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Reacción a tiempo

El inicio de año no había sido nada bueno para el vigente campeón de la Premier que había visto cómo sus cinco partidos disputados con el cambio de año en ninguno había sido capaz de ganar, mención especial a la derrota en Anfield ante el Burnley que hizo tocar fondo a un equipo que hasta hace bien poco era algo menos que intratable. Las lesiones se han cebado en la zona defensiva del equipo, y el acople de Thiago, que también ha estado apartado tiempo del equipo, ha sido más difícil y lenta de lo que se esperaba y no ha favorecido en ver la mejor versión de un equipo que se había afianzado ya como líder y arecí que iba camino de su segunda Premier consecutiva con bastante suficiencia.

Pero el bajón de rendimiento de hombres clave como Salah o los laterales, que son fundamentales en el juego del esquipo de Klopp, daban una sensación al equipo de vulnerable y lo más alarmante y que quizás el técnico alemán no había vivido desde su llegada a orillas del Merseyside que es la falta de gol del equipo. Pero ayer volvió a verse la mejor versión del equipo red en un campo y ante un rival de entidad como era el Tottenham de Mourinho, y al que aplastó cuando pisó el acelerador dando un puñetazo en la mesa y volviendo a recuperar las sensaciones y aprovechando el tropiezo del líder el Manchester United ante el colista en casa.

También es verdad que tuvo dos momentos claves el partido que fueron el gol en el minuto antes de irse al descanso, y la lesión de Kane que no pudo continuar tras el descanso, dejando a un Tottenham muy tocado que encajó además en el primer minuto de la reanudación. Las buenas noticias además fueron los goles de Mané Firmino y Arnold, jugadores cave que necesitaban ese refuerzo de confianza y Salah, que anotó pero se le anuló por mano previa de Firmino, también recuperó buenas sensaciones. Queda por ver si esto ha sido un espejismo o de verdad se ha recupera al vigente campeón para la lucha por la Premier, pero yo no apostaría en su contra en este momento.

Thiago nuevo red

Todo apunta a que la próxima temporada Thiago Alcántara será nuevo jugador del Liverpool. No hay nada oficial todavía, pero lo que está claro es que no ha aceptado la oferta de renovación por parte del Bayern de Munich y que el equipo de Jürgen Klopp es el mejor posicionado para hacerse con los servicios del hispano-brasileño. Un gran refuerzo para el centro del campo del conjunto de Anfield y que dará una variante más de toque y visión a un centro del campo más caracterizado normalmente por la presión alta y las transiciones rápidas.

Si Thiago entiende bien ese fútbol puede sumar muchísimo para un equipo ya de por sí sólido y fiable, que quiere retocar poco su plantilla, Klopp ya ha dicho que quiere tirar de la cantera este verano para combatir la crisis económica, pero que no puede desaprovechar una oportunidad de mercado semejante. Todo parece encaminado a este final y más con las declaraciones de Rummenigge que confirman la no participación del 6 la temporada que viene con los de baviera.

Klopp le conoce bien de su época en Dortmund, cuando le tocó sufrirle como rival, y ahora puede disfrutar de él como jugador de su plantilla, y aumentar la dimensión de futbolista de Thiago convirtiéndole en más llegador y rematador, faceta que ha sido la que más le ha faltado en su carrera, ya que empezó jugando muy arriba y cada vez ha ido reculando hasta convertirse en un mediocentro más posicional. Una pieza de lujo para un equipo herido en el orgullo tras no poder revalidar el título de campeón de Europa, pero con el subidón de haber podido al fin acabar con la maldición de ganar la Liga en formato Premier League tras casi treinta años sin hacerlo.

Klopp ya es leyenda

La victoria de ayer del Chelsea sobre el Mancheter City en Stamford Bridge certificó al Liverpool como campeón de la Premier League por primera vez en su historia desde que es el nuevo formato de la liga. La última liga inglesa la había logrado el club del Mersesyde fue en 1990. Desde entonces sequía absoluta de títulos nacionales en lo que se consideraba ya casi hasta una maldición, y más con el subcampeonato del año pasado en el que batió el récord de de puntos para un segundo clasificado y quedó a un solo punto del campeón Manchester City.

Pero este año comenzó la Premier con firmeza, y en la primera vuelta contó con todos sus partido por victorias salvo un empate, récord también de la Premier, dejando muy encarrillado el título desde el principio ya que este años sus perseguidores han estado más irregulares que nunca, en especial los citizens, principal rival de los reds por el título. Ni siquiera los compromisos de Mundial de Clubes que tuvieron que afrontar debido a la consecución de la Champions League lograda en el Wanda el verano pasado distrajo al conjunto de Klopp que se ha mostrado totalmente intratable en todos los duelos.

