Intolerable

Un nuevo acto vandálico desmesurado por parte del Frente Atlético en la previa del derbi copero avergüenza a toda la afición atlética a la que este grupo hace tiempo dejó de representar. Sus constantes disputas con la directiva atlética (por la falta de presupuesto que sacaban de los viajes una vez que el equipo está fuera de Europa) está provocando una división constante en cada partido, con pitos de la propia afición rojiblanca a su grupo ultra, que cada partido continúa con el falso cántico de Atlético somos nosotros. Todo esto ha provocado un ambiente irrespirable en el campo, que se ha traducido en los peores números como local del equipo desde que se mudaron al nuevo Metropolitano, dejando de ser un fortín inexpugnable, a ser un estadio asequible para casi cualquiera.

La causa del cambio de escudo, que hace ya 6 años del cambio, la nueva camiseta de este año, y el dinero que no se destina ya que este año no hay viajes, han hecho que el grupo ultra se revuelva contra la directiva, con cánticos y ofensas a propietario y presidente. El grupo ultra está tomando medidas que no representan a una afición que siempre se ha caracterizado por apoyar al equipo en las buenas y en las malas sin recurrir a insultos ni actos violentos, y mucho menos con actos como el de esta noche de amenazas de muerte a jugadores del Real Madrid. El derbi tiene que ser una fiesta del fútbol, con una dura rivalidad pero sana. Todo lo que deje de ser eso será un error por parte de todos los implicados y no representa a los verdaderos aficionados de cada equipo que apoyan desde la racionalidad y el sentimiento a su equipo.

Es el momento de que el Atlético tome las medidas oportunas y, como hicieran en su momento Real Madrid y Barcelona, expulsar a este grupo ultra del estadio, y quitarle ese poder que ahora tiene y que tras mucho tiempo han demostrado que no saben usar. No es la primera vez que el nombre del Atlético se ve manchado por unos vándalos con actos fuera de lugar, que empañan a una afición ejemplar que ni comparte ni apoya estas situaciones. Es el momento de la directiva de actuar y dejar a fuera a este grupo que deja claro que lo último que le interesa es el fútbol, ya que sólo buscan pretextos para usar violencia y descargar frustraciones. El fútbol es pasión, tradición, entretenimiento, rivalidad y sobre todo diversión. Todo lo que no sea eso o no represente eso está fuera de lugar, y el Frente Atlético lleva mucho tiempo fuera de todo esto.

Vergüenza innecesaria

Ridículo espantoso el que protagonizan los dos grandes clubes del fútbol español en los cuartos de final de la Copa del Rey. Ambos clubes, han tomado la absurda medida de no dejar entrar a ningún aficionado que no sea del equipo local, incluyendo textualmente en la compra de entradas que llevar cualquier identificativo del equipo visitante será motivo suficiente para no poder acceder al estadio. Una medida que empequeñece a ambos clubes, pero especialmente al Real Madrid, un equipo que siempre presume de señorío, y que tan sólo va a dar 354 entradas (que ayer subió a 600 tras salir todas las noticias) al Atlético de Madrid para la disputa del derbi copero del Jueves. Una medida sorprendente e impropia del club y de Florentino en su mandato.

El caso del Barcelona, siendo igual de sorprendente, deja en evidencia las miserias de un club que vive los últimos años acomplejado en eliminatorias, y que vive con el miedo a que se repita el ridículo del Eintrach de Frankfurt del año pasado. El club catalán impedirá el acceso a todo aficionado que porte cualquier identificativo de la Real Sociedad, empañando así la fiesta del fútbol que supone el torneo del KO. Ambos clubes se han aprovechado de la fortuna del sorteo (al salir primera su bola el partido es en su estadio) y de la inexistente norma de la Copa en cuanto a la obligación de la cesión de entradas al equipo visitante. Así como en la Liga o en l Champions si que hay norma obligatoria de cesión mínima de entradas, en la Copa eso no existe y ambos equipos han dado buena cuenta de eso.

