nos brindaron nueve años compartiendo la Liga convirtiéndola en la mejor competición con mucha diferencia sobre el resto. Por mucho dinero que tuviera la Premier el espectáculo estaba siempre en España con los mejores jugadores disputándose año tras año el título, convirtiendo el clásico en casi un día de fiesta mundial, cambiando hasta horarios en otras competiciones para no coincidir. El agujero que nos dejan es casi tan grande como sus estadísticas y logros y ya solo nos queda recordar los momentos favoritos de cada uno con una nostalgia de saber que no van a volver, pero con la felicidad de haber podido disfrutarlos durante tanto tiempo en la cima.

El peligro de Arabia

Parece que tras el desembarco de Cristiano Ronaldo el año pasado y la llegada este verano del actual balón de oro Karim Benzema la liga saudí va con todo a reforzarse y ya ha puesto los principales anzuelos para atraer a jugadores de nivel medio para subir el caché de su liga. La primera acción fue privatizar los principales clubes de la liga, con lo que el dinero no va a suponer un problema para el tema de los fichajes. A los ya mencionados se une la anunciada llegad de Kanté y Rubén Neves, además de los fuertes rumores sobre Koulibaly o Ziyech. Parece que van en serio en Arabia Saudí para atraer a jugadores a su liga y darse mayor visibilidad para aumentar su candidatura para albergar el mundial 2030 tras la disputa del de 2022 en Qatar. Intentaron la llegada de Messi que a punto estuvo de ser realidad, pero tras la no legada del argentino están manos a la obra fichando por grandes cantidades (Rubén Neves ha costado más de 50 millones). De la noche a la mañana no van a ser una gran liga, pero están empezando a ser un gran incordio debido a que no se puede competir con las condiciones económicas que ofrecen, y que sus recursos comienzan a ser ilimitados.

De momento las atracciones de Benzema y Cristiano no son más que eso, pero sin llegar nunca a destronar a Europa como dominador, pueden hacer una brecha importante hasta el mundial de 2030. El objetivo es claro y el dinero no tiene límite, con lo que la tentación va a estar ahí siempre. Un retiro dorado para muchos jugadores que ni soñaron ganar lo que les pueden ofrecer puede llevar a muchos a cambiar de ambición. Ya pasó en su momento con China, pero rápidamente el gobierno puso límites y restricciones para que no se convirtiera en un circo su liga. Pero aquí lejos de restricciones la opulencia cada vez es mayor y van a competir por el mayor pelotazo del mercado entre los clubes al precio que sea. El baile de nombres será muy interesante y es probable que hay más de una sorpresa este verano con algún anuncio importante. Habrá que estar atentos a Oriente Medio y sus locuras en verano.

Aburrimiento con Mbappé

Otra vez más el culebrón de Mbappé ha vuelto a abrirse justo antes del comienzo del verano. Con una carta firmada al PSG reconociendo que no va a ejercer la opción de ampliar hasta 2025 su vinculación con el PSG. Tras esta noticia la ristra de rumores de nuevo ha asaltado al francés y al Real Madrid por ende. Una vez más, como aquel 2022 donde acabó firmando de nuevo por los parisinos dejando al Real Madrid tirado en el último segundo y con un poso de decepción que algunos no olvidan. La historia parece repetirse de nuevo, Mbappé quiere irse, le PSG se pone serio y su maquinaria financiera, unida a la inexplicable intervención del presidente Macron (no se sabe por qué interviene en este asunto), hacen que Mbappé empiece a replantearse la situación.

Ya se han reunido la madre de Mbappé y el PSG sin éxito tras la carta del jugador para intentar negociar un nuevo contrato. La intención de Kylian es cumplir el año de contrato con el PSG y ser libre para decidir, algo que no están dispuestos a asumir desde Paris. O renueva o se vende este verano, al mejor postor, que no tiene por qué ser el Real Madrid. Y ahí puede jugar su baza el equipo francés, al que no le tiembla el pulso en estas situaciones sabedor de que el dinero para ellos no es un problema al estar financiados por Qatar entero.

Se espera un verano largo, con un Madrid con necesidad de un 9 que por esperar a Mbappé ya perdió la oportunidad con Haaland, y que sabe de que el verano que viene el galo será agente libre para decidir su futuro, por lo que está ne posición dominante en una negociación. Pero con el PSG y sus presiones internas nunca se sabe. Lo único que nos espera es un verano de rumores y noticias constantes pro Mbappé de nuevo. Muchísima pereza con este tema.

