Cuando escuchamos el nombre de Andre Iguodala instintivamente nos viene a la mente la imagen del jugador de origen nigeriano con la camiseta de los Warriors y el 9 a la espalda. Pero no siempre fue así, hubo una época que era conocido como AI2 en Philadelphia porque sus iniciales coincidían con las de la super estrella del equipo, un tal Allen Iverson. Era la época en la que Iguodala era un joven recién aterrizado en la liga en el draft de Dwight Howard con el puesto nueve por los Sixers.
El hasta entonces jugador de la Universidad de Arizona siempre lucía el dorsal número 24 en la camiseta, pero daba la casualidad que en su nueva franquicia el número estaba retirado por Bobby Jones, un alero perteneciente al equipo que llevó los últimos triunfos al equipo de Pensilvania. Ante este panorama Iggy decidió separar el número y elegir entre el 2 (que no escogió porque aunque no ha sido retirado por la franquicia nadie desde Moses Malone ha vuelto a llevar ese número) o el 4.
Finalmente decidió llevar el 4 a la espalda en su aventura NBA, pero al poco de comenzar la temporada los Sixers, en su intento de hacer más competitiva su plantilla lograron el traspaso del ala pívot Chris Webber, jugador que portaba el dorsal 4 en los Kings. La mística de los dorsales es muy fuerte en la NBA, los jugadores suelen ser muy supersticiosos en estos temas. Por lo que a la llegada del jugador le pidió a Iguodala que le dejara su dorsal para acabar Iggy portando el nueve con el que le conocemos hoy en día. Tras el cambio de dorsales y el debut de Webber a Iguodala le llegó un regalo muy especial de su compañero de equipo, se trataba de nada más y nada menos que un rólex de oro de parte de un Chris Webber muy agradecido por el gesto del escolta.