Cuando salió el sorteo, se cruzaron los cuatro primeros clasificados de la liga actualmente, con derbi de la capital incluido, pero más que en el partido en sí, la previa está sacando las miserias de los clubes más poderosos, que se podrían ahorrar este ridículo popular ya que no lo necesitan. No ganan nada con esta medida, y pierden mucha clase con la medida tomada (todos los equipos a los que se ha enfrentado el Atlético en rondas previas, han dado más entradas al equipo visitante, con un aforo infinitamente menor que el Bernabéu). Tras esto imagino que para el año que viene, y sabiendo que todas las eliminatorias hasta las semifinales son por sorteo y a un solo partido, se instaurará una norma de cesión mínima de entradas a los equipos visitantes. Pero da pena que haya que tomar la medida así por acciones como las de esta semana.

Caso Carrasco. La verdad

La llega de un grandísimo jugador como Memphis Depay al Atlético de Madrid ha traído consigo también la posibilidad para el Barcelona de depositar 20 millones en las arcas del Atlético de Madrid en verano para llevarse al belga Yannick Carrasco. Un precio de risa pero que se justifica en que es agente libre en 2024 y que el extremo no había aceptado la oferta de renovación de los colchoneros. Pero Carrasco siempre ha afirmado que está a gusto en Madrid y que no tenía en mente el abandonar el Atlético, entonces o el jugador miente, o el club ha hecho una oferta irrisoria por un jugador determinante y fundamental para un equipo escaso de efectivos creativos y desequilibrantes. Tras su espantada a la liga china, y posterior regreso, es un jugador nuevo, comprometido en defensa y con su desequilibrio arriba. Es cierto que le falta un punto de finalización para terminar de ser un jugador diferencial, pero el peligro que genera con sus internadas en insistencias siempre está ahí.

Además el jugador cuenta con el beneplácito del entrenador Simeone, que lo usa siempre ya sea como extremo o como carrilero, y que ya el año pasado, en una temporada muy floja del conjunto rojiblanco, fue el mejor de largo del equipo durante todo el año, echándose por momentos el equipo a la espalda para protagonizar remontadas épicas en Liga en el Metropolitano, como ante el Espanyol (por partida doble), Valencia o Getafe. Pero el interés Atlético en Memphis lo ha aprovechado el Barcelona enredando el entorno del jugador, que ante la impasibilidad y mala gestión de la dirección atlética ha visto con buenos ojos la oportunidad de recalar en el Barcelona, y cambiar de aires con toda probabilidad a final de temporada.

Para el Atlético hay dos visiones, la económica, muy bien con un jugador que no ha querido renovar se le saca un beneficio con su venta a falta de un año de contrato. En la parte deportiva su venta es una pésima noticia para un jugador polivalente, asentado, y que no había dado ningún problema desde su vuelta, estando más implicado en el proyecto que nunca. Mi opinión final es que el Atlético ha intentado renovarle a la baja, tras su negativa y con el rendimiento magnífico de Samuel Lino en el Valencia, se ha optado por dejar como el malo al jugador, filtrando que no ha querido renovar, sacar compensación económica teniendo ya al relevo, pero bajando el nivel de la plantilla con esto. No es la primera vez que desde las oficinas atléticas hacen movimientos así, y es hora de ir desenmascarando, ya que la exigencias deportivas no bajan, pero la calidad de la plantilla está poco a poco bajando cada vez más.

¿Aviso a tiempo?

El Real Madrid sufrió ayer una dolorosa derrota que se podía prever según se había comportado el equipo en la reanudación de la competición tras el Mundial de Qatar. Los partidos ante el Valladolid, Villareal, Cacereño y el Valencia en la semifinal de esta Supercopa ya estaban dejando claro una peligrosa tendencia en el equipo blanco. Endeblez defensiva preocupante (con Alaba, Rüdigger, Mendy y Carvajal como principales señalados de la catástrofe), estado físico bajo de la gran mayoría de la plantilla, y sus puntales en un estado muy bajo con partidos más que discretos por parte de Benzemá, Valverde y Vinicius. Sólo Courtois está ahora mismo al nivel del año pasado, y ese nivel es muy muy alto, el resto ha sufrido un bajón preocupante, especialmente tras el Mundial.