25 años de The Shot

La imagen más icónica de la NBA cumple está de aniversario. 25 años del mejor tiro de la historia del baloncesto y del deporte en general. El mejor colofón para la mejor carrera para el más grande de todos los tiempos. Michael Jordan se despidió del baloncesto (con excepción de su vuelta con los Wizards) con los mejores 42 segundos que ha dado este deporte y todo queda resumida en una imagen para la posteridad. Un estadio rival en la que se puede ver el drama y la desesperación con el balón volando en el aire y con un Jordan cuadrado en un tiro frontal marca de la casa, que significaría el sexto anillo para él y sus Bulls y la segunda derrota consecutiva de los Jazz.

Mucho trasfondo en ese tiro, mucha intrahistoria tras la convulsa última temporada de Jordan en los Bulls, archiconocida ya como the last dance (título que se inventó Phill Jackson al inicio de la misma), en la que tuvo que lidiar con todo tipo de problemas y guerras internas de un equipo que tras seis cinco anillos en siete años tenía ya muchas cuentas pendientes entre ellos. Muchos años al pie del cañón soportando toda la presión posible y saliendo siempre vencedores es algo que desgasta y mucho y llevó a la desintegración tras la extraordinaria canasta que a la postre sería bautizada como the shot.

Un momento que hay que recordar que Jordan jugó sin Pippen, que sufrió una lesión de espalda en la primera jugada del partido, y al que se llegó con 3 puntos abajo por parte de los Bulls antes de la secuencia de 42 segundos. Una bandeja rápida de Jordan, un robo magistral de él mismo a Malone par recuperar la posesión y un último ataque, el último, el que le llevó a su sexto anillo y cerró el círculo de su carrera con su segundo threepeat. En palabras de Andrés Montes comenzó con un bienvenidos al vuelo número 23, aerolíneas Jordan y terminó con el grito de me llamo Michael, Michael Jordan, como Bond, James Bond. Una joya imborrable para cualquier aficionado y que perdurará para siempre en lo más alto del olimpo no sólo del baloncesto sino de cualquier deporte.

Gloria para Denver

43 años después de expansión de la NBA con los equipos provenientes de la ABA (al intuir la adhesión los Denver cambiaron el nombre de Rockets por Nuggets para no tener problemas con el equipo de Houston) los Nuggets se han proclamado campeones de la NBA. Un premio justo y merecido ya que han sido el mejor equipo de la temporada regular y el mejor equipo de los playoffs sin discusión ninguna. Han cosechado un balance final de 16-4 que es el mejor balance desde los Lakers de Shaq y Kobe y han dejado por el camino a los alicaídos Timberwolves, a la conjunción de estrellas de los Suns, barrido sin discusión a los renacidos Lakers y finiquitado sin miramientos a los pujantes y sorprendentes Heat. No han dado opción a ningún contendiente, no han estado por detrás en ninguna serie y sólo han cedido un partido en su estadio en todas las series. Una muestra de la solidez y de la seriedad que han mostrado en su camino al primer anillo de la franquicia.

Si hay que destacar a alguien en este camino es a Nikola Jokic. El pívot serbio ha demostrado todos los fundamentos que hay que dominar en el baloncesto. Ha dado un clínic en cada partido de cada serie, promediando casi un triple doble en todas las series disputadas. Su superioridad ha sido abismal respecto a cualquier rival y ha puesto en entredicho la elección de MVP de la temporada regular de Embiid, no se lo dieron a él ya que sería el tercero seguido (hecho que sólo han conseguido Bill Russel, Wilt Chamberlain y Larry Bird) pero fue merecedor absoluto. Quién lo iba a decir cuando los Nuggets en el lejano 26 de Junio de 2014 le seleccionaron en la posición 41 del draft (elección que ni se televisó ya que en ese momento pusieron un anuncio de Taco Bell mientras era seleccionado) la carrera que iba a tener un jugador atípico en todos los sentidos en la NBA. Su cuerpo nada musculado, su físico lento y torpe en principio, pero que ha dado una nueva lección y ha llevado a una franquicia perdedora como Denver al olimpo de la NBA.

Mención especial a todo el trabajo del equipo también, con un Jamal Murray excepcional tras un año lesionado de gravedad, un Aaron Gordon que ha encajado y ha sabido aprovechar la facilidad de visión y pase de Jokic para anotar canastas fáciles bajo el aro con simples cortes en la zona que daban mucha vida al equipo, un Porter Jr que también volvió tras varios problemas musculares la temporada pasada y que han hecho que sea un equipo sin fisuras, muy difícil de meter mano y que ya ha entrado en la historia tras 43 largos años, el equipo que más ha tardado en ganar un anillo por primera vez hasta hoy (hay muchos equipos que si algún día lo ganan le superarán como Clippers, Magic o Suns). Jokic habrá sido el MVP de la final, pero todos y cada uno de los miembros del roster han sido partícipes activos de este anillo que da fuerza a franquicias outsiders de que si hacen las cosas bien se puede tocar la gloria.