Sólo el parón por el COVID ha desmejorado un poco un hito histórico para la ciudad y que parecía inimaginable cuando Klopp aterrizó en el club para sustituir a Brendan Rodgers, y el club penaba por mitad de la tabla y sufría incluso para colarse en los puesto de acceso a la Europa League. Pero el crecimiento del equipo ha sido imparable, con no muchos jugadores de renombre, pero con una capacidad de trabajo y un ritmo de fútbol imposible de igualar, Klopp fue cada año superando barreras, perdió una final de Europa League, y otra de Champions antes de conseguir la orejona el año pasado y este el ansiado título de la Premier que colocan al entrenador teutón en el olimpo de leyendas reds y le sitúan como uno de lo mejores entrenadores de siempre.

Mal perder del Liverpool

Han pasado más de dos meses de la histórica eliminación del Liverpool a manos del Atlético de Madrid y todavía colean quejas y desprestigios hacia ese partido por parte del entorno red. Si ya fue el propio Jürgen Klopp el que estuvo más de dos semanas hablando y desprestigiando a los colchoneros, pese a no ser un técnico que haga este tipo de declaraciones, después fueron ex jugadores reds los que trataron de quitar importancia y méritos al conjunto rojiblanco que recordemos al final venció en ambos partidos.

Lo último ha sido un informe revelado en el periódico The Times donde se achaca al partido de fútbol la muerte de 41 personas por culpa del coronavirus, ya lo último que faltaba por escuchar. Acusan al Atlético indirectamente de esta desgracia cuando su propio líder del gobierno no tomó ninguna medida aludiendo a que en Gran Bretaña el virus no llegaba, hasta que finalmente cayó contagiado. Me parece una manera muy vil y rastrera por parte del periódico inglés de comentar esta situación, ya que ha habido partidos de mucho mayor riesgos como el Atalanta-Valencia con saldo mucho más desfavorable.

Sea como fuere el Liverpool está eliminado de la Champions cuando se creía máximo favorito, fue vencido por un equipo que nadie contaba con él en la eliminatoria y no ha sabido asumir con la elegancia que siempre ha caracterizado a este club la derrota. Ni los propios jugadores ni su entrenador (a excepción del guardameta Adrián) han sabido reconocer el trabajo realizado por el equipo de Simeone, mucho menos vistoso y mucho más rudo, pero tremendamente efectivo vista la eliminación red. El Liverpool debería asumir su derrota y centrarse en una Premier que tiene ya prácticamente encarrilada, y que supondría su primera con este nuevo formato. Está claro que haber tirado las dos Copas reservando a sus jugadores para la Champions no le ha salido bien a Klopp y quiere desviar la atención de esta manera.

Duelo fraticida

El Liverpool se complicó anoche sobremanera en el pequeño Maracaná de Belgrado la clasificación para los octavos de la Champions League de este año cuando defiende su condición de subcampeón del año pasado. Salió dormido y cuando se quiso dar cuenta perdía 2-0 y tenía en frente un rival que no concedió una sola ocasión clara a los red en todo el partido. Sturridge en lugar de Firmino y la entrada en el once de Lallana, deplazando a Wijnaldum al medio centro dejando a Fabinho en el banco fueron lapidarios para los de Klopp que perdieron una oportunidad preciosa de dejar casi sellada la clasificación, pero que sin embargo ahora ven como tienen dos duelos a muerte por pasar a la siguiente fase ante PSG en París y ante el Nápoles en Anfield. El juego fue malo y el juego de Salah es cada vez menos participativo en el Liverpool, que ve como su estrella del año pasado está a un nivel demasiado bajo. Mané y Firmino desplazados a las bandas en la segunda aprte no fueron tan decisivos como acostumbran, auqnue la entrada del brasileño en el segundo tiempo hizo que el Liverpool dominara mucho más en tres cuarts de campo y favoreció con su juego entre líneas las incorporaciones constantes de Robertson.

El empate entre el Nápoles y el PSG deja el grupo con opciones para todos ya que tanto Nápoles como Liverpool están en cabeza con 6 puntos y el PSG y el Estrella Roja les siguen de cerca con cinco y cuatro puntos respectivamente. Uno de los tres favoritos quedará fuera y ahora mismo sería el PSG, lo que sería un duro batacazo para el proyecto de Neymar y Mbappé. La próxima jornada será clave ya que el Nápoles con una victoria estaría clasificado automáticamente si el PSG no gana al Liverpool, por lo que ese duelo en el Estadio de los Príncipes va a ser una final en toda regla, por los equipos que la disputan y por lo mucho que se juegan, ya que los problemas del fair play financiero se agravarían sobremanera para el PSG sin los ingresos de clasificarse para octavos. El jeque, que anda mosca tras las filtraciones de la web footbal leaks en las que se aseguraba que la UEFA habría tapado sus dopajes financieros, tendría serios problemas de retener a sus estrellas este verano si el proyecto vuelve a fracasar antes incluso de la decepción que supuso el año pasado y gracias, ya que hay que recordar que en el duelo ante los italianos Di María evitó el desastre al anotar el empate en el último minuto lo que podría haber dejado una situación incluso más complicada que la de ahora.