La buena noticia para el Real Madrid es que pese al batacazo de la derrota y perder el título, todavía hay tiempo más que de sobra para revertir la situación. No es la primera vez que el Real Madrid necesita un aviso en mitad de la temporada para apretar los últimos meses de competición y acabar ganando los títulos importantes, pero también es cierto que ya en la primera etapa de Carletto al frente del club blanco, en su segunda temporada el equipo, que venía lanzado sufrió una segunda vuelta para el olvido, quedándose en blanco a final de temporada. Las comparaciones son odiosas, y esta temporada, la primera con un Mundial a mitad de competición, es la más anómala que se recuerda.

El ritmo de competición además no da tregua y los blancos deben ir de nuevo al estadio de la Cerámica para medirse con un Villareal que ya le ganó hace una semana y comenzó esta mini crisis de resultados y juego que puede dejar muy tocado al equipo blanco en caso de reproducirse el mismo resultado. Sería perder en menos de una semana dos títulos para un club que no puede permitirse esos tropiezos. Y sin casi tiempo para pensar se avecina el Mundial de Clubes, con la distracción y kilómetros que supone ese torneo. Es momento de para, pensar y dar un paso al frente de los jugadores que más lejos de su versión están en este 2023, o vendrán tiempos muy complicados para el club blanco.

Sin paraguas ya

Ayer quedó muy claro, y ante ojos de todo el mundo, los mayores defectos que siempre van con Joao Félix y que le hacen ser un jugador de banquillo en un equipo como el Atlético de Madrid a día de hoy. Su primera parte fue un ejercicio de pasividad y desconexión total del partido que penalizó a su equipo de manera sangrante. No realizó ni un solo sprint, no intentó conducir y por su puesto no hizo el más mínimo ademán de defender ni mucho menos de presionar la salida del Barcelona. Una partido para dejar claro que su aura de niño mimado, al que hay que consentir absolutamente todo, sigue más en alza que nunca.

Los rumores sobre su más que posible salida rumbo a la Premier se suceden, pero no se concretan y mientras tanto, el luso sigue jugando con el equipo rojiblanco. La situación es ya insostenible, y se debe tomar una decisión, o el jugador sale, o se le deja claro que va a continuar y su compromiso debe estar a la altura. Ya es el cuarto año del 7 en el equipo, y su actitud, defectos y sobre todo maneras son las mismas. Las de un jugador que sin haber demostrado nada con la rojiblanca, exige unos derechos que no merece a día de hoy, que vive de una prensa que le protege y le cubre de un rendimiento que tras cuatro años se puede calificar de más que decepcionante.

Nunca ha llegado a ser el jugador que esperaba el equipo, es cierto que el estilo a lo mejor no le ha favorecido, pero el jugador, muy propenso a lesiones constantes, nunca ha querido adaptarse, salir de su zona de confort, de esa zona en la que siempre le han tratado de manera privilegiada al resto y que cuando se le ha pedido competir no ha sido capaz. Bien es cierto que ha dejado destellos de ser un jugador de grandísima calidad, pero nunca ha conectado con una afición y un entrenador cuya filosofía es que el esfuerzo no se negocia, y de eso va muy flojo el portugués. Esa actitud, de venirse abajo al mínimo contratiempo también le ha pesado a lo largo de los partidos, los rivales saben que tras varias faltas el jugador se va del partido, se entra en quejas y exagerar cualquier acción y su incidencia en el partido queda resumida a la nada.

