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Saboreando la derrota

El no fichaje de Mabppé este verano para el Real Madrid ha supuesto un fuerte mazazo para el conjunto blanco que había aligerado la plantilla al máximo vendiendo a los pocos jugadores prescindibles y no prescindibles con mercado que tenía en la plantilla para poder financiar el fichaje de la estrella francesa. Pero se ha topado de bruces con un rival por primera vez más poderoso que ellos y que no se iba a amilanar ni por el último día de mercado ni por cualquier oferta económica que llegase, que fue de 200 millones para realizar el fichaje más caro del verano tras llorar todo el verano sobre la imposibilidad de competir en fichajes para favorecer la Superliga.

Los tiempos han cambiado, el Madrid ya no es el poderoso club que recalificó los terrenos de su ciudad deportiva de manera ilegal para poder realizar verano tras verano el fichaje más caro de la historia con los Figo, Zidane, Ronaldo, Robinho, Baptista, Owen…y un largo etcétera. Ahí el club blanco con Florentino a la cabeza no se quejaba de poder económico, ni de dónde había salido ese dinero para fichar, ahí todo era diversión y giras asiáticas para seguir explotando el dinero de todos los mercados posibles para seguir dominando y acometiendo los fichajes que les viniese en gana. Y lo volvió a hacer en el verano de su vuelta a la presidencia con el dispendio más grande que ha existido jamás y que a partir de ahí provocó el control financiero que hay con las incorporaciones de Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema, Xabi Alonso, Arbeloa, Carvalho… Ahí no había problema porque la superioridad era suya.

Ahora que hay un estado dueño de un club con más dinero las quejas son incesantes, ver a Florentino derrotado no es moco de pavo, y seguro que no le ha sentado nada bien ya que el mandatario esperaba haber cerrado la contratación del delantero para paliar la política de fichajes que lleva dos años realizando para remodelar a su gusto el Bernabéu dejando las arcas tiritando. El Madrid volverá a tener dinero para fichar, ya Florentino se encargará, Mbappé va a llegar el año que viene y seguro que no es el único, y ahí, cuando se rearme el equipo a base de fichajes con talonarios en blancos de otras estrellas habrá que preguntar si no habría que realizar un control al Madrid como quiere proponer él a los clubes estado.

El PSG debe abrir miras

El PSG poco a poco va asumiendo que pese a tener todo el dinero del mundo no va a poder renovar a Mbappé, y si no son tontos las opciones que tienen son muy favorables para sus intereses. Pueden forzar al Madrid a llegar a los 180 millones sin problemas, con un poco más de la mitad de ese dinero fichar al mejor 9 del mundo en la actualidad que es Lewandowski, formar incluso mejor tridente del que tienen ahora y haber sacado dinero sabiendo que el año que viene el delantero francés se iría gratis.

Ahora mismo Lewandowski ofrece muchas más garantías que Mbappé como 9, y el proyecto del PSG es para ganar ya, con lo que el delantero polaco, un amante del culto al cuerpo y cuidarse para alargar sus años de profesional, aportaría lo que quizás falta de verdad en esa delantera, un jugador capaz de rematar todo lo que mandes en las inmediaciones del área, a parte de fabricarse él solo sus propios goles y poder desatascar cualquier tipo de partido.

Mbappé lo están poniendo como una cuestión de estado para el conjunto parisino, pero ése es el problema de estos equipos nuevos sin historia y creados a base de talonario, que no entienden que un club está por encima de los nombres, por muy buenos que sean, y con su venta pueden incluso rearmarse mejor si es que eso es posible, por lo que salvando el drama y sabiendo que Cristiano en caso de no irse de la Juve el año que viene además estará libre, ¿dónde estaría el problema de la venta de Mbappé?, para mi gusto creo que incluso le vendría mejor al equipo de Pochettino.

