Hace un par de semanas, el Sevilla caminaba líder de su grupo de Champions mientras goleaba sin piedad al Dinamo de Zagreb en casa, pero un gol en los minutos finales del Olimpique de Lyon a la Juventus hacían que la visita de la Juventus al Pizjuán fuera a vida o muerte para ellos. Y así fue, pese a que el Sevilla empezó muy fuerte y se adelantó en el marcador, la absurda autoexpulsión de Vázquez (con dos entradas evitables), provocaron que el Sevilla diese un paso atrás y se resguardara consciente de lo mucho que se jugaba.
Pero un penalti infantil de Mercado en el descuento del primer tiempo hizo que el partido se le fuese a hacer muy largo a un Sevilla que pese al gol en la segunda parte controló perfectamente el partido, incluso hizo gala de un físico envidiable para aguantar ante toda una Juve (sin Dybala e Higuaín todo hay que decirlo) que realizó un partido muy flojo pero que como casi siempre acabó ganando en los minutos finales, cuando más duele y cuando menos peligro parecía tener el equipo bianconero.
Y la derrota deja a los hispalenses en la situación de jugarse el todo por el todo en el Parc Olympique Lyonnais, frente a un Lyon que al comienzo de la anterior jornada daba todo por perdido y ahora depende de sí mismo para clasificarse. Sampaoli fue expulsado además sabedor de la importancia de puntuar frente a la Juventus (el empate le hubiese clasificado directamente) no pudo contener la rabia y la frustración. Ahora sólo queda remangarse y esperar que con la vuelta de Nasri al equipo traiga la clasificación bajo el brazo.