Si se confirma su marcha, dejará un poso de jugador de destellos, de poco compromiso y de sólo buscar el bien para él, no ser jugador de equipo, un mal endémico que persigue a la gran mayoría de jóvenes actuales que buscan constantemente los récords y estadísticas individuales antes que la victoria de su equipo. Y Joao, desgraciadamente, es de las caras mas reconocibles de este grupo de futbolistas.

Demasiado ego

El fichaje de Cristiano Ronaldo por el Al Saad confirma la tendencia que llevaba el experimentando el jugador lo últimos años de su carrera. Su ego desmedido y su nula adaptación a escenarios en los que no sea total y completo protagonista le han hecho tener unos últimos años muy en desacorde con lo que ha sido toda su carrera, la del goleador más voraz que ha habido en el fútbol. Nadie lo podrá quitar eso, ser el mejor goleador que ha habido hasta hoy. Pero su salida de todos sus clubes ha dejado un regusto amargo que le va a alejar de ser la leyenda que quizás mereciera ser con otro comportamiento. Su ataque de niñería en pleno festejo de la Champions de 2018 en Kiev con el Real Madrid, con unas declaraciones fuera de lugar y contexto empañaron la trayectoria del mejor y máximo goleador de la historia del club blanco. 9 años empañados por un ataque de celos de un jugador que había conseguido un hito histórico, 3 Champions seguidas (y 4 en 5 años), pero que no era el total protagonista.

Su paso por la Juventus tampoco fue mejor, pese a llegar y generar una ilusión tremenda en el club transalpino, nunca llegó a conectar con el club, y ya en su tercer año se declaró en rebeldía para poder salir de Turín, dejando cifras aceptables pero un poso amargo en Italia en general. Y entonces llegó su vuelta a Manchester. Tras estar a punto de recalar en el City (por más que intente negarlo el tiempo y las evidencias han dejado claro que estuvo muy cerca de fichar por los skyblues) regresó a su «amado» Manchester United. El primer año fue todo mal, una Premier League para el olvido donde no entró el equipo ni en Champions, con cese a mitad de temporada de Solksjaer y le llegada de Ragnick, con el que nunca tuvo el más mínimo feeling ya que el alemán vino a airear un vestuario viciado y con mucho ego y poco rendimiento, ya empezó su coqueteo con las suplencias y sus primeros desaires y malas actitudes.

Pero ya lo gordo llegó en este verano, con la llegad de Ten Haag, una clara apuesta por un lavado de cara de un equipo con años de vicios y que necesitaba un cambio de rumbo y dirección urgente, el técnico neerlandés no contaba con Ronaldo de titular, el portugués se dedicó a ofrecerse por media Europa sin ningún club realmente interesado en él formalmente. Y justo antes del Mundial decidió que se hiciera pública una entrevista incendiaria con Piers Morgan donde atizaba a todo el equipo desde la dirección hasta la presidencia, negando todos los rumores y provocando que el Manchester United, en una decisión pocas veces vistas con anterioridad rescindiera el contrato de Ronaldo.

Tras esto, sus problemas se trasladaron a la selección, donde tras tres partidos de titular y un desaire de por medio con Fernando Santos, volvió al banquillo, surgieron rumores de que amenazó con su marcha de la concentración y Portugal quedó eliminada ante Marruecos en su previsible último mundial. Y tras el varapalo de la selección llegó el último golpe para su ego, ningún equipo pujó por él como pensaba y tuvo que tragarse su ego y firmar por un equipo de Arabia Saudí para saciar su ego de convertirse en el jugador mejor pagado del mundo por fin. Un final indigno para un jugador extraterrestre, irrepetible, con una ética de trabajo única pero un ego desmedido que le ha hecho quizás desmerecer una carrera de leyenda y unos récords goleadores difícilmente igualables. Una lástima.