Momento de devolverla

La eliminación anoche del PSG en las semifinales de la Champions League puede hacer mucho daño al equipo francés. Con esta decepción, la idea de no renovar de Mbappé parece que ya es definitiva y por tanto deberá venderlo este año para sacar algo de dinero por él. Y la de Neymar, la otra gran estrella del equipo, se daba por hecha hace unas semanas, pero ahora parece que se ha estancado ante el posible interés del Barcelona.

No olvidemos que Neymar dejó tirado al Barcelona y se marchó con denuncia al club de por medio. Y ahora tras cuatro temporadas en París sin haber ganado la ansiada Champions, desea volver al Barcelona. Es el momento de que el Barcelona le devuelva el golpe y le deje en un proyecto a la deriva un año más. Si el jugador carioca quiere ir, el año que viene será libre de decidir su futuro, y si es verdad que desea jugar con Messi su elección será Barcelona sin coste de traspaso de por medio.

La carrera de Neymar ha sido gestionada de la peor manera, empezando por él mismo, ya que nunca se ha cuidado ni ha llevado una vida profesional, como por su entorno y los movimientos realizados vía traspasos y contratos firmados, en los que el jugador parecía el dueño del club más que el propio presidente. Ahora con el agua al cuello, y estando cerca de un ridículo histórico ya que pueden perder la Ligue 1 a manos del Lille que va líder a falta de tres jornadas y tras afirmar hace una semana que es feliz en París y que su renovación estaba cerrada, vuelve a pedir socorro al Barcelona que espero que esta vez le de su merecido y haga lo que ya hizo él hace unos años.

El no saber competir…

Otra temporada más y otra dolorosísima derrota del Barcelona en la Champions League, esta vez a manos de un PSG mermado por las bajas, no contaban ni con Neymar ni con Di María, que deja la temporada prácticamente sin pelear por ningún título a la espera de consumar su eliminación de la Copa y de la Champions en el partido de vuelta, Pero el principal problema del equipo viene ya de lejos, y es algo pandémico para el Barcelona, y es su poca capacidad a sobrevivir a las adversidades. O domina el partido y lo gana con contundencia, o no es capaz de sobreponerse a las adversidades de los noventa minutos.

El equipo se puso por delante, dominando el encuentro, sin tener sobresaltos, pero en cuanto le empataron el miedo se apoderó de un equipo que es más vulnerable en defensa que nunca. Pero no solo pasa ante el PSG, todos sus partidos de liga son una moneda al aire que este año más que nunca están saliendo cruz. La imagen del equipo tras el 1-2, dejándose llevar, sin capacidad de aguantar el resultado por muy malo que fuese, para la vuelta, el no crear una sola ocasión de peligro ni rebelarse ninguno de los jugadores da muestras de la vulnerabilidad anímica del equipo no solo este año, sino de siempre, pero en cuanto su superioridad técnica no se ha impuesto se han visto las carencias.

Ahora mismo toca una encrucijada difícil par la institución, la más que probable marcha de Messi gratis en verano, las elecciones de Marzo a la presidencia, los problemas económicos que arrastra el club que deja nada de maniobra para una revolución, y unos contratos que endeudan al club los próximos años dejan ver un panorama desolador para el aficionado. Es difícil que puedan trae a ningún nombre ilusionante este verano y es posible que pierdan a sus estrellas, pero si el equipo quiere sacar algo y pelear de verdad con los clubes grandes de nuevo debe empezar por competir los partidos salgan como salgan y se desarrollen como se desarrollen.

Por amor al $

Neymar Jr parece muy cerca de firmar la renovación por cinco años más con el PSG. Tras estar los dos últimos veranos en rebeldía arrepintiéndose de su marcha del Barcelona y queriendo volver a toda costa, este año, tras la crisis que salpica a casi todos los clubes por el Covid, le ha hecho recapacitar y el único club que puede ofrecerle mantener su astronómico sueldo es el conjunto parisino. Por ello va a aceptar la oferta que le proponen hasta 2025 y declarando amor por el club, cosa que es más que falsa.