Klopp ya lo ha vivido

El Lverpool tratará de defender la amplia renta que sacó de Anfield al ganar por 3-0 al City de Guardiola tras una primera parte excelsa. Pero aún así, el City, no se da por vencido e intentará dar la vuelta a la eliminatoria y empezar a escribir así alguna página histótrica en la Champions, competición en la que salvo las semifinales de 2016 (donde no dieron la talla en ningún momento de la eliminatoria) no han realizado nada reseñable.

Pero esta situación no es nueva para Klopp, que ya vivió algo parecido en 2013 cuando, con el Dortmund al mando, le metió 4-1 al Real Madrid en el Signal Iduna Park y le tocó venir al Santiago Bernabéu a sobrevivir al vendaval blanco. El partido se saldó con una insuficiente victoria blanca por 2-0 (los dos goles llegaron muy al final del partido) que daba el acceso a Klopp a la final de la Champions.

Por tanto sabe lo que le espera, ni el City es el Madrid, ni el Etihad es el Bernabéu, pero tras la derrota de la ida y la decepción de la derrota en el derbi el sábado ante el United que le privó de celebrar ante su afición el título de Premier League, el City es un equipo herido y saldrá con todo desde el comienzo. Guardiola debe plantear un partido loco casi suicida y procurar minimizar las contras del Liverpool (que es su especialidad) ya que un gol red le obligaría a meter cinco a los sky blues para clasificarse. Klopp consciente de eso jugará con ese factor, ya con Salah recuperado y con Mané y Firmino dosificados el sábado ante el Everton, sabe que muy difícilmente se quedará con la puerta a cero. Preciosa la vuelta en las islas.

Klopp, la china en el zapato de Guardiola

Anfield, el mítico estadio red, será testigo esta noche de el partidazo con sabor a Premier de los cuartos de final de la Champions League entre Liverpool y Manchester City. Dos de los mejores entrenadores mano a mano en un duelo que promete muchas ocasiones de gol y mucho espectáculo, y en le que se da la extraña circunstancia de que Guardiola se enfrenta al único técnico contra el que tiene balance negativo en sus enfrentamientos directos.

Lo que está haciendo Klopp con el Liverpool es impresionante, se ha sobrepuesto a la marcha de Coutinho, se ha sacado de la chistera el excelso rendimiento de Salah y además ha sido el único conjunto de la Premier que ha conseguido ganar al conjunto citizen. Y todo ello con un fútbol total, con ataques constantes y una presión en la salida de balón asfixiante, que les permite atacar con asiduidad la portería rival.

Ambos se conocen a la perfección desde sus tiempos en la Bundesliga, donde Klopp ya le ganó las dos Supercopas que se disputaron, y ahora en sus enfrentamientos en la Premier. El balance es de seis vicotiras para el alemán, cinco para el catalán y un empate. Nadie puede presumir de esos números ante Guardiola que ya sabe lo que le va a esperar esta noche. Un equipo efervescente y una afición que presiona como ninguna. Partidazo con sabor inglés.

86 millones siguen sin solucionar el problema

El Liverpool sigue teniendo los problemas de siempre. Hoy se ha visto de nuevo su gran talón de aquiles en su duelo ante el Tottenham. Capaz de generar peligro en ataque constantemente e incapaz de saber mantener un resultado gracias a su defensa. Ni con la llegada de Van Dijk que fue titular en este partido se ha solucionado el problema atrás que tiene Klopp, que deberá fichar urgentemente un portero en la próxima ventana de fichajes veraniegos tras demostrarse una temporada más que ni Klavan ni Mignolet están al nivel de un aspirante al título de la Premier.

Aún así el Liverpool sufrió dos penaltis en contra tras sendos piscinazos de Kane, además de uno bien sancionado con amarilla para Dele Alli, que está firmando una temporada más que discreta. Klavan además pudo para una de las dos penas máximas a un enrachado Kane, que volvió a ser el motor del equipo de Pochettino que este año parece más centrado en la Champions que en la Premier, en parte también por la mudanza de su estadio y el hecho de tener que jugar como local en el estadio de Wembley, al que les costó coger el punto (se llegó a hablar asta de maldición para ganar).

