Surrealista es la palabra que mejor define los dos últimos días de la Selección Española. A dos días de comenzar el Mundial de Rusia 2018 ante el previsible rival más duro del grupo, ha vivido cómo el seleccionador se comprometía con el Real Madrid de imprevisto, cómo el presidente de la Federación destituía al técnico y cómo ahora el director deportivo es ahora el entrenador en funciones de una selección que aspiraba a pelar por el trofeo antes de la tormenta.
Queda ahora una situación de lo más compleja tras varios tiras y aflojas entre estamentos de la Federación. Rubiales, flamante nuevo presidente ha sido tajante y ha fulminado a Lopetegui tan sólo un día después de el anuncio de su fichaje por el Real Madrid. La falta de comunicación a la Real Federación por parte de Lopetegui es lo que ha llevado a Rubiales a tomar esta controvertida situación y dejar a la Selección muy desprotegida a escasas 48 horas de comenzar el torneo más importante de Selecciones.
Se ha anunciado además que las riendas del equipo las tomará el director deportivo Fernando Hierro, un hombre que como jugador ha tenido una gran experiencia, pero como entrenador su bagaje es muy muy escaso, estar al frente del Oviedo y como segundo en el Real Madrid unos meses conforman un currículum muy pobre para tomar las riendas de una selección que son palabras mayores. Tampoco había mucho más donde elegir con tan poco tiempo y se ha buscado seguir lo más posible la línea de un Lopetegui que ya había confeccionado la lista de 23 a su gusto. Hierro tratará de seguir con el esquema y la idea principal de Julen para que los jugadores sufran los menores cambios posibles. Un problema para la selección que no venía a cuento d ninguna manera y del que ha salido airoso el Real Madrid que con la destitución no tendrá que pagar cláusula a la Federación y que cuenta ya con su entrenador a tiempo completo para su pretemporada.