Desde casi el primer día de su marcha Neymar se ha arrepentido, aconsejado por su padre y su representante, aceptó la multimillonaria oferta que recibió por parte del jeque Nasser Al-Khelaïfi para convertirse en el niño mimado del club. Desde entonces ha hecho todo lo que ha querido, saltándose en muchos casos los límites del profesionalismo. Así le ha ido, lesiones constantes en momentos claves para el conjunto que le han supuesto doloras derrotas y sonadas decepciones, ya que hay que recordar que hasta el año pasado el PSG no pasaba de los octavos de final de la liga de campeones.

Y este último verano, por fin alcanzó la ansiada final de la Champions que tanto perseguía (no anotó ningún gol en la fase del torneo disputado en Lisboa aunque fue el mejor de su equipo en todos los partidos), con un camino bastante sencillo para llegar ya que recordemos que eliminó a Dortmund, Atalanta y Leipzig. Pero en la final falló ocasiones claras que pudieron decantar a balanza en contra del Bayern. Peor no fue así y tanto él como Mbappé decepcionaron en la primera final que alcanzaba el equipo en sus cincuenta años de historia. Después de eso y tras ver que el Barcelona está con la caja vacía y el Real Madrid hace tiempo dejó de tenerlo en cuenta como fichaje, parece que se retirará en su jaula de oro, muy rico pero muy lejos de los objetivos y logros que apuntaba cuando debutó con 16 años en el Santos.

Demasiado Grande

Thomas Tüchel tiene las horas contadas como técnico del PSG tras certificar la segunda derrota en tres partidos en eta edición de la Champions. Pese a hacer una buena primera parte el equipo parisino vio como el Leipzig le pasó por encima en la segunda y se acabó llevando el partido, poniendo en peligro la clasificación del club francés. El técnico alemán, al que llegó a comparársele con Jürgen Klopp por unos comienzos de carrera similares, ambos empezaron en el Mainz, y Tüchel sustituyó al actual técnico del Liverpool en el Signal Iduna Park, parece que le ha venido grande este reto en su carrera y que va a salir tocado de este proyecto.

Sus decisiones técnicas como poner a Marquinhos de mediocentro y a Danilo de central, han sido duramente criticadas por los medios franceses, y cuando a Danilo se le preguntó, dejó claro que él siempre ha sido mediocentro, desautorizando las decisiones de su entrenador al que ya la campaña pasada le salvó el llegar a la final de la Champions (aunque recordemos que el camino que tuvo para llegar fue Dortmund, Atalanta y Leipig), pero sus malas relaciones con el nuevo director deportivo Leonardo, que no le quiere ya que fue fichado por el anterior director deportivo Antero Henrique, y estos últimos malos resultados parecen haber firmado su fin en el Parque de los Príncipes.

El PSG quiere reconducir otro proyecto que parece de nuevo abocado al fracaso, quizás el mayor de todos si no son capaces de superar la fase de grupos, y además afrontan el que puede ser el último año de este proyecto, ya que Mbappé saldrá prácticamente con total seguridad y muchos jugadores ya han pasado la edad o están en su último año de contrato como Di María. Puede que este año para el PSG sea su última oportunidad real de pelear por algo grande en Europa ya que los gigantes españoles e ingleses no parecen en su mejor momento y tan sólo el Bayern parece el rival inalcanzable ahora mismo.

