Merecía otra despedida

Ayer fue un día triste para el Athletc de Bilbao, una de sus leyendas activas decidía colgar las botas obligado por esa operación en la que se va a poner una prótesis e la cadera. Lo hacía como nadie hubiese querido, sin fútbol activo, desde un comunicado sin prensa y sin poder despedirse de su afición.

Aduriz ha sido uno de las grandes 9 y quizás el mejor cabeceador de la última década, un salto prodigioso y una precisión única en sus remates. Pero no sólo remataba de cabeza, tenía una gran calidad en su pie derecho que le hizo marcar goles maravillosos, como el de la primera jornada ante el Barcelona. Fue pichichi con el Mallorca y no triunfó plenamente en el Valencia debido a esa época de inestabilidad del equipo che.

Formado en las categorías de ubieta junto con Xabi Alonso y Mikel Arteta, Aduriz ha sabido madurar y su mejor fútbol ha llegado prácticamente cuando ha entrado en la treintena, su madurez y su tardío declive físico han favorecido los últimos maravillosos años que ha dado al público en general y a San Mamés en particular.

Pero hay una espinita que duele pensarla y es esa maldita final de copa aplazada por el Covid, que le hubiera brindado la mejor despedida posible de haberla ganado, haber llevado un título al Athletic tras la Supercopa que le ganó al Barcelona, y pode así haber sacado la famosa gabarra por la ría y despedirse como lo que desde ayer que lo anunció es una LEYENDA.

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