Pero el partido volvió a dejar la misma sensación que ronda desde hace ya varias temporadas al club de Anfield, que tiene una delantera letal, a la altura de los mejores equipos del continente, pero que atrás son muy débiles, lo que les condena al empate o la derrota en muchos partidos que deberían de ganar con holgura. Este verano debe ser el de la reestructuración en la portería y en la defensa de un club que ya sí que sí debe ser un aspirante a todo, aunque sólo sea por historia

Klopp se vuelve a doctorar

Hay entrenadores que son capaces de levantar el ánimo y la tendencia de un equipo con su sola presencia. Y así llegó Jürgen Klopp, tras la destitución por malos resultados de Brendan Rodgers. El técnico alemán se encontró un equipo histórico, pero con una larga sequía de títulos (a excepción de la Champions de 2005), sin un rumbo fijo y sin un proyecto claro para trabajar. Pero con su sola presencia, en sus primeros partidos tuvo los mismos números que Rodgers, pero los aficionados veían algo distinto en el equipo, algo que les entusiasmaba.

Poco tiempo después llevó al Liverpool a la Final de la Europa League que perdió ante el Sevilla. Pero clasificó al equipo para la Champions, sacó la mejor versión de un Philippe Coutinho que no acababa de explotar nunca, y se sacó de la manga figuras de la talla de Emre Can, Firmino, Mané, además de recuperar a jugadores como Henderson o Lallana para la causa. Ya el año pasado no perdió un solo partido ante los 6 primeros clasificados de la Premier, dando además auténticas exhibiciones en muchos de los partidos, y este año salvo el 5-0 ante el Manchester City (debido a la temprana expulsión de Mané), la tendencia es la misma.

Pero tras un inicio de temporada con altibajos (las idas y venidas de Coutinho con el Barcelona le han afectado bastante), se presentaba el Manchester City invicto de Guardiola en Anfield. Y tras una primera parte igualada, la segunda parte fue uno de los mayores meneos que se recuerdan a un equipo de Guardiola. Superado en todo, el City no pudo hacer más que ver como los chicos de Klopp los pasaban por encima merced al mejor contraataque de europa, sello que ya firmó Klopp con el Dortmund. En tan solo cinco minutos le endosó dos goles al City mas un palo que dejaron el aprtido sentenciado, y más cuando Salah puso el 4-1. Finalmente el resultado fue de 4-3 merced a la fragilidad defensiva que siempre muestran los reds y que la llegada de Van Dijk tratará de solucionar.

Con todo la exhibición de un hombre que moldea a sus equipos a su estilo como nadie (ya se vio en el Mainz y en el Dortmund) fue exagerada. El Liverpool ya no es un equipo de mitad de tabla, es un rival temible que en Anfield asfixia a sus rivales con su presión altísima y su contraataque veloz. Klopp triunfa de manera merecida dando lecciones de buen fútbol en cada partido y con menos presupuesto que cualquiera de sus rivales por el título de la Premier (a excepción del Tottenham).

Klopp no gana para disgustos

Jürgen Klopp está vivendo momentos difíciles en el Liverpool. Tras una pretemporada esperanzadora y un inicio de Premier muy bueno, el partido ante el Manchester City le hizo mucho daño. Fue un partido muy parejo hasta la fatídica expulsión de Sané que decantó el partido para los de Guardiola que les terminaron haciendo una manita. Pero a partir de ahí los resultados han sido muy malos. No ha pasado del empate en ninguno de los partidos de la Champions League, y sólo ha sido capaz de ganar al Leicester desde entonces, alejándose de manera muy rápida de los cabezas de la clasificación.

Este sábado además tiene un importantísimo partido ante el Manchester United, en el clásico inglés, y junto a la mala trayectoria del equipo se le ha unido una pésima noticia. Sadhio Mané es baja para el partido y habrá que ver cuánto tiempo estará fuera de los terrenos de juego (se habla de 6 semanas) ya que estaba siendo el jugador más en forma del equipo. Así reciben a un United invicto y eufórico tras verse líder en la tabla, empatado con el City, y todavía invicto y con un Lukaku en estado de gracia.

Lo único bueno de este periodo ha sido la recuperación de la mejor forma de un Coutinho que había vuelto muy flojo tras su frustado fichaje por el Barcelona. Es lo único a lo que se aferra la afición de Anfield que el año pasado no perdió un solo partido ante los seis primeros y que este año ya ha ganado uno y perdido otro. Y qué mejor partido para cambiar la tendencia del equipo que el clásico inglés.