ZIao

Con un San Siro rendido y con las lágrimas derramándose por su cara se despidió por sorpresa Zlatan Ibrahimovic del fútbol profesional. Con 41 años y tras una grave lesión, el talento sueco decide colgar las botas tras una carrera de ensueño. Su fuerte carácter y su personalidad única le hicieron ser un jugador diferente al resto. Con una calidad y agilidad insólita para un jugador de 1´93, el sueco siempre dejó huella en todos los clubes en los que estuvo. Ya desde sus inicios en su Mälmo natal dejó huella de lo que se venía. No tenía el menor respeto por los veteranos del club ya con 17 años. Fue capaz además de plantar al mismísimo Arsene Wenger, cuando su fichaje por el Arsenal parecía hecho, y le pidió verle entrenar, a lo que el sueco contestó Zlatan no hace pruebas, y acabó fichando por el Ajax de Amsterdam donde anotó uno de los mejores goles de la historia sin duda.

Su gran Eurocopa de 2004, eliminando a Italia con golazo incluido le hizo saltar a la fama y la Juventus no dudó en ficharlo. Tras el escándalo del caso Moggi fichó por el Inter donde se pudo ver su mejor versión. Ese Ibra omnipresente que dominó la liga italiana a su antojo. Su único lunar fue su fichaje por el Barcelona, donde su ego chocó con la filosofía de un Guardiola que jamás lo supo entender ni tratar. Su vuelta al Milán trajo el scudetto para los milanisti hasta que los problemas económicos del club hicieron que se enrolara como la máxima estrella del super proyecto del naciente PSG. Allí fue el máximo goleador y mejor jugador todas las temporadas que estuvo, con más de 30 años desde que llegó hizo que el tiempo no pasara por él y se convirtiera en leyenda del PSG.

Sus últimos años los repartió entre el Manchester United (al que hizo ganar la Europa League) hasta que sufrió su primera grave lesión de carrera. Marchó a la MLS a lo que parecía un retiro dorado hasta que se aburrió y decidió volver al fútbol de más alto nivel, asumiendo el reto de devolver la gloria al Milán tras muchos años de sequía. Y vaya si lo consiguió, hizo de nuevo al Milán campeón de liga, pero en verano otra grave lesión de rodilla le impidió prácticamente participar en esta última temporada. Lo que le ha llevado a poner punto y final a una carrera de ensueño en la que a parte de goles para el recuerdo nos ha dejado un batalla contra el tiempo digna de una leyenda incomprendida con un carácter único.

La mas difícil todavía

Siete, se dice pronto. El Sevilla volvió a proclamarse campeón de la Uefa Europa League por séptima vez tras una nueva clase magistral de supervivencia y épica en el torneo. Todas han tenido su épica pero quizás ésta última, por las circunstancias, y cómo se ha dado la temporada sea la más especial. La temporada del Sevilla comenzó como un drama, coqueteando muy seriamente con el descenso, con la dolora destitución de Lopetegui para intentar cambiar el umbo del equipo, la llegada de Sampaoli que sería cesado a los pocos meses tras no dar con la tecla en ningún momento, y el aterrizaje de Mendilibar, un currante del fútbol, para acabar tocando de nuevo la gloria para los de Nervión. De poder ser la peor temporada del Sevilla en dos décadas a participar en la Champions de la próxima temporada y como cabeza de serie en el torneo. Un lavado de cara a la temporada y un soplo de ilusión para una parroquia que lo ha pasado muy mal esta temporada.

Y el camino no ha sido fácil. Tras quedar eliminado en la fase de grupo de la Champions, accedió como tercero a la Uefa Europa League. Allí tras sufrir contra el PSV pese al 3-0 cosechado a favor en la ida se ha ido desquitando de todos los rivales más fuertes del torneo. Mención especial para los últimos diez minutos en Old Trafford, donde la remontada par empatar el partido rozó más lo paranormal que la épica. Y ante la Juventus, tras rozar la eliminación en la vuelta, supo sobrevivir y ganar en la prórroga. La Roma tampoco lo puso fácil, pero supo sufrir en algunos momentos y jugar los penaltis para volver a levantar un título que ya se ha convertido en habitual. Una nueva hazaña más para un equipo que se transforma de manera inexplicable en el torneo europeo para convertirse en el gran dominador con merecimiento. Muchos honores para el Sevilla.