Duelo fraticida

El Liverpool se complicó anoche sobremanera en el pequeño Maracaná de Belgrado la clasificación para los octavos de la Champions League de este año cuando defiende su condición de subcampeón del año pasado. Salió dormido y cuando se quiso dar cuenta perdía 2-0 y tenía en frente un rival que no concedió una sola ocasión clara a los red en todo el partido. Sturridge en lugar de Firmino y la entrada en el once de Lallana, deplazando a Wijnaldum al medio centro dejando a Fabinho en el banco fueron lapidarios para los de Klopp que perdieron una oportunidad preciosa de dejar casi sellada la clasificación, pero que sin embargo ahora ven como tienen dos duelos a muerte por pasar a la siguiente fase ante PSG en París y ante el Nápoles en Anfield. El juego fue malo y el juego de Salah es cada vez menos participativo en el Liverpool, que ve como su estrella del año pasado está a un nivel demasiado bajo. Mané y Firmino desplazados a las bandas en la segunda aprte no fueron tan decisivos como acostumbran, auqnue la entrada del brasileño en el segundo tiempo hizo que el Liverpool dominara mucho más en tres cuarts de campo y favoreció con su juego entre líneas las incorporaciones constantes de Robertson.

El empate entre el Nápoles y el PSG deja el grupo con opciones para todos ya que tanto Nápoles como Liverpool están en cabeza con 6 puntos y el PSG y el Estrella Roja les siguen de cerca con cinco y cuatro puntos respectivamente. Uno de los tres favoritos quedará fuera y ahora mismo sería el PSG, lo que sería un duro batacazo para el proyecto de Neymar y Mbappé. La próxima jornada será clave ya que el Nápoles con una victoria estaría clasificado automáticamente si el PSG no gana al Liverpool, por lo que ese duelo en el Estadio de los Príncipes va a ser una final en toda regla, por los equipos que la disputan y por lo mucho que se juegan, ya que los problemas del fair play financiero se agravarían sobremanera para el PSG sin los ingresos de clasificarse para octavos. El jeque, que anda mosca tras las filtraciones de la web footbal leaks en las que se aseguraba que la UEFA habría tapado sus dopajes financieros, tendría serios problemas de retener a sus estrellas este verano si el proyecto vuelve a fracasar antes incluso de la decepción que supuso el año pasado y gracias, ya que hay que recordar que en el duelo ante los italianos Di María evitó el desastre al anotar el empate en el último minuto lo que podría haber dejado una situación incluso más complicada que la de ahora.

El momento de Mbappé

Esta noche el PSG vive el partido más importante de su corta historia, y lo hace sin su fichaje estrella Neymar, que ha antepuesto el Mundial a un club que desembolsó en verano 222 millones de euros para su contratación y que le paga la friolera de 38 millones netos al año. Pero la mejor noticia en el PSG es el ambiente de optimismo que esta misma lesión ha generado. El equipo se ve más libre y más unido sin el díscolo brasileño, que lejos de ser imprescindible para el equipo en muchas ocasiones se ha convertido más en un problema que en una solución.

Y ahí es dónde aparece el nuevo mesías del equipo francés, Kylian Mbappé, el ídolo de la ciudad, al que ya Neymar ve más como una amenaza que como un escudero, que con 19 años se presenta como principal esperanza junto con el renacido Di María, para doblegar al Madrid y revertir el 3-1 de la ida. Además esta lesión de Neymar le volverá a ubicar en el extremo izquierdo, donde es mucho más peligroso que en la derecha, donde su potencia le permite rendir, pero nunca a su máxima versión.

Mbappé es consciente de que está ante su oportunidad de hacerse vale, sin Neymar quiere dejar caro que no es un escudero, sino que es capaz de liderar un proyecto y que la diferencia con Neymar no es la que se cree el brasileño, que vive en una nube de concesiones y privilegios por parte de un presidente que está gestionando demasiado mal una plantilla que en caso de derrota esta noche puede explotar por todas partes, dejando muy tocado un proyecto que desde el principio se vio como inestable. Todo recae sobre los hombros de un chico de 19 años que está batiendo todos los récords de precocidad en la mejor competición del mundo.