Nuevos tiempos Nulas defensas

Donovan Mitchell realizó la machada de anotar 71 puntos ante los Chicago Bulls hace un par de noches. Una cifra altísima, que se sitúan en la cima (hasta el momento) de las altísimas anotaciones que se están produciendo durante esta temporada y que está provocando una peligrosa tendencia. Se están reproduciendo actuaciones salvajes en cuanto a números por parte de muchos jugadores, y empieza a dejar de ser noticia y ser más una evidencia de la poca capacidad defensiva que practican los equipos a día de hoy, y más en regular season, donde es habitual defensas más laxas, pero lo de este año no tiene nombre. Se han producido anotaciones cercanas a los 50 puntos en varios partidos sin necesidad de prórroga, y no es cuestión de haber mejorado porcentajes en los tiro o el excesivo uso del triple (que ayuda pero no lo justifica). La temporada regular se está convirtiendo en un pasatiempos sin emoción en la que jugadores muy lejos de ser grandes estrellas se dedican a lanzar como si no hiubiera mañana y a hacer cifras estratosféricas que dejan en evidencia la competitividad de muchos partidos regulares.

Es muy habitual ya el que varias estrellas se reserven en partidos, la NBA tiene ya mucho control sobre los informes médicos y realiza seguimiento de la evolución, no tolera esto porque las audiencias y afluencias a los estadios se estaban viendo resentidas, pero es que aún así cada noche se produce alguna actuación casi histórica, lo que hace que se cuestione el nivel actual de implicación defensiva y nivel de competitividad en los partidos. La temporada regular se está convirtiendo en una exhibición tras exhibición mostrando un nivel que luego están muy alejado del rendimiento de la mayoría de jugadores en los playoffs, donde de verdad se defiende y las competitividad es máxima. Es momento de que la NBA tome serias medidas en el asunto, al igual que ya está haciendo con el tanking, porque el nivel medio de cada partido está siendo cada vez menor y las actuaciones en cuanto a números es cada vez mayor. Un problema que se debe de cortar de raíz para el bien del deporte, del aficionado, del espectáculo y de las estadísticas.

Diferente rasero

El caso Lewandowski va camino de ser el culebrón del invierno. Tras su expulsión en la última jornada liguera antes del parón por el Mundial, el delantero polaco vio como sus gestos tras su expulsión alargaban a 4 partidos la sanción por la tarjeta roja. Pero ni eso fue impedimento para que un día antes de la disputa del derbi del sábado se le concediera la cautelar al delantero, permitiéndole jugar, algo que no había sucedido nunca. Peor no solo eso, sino que mientras el Tribunal Contencioso no llame a capítulo para declarar a la FEF y al Barcelona, la sanción de Lewandowski queda en stand by. Un despropósito a todas luces, en lo que una sanción clara para el jugador de momento no va a cumplirla y se ha saltado la sanción para jugar dos partidos capitales para los intereses blaugranas.

Es una alteración clara a la competición, nunca antes había ocurrido esto, y con las fechas que son y el proceso lento de los tribunales, no se sabe cuando se retomará el tema de su sanción, pero mientras tanto el Barcelona puede contar con un jugador que debería estar sancionado. El Espanyol, pese a su meritorio empate, ha impugnado el partido por lo que entiende como alienación indebida (algo que no estoy de acuerdo) ya que el Barcelona sólo se hizo uso de delantero una vez que fue concedida la cautelar, por muy injusto que eso sea. Por lo que el conjunto azulgrana no cometió ninguna irregularidad.

Ahora viene el partido ante el Atlético del domingo, no se espera que se reúna el tribunal para analizar la cautelar, por lo que la participación del polaco se da casi por segura. Un partido clave en las aspiraciones para el titulo de liga para los blaugranas y que se ve claramente adulterado por esta decisión. Ante el Espanyol, el conjunto blaugrana no consiguió la victoria ni Lewandowski marcó, veremos si la racha continúa en el siguiente partido, pero lo que está claro es que la situación bochornosa de adulteración que se está viviendo no va camino de solucionarse rápido, abriendo además un peligroso precedente para futuros casos similares, en los que se desautorizan decisiones y se mueven para favorecer al club y jugador sancionados.