Esta semana se han confirmado las dos player options de la NBA más esperadas. Tanto Kyrie Irving como Russel Westbrook han ampliado por un año contrato con sus respectivas franquicias (Nets y Lakers) por el máximo posible(sólo Stephen Curry cobrará más que Westbrook la temporada que viene). Y digo esperadas por motivos diferentes, el cisma que podía provocar la no renovación del conflictivo base de origen australiano con los Nets llevó a las especulaciones de que Durant solicitaría el traspaso en caso de su no extensión de contrato. El proyecto de los Nets, que ya va a comenzar su cuarto año no ha dado los réditos esperados, el big three formado el año pasado con Harden fue un absoluto desastre, su química con Irving fue nula, y llevó al cambio con Philadelphia por el que los neoyorquinos obtuvieron a un Ben Simmons que todavía no ha podido debutar con la franquicia debido a sus problemas de espalda. Pero esta ampliación de Irving deja la posibilidad de un último asalto a un anillo del que han estado muy muy lejos cada año por un motivo u otro.
La de Westbrook era más esperada que la del imprevisible Irving, debido a que el base californiano no iba a cobrar esa cantidad ya en ningún nuevo contrato que consiguiera en caso de salir a la agencia libre, y más tras su desastrosa campaña, tanto individual como colectiva con unos Lakers que fueron el gran fracaso de la temporada. Ahora habrá que ver si el equipo de Jeannie Buss consigue un trade para mover un jugador y una ficha que será una losa tremenda. Solo algún equipo que quiera liberar masa salarial de cara a la temporada que viene podría estar interesada en la contratación del base que por su parte no tiene mucha intención de moverse. Un traspaso del 0 podría devolver a los Lakers a la vitola de favoritos y dar un vuelco de nuevo a la estructura de la NBA, y todo sabiendo que el verano que viene LeBron será agente libre de nuevo.
No es ningún secreto que la carrera de Neymar finalmente se puede calificar de fracaso. Es cierto que ha tenido logros, Champions incluida, que ha sido uno de los jugadores de más calidad de su generación, pero que a la hora de la verdad no ha podido liderar ningún proyecto como estrella principal. Su personaje público, más centrado en contratos de publicidad que en entrenar y cuidar su cuerpo para el deporte de élite, ha devorado al futbolista. Un jugador que prometía marcar una generación, dominar en el equipo que estuviese y ser un constante ganador del balón de oro. Pero muchos años después de su aterrizaje en Europa (allá por el lejano verano de 2013) el bagaje que queda del brasileño es de una carrera que ha dado más que hablar por lo extradeportivo que por cualquier conquista o éxito dentro del verde.
Su fichaje por el PSG sigue siendo a día de hoy el fichaje más caro del fútbol, pero 6 temporadas después y con una renovación mediante, el equipo parisino desea deshacerse de un jugador que no ha sido capaz de liderar el ambicioso proyecto del fondo qatarí que compró el equipo capitalino. Su alto sueldo es el principal problema para poder vender a un jugador que ha sido detectado como el agujero negro de un equipo que siempre ha contado con mucho nombre pero que nunca ha sido considerado como equipo. La llegada de Antero Henrique y Luis Campos al frente de la dirección deportiva del equipo ha detectado el principal mal del equipo, y han determinado que Neymar es un jugador prescindible par un proyecto al que sólo le vale ya conquistar una Champions League que año tras año se le ha escapado con un estrepitoso fracaso (salvo el año de la pandemia donde la perdió en la final ante el Bayern).
Con esta venta además es importante ver en qué equipo acaba el brasileño, ya que las aspiraciones del equipo marcarán el final de una carrera que en cuanto a títulos colectivos ha sido fructífera, pero que ni de lejos ha llegado a las expectativas despertadas por un jugador que ya con 16 años maravillaba en el campeonato brasileño y que hizo que todos los equipos de Europa se pelearan por la mayor promesa que había en el panorama internacional.
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