Valverde deja en evidencia a Neymar

La llegada de Ernesto Valverde a Barcelona no fue la deseada por el técnico vasco, ni en sus peores presagios se imaginaba que a su llegada se iba a encontrar con el culebrón que supuso la marcha de Neymar y el repaso del Real Madrid en la Supercopa de España. El momento del Barcelona era extremadamente delicado y los refuerzos tampoco ayudaban a ilusionar a una afición que se esperaba lo peor para esta temporada, unido además al culebrón de la renovación de un Messi que se retrasó cuatro meses en plasmar su firma en en contrato que le uniría con el Barcelona.

Pero ya con tres cuartos de la temporada disputados, el Barcelona tiene muy factible el doblete de liga y copa (en liga se aseguró esta tarde el título al dejar de nuevo al Atlético a ocho puntos, y en copa se medirá al Sevilla en la final) y en Champions, pese a no dar su mejor versión en Stamford Bridge, tiene resultado favorable para pasar a los cuartos de final de la máxima competición continental.

Y todo ello con un nuevo estilo, quizás no tan vistoso como anteriores etapas, pero más efectivo y que ha demostrado que Valverde es más que un entrenador, es un gestor de las situaciones, ha calmado los ánimos en ruedas de prensa tras los numerosos rifi rafes de Luis Enrique, ha sabido gestionar los descansos con Messi para sacar la mejor versión del argentino, ha recuperado el olfato de Luis Suárez tras la lesión de rodilla que mermó su rendimiento al comienzo de la campaña y ha aguantado el nulo renidmiento del fichaje estrella veraniego Dembélé, a la espera de la llegada del deseado Coutinho que desgraciadamente para el txingurri no podrá disputar la Champions con el conjunto blaugrana.

Si se ve cómo está el Barcelona ahora mismo contrasta con la situación de Neymar en el PSG, donde se están dando cuenta que pese a la calidad del brasileños, su contratación es casi más un problema que una solución, ya que en el momento importante no tuvo una actuación relevante en el Bernabéu, y tras su lesión ha pensado en el mundial antes que en su equipo, tomando decisiones a las espaldas del club generándose entre la directiva una profunda decepción con el jugador al que habían convertido en el fichaje más caro de la historia del fútbol.

Emery y la historia de siempre

Corría poco más del minuto 60 en el Santiago Bernabéu, el PSG tenía el control del partido, que sólo se alteraba con algún arreón del Madrid, más por la presión del estadio que por la ocasión generada en sí, y el entrenador de Irún volvió a mandar un recado contundente a su equipo. Quitó a Cavani, su único 9 de referencia, y metió en el campo a Meunier, un lateral para reforzar la defensa de la banda derecha. Movió a un Mbappé que entre los centrales fajándose pierde todas sus virtudes, y dejó al PSG con la posesión del balón sin ningún tipo de profundidad en ataque.

Por su parte viendo el panorama, y con un Madrid físicamente muerto en los repliegues defensivos, Zidane se la jugó con sus dos agitadores favoritos, Lucas y Asensio y le salió la jugada redonda merced a los rebotes en los goles y a una falta clara en el inicio del 2-1 de Cristiano. Emery al final del encuentro lamentaba las decisiones arbitrales, todas a favor de los blancos, sin reprocharse que de nuevo y un año después de la eliminatoria contra el Barça, que supuso quizás el mayor descalabro de un equipo en la historia de la Champions, volvió a cometer el mismo error de siempre, que hace que nunca haya ganado ni a Madrid ni a Barcelona en campo rival y que evidencia lo grande que le viene un club de esta envergadura.

Tuvo el partido controlado, con un Madrid rendido, con su equipo físicamente un punto por encima, y sólo jugó a llevarse un empate como botín, pudiendo ir a por el oro de verdad. Su estrategia como siempre salió mal, deja muy tocado al PSG que se automotiva diciendo que allí en París remontarán la eliminatoria, pero la realidad es la que es, que Emery sigue siendo un entrenador para partidos mediocres, y que el Madrid sin hacer nada se fue a casa con un 3-1 en el luminoso.