Se confirmó la noticia que nadie quería leer, o al menos, no tan pronto, Toni Kroos confirmó que se retirará a final de temporada tras jugar la final de la Champions y regresar a disputar la Eurocopa de Alemania en Alemania. Un final de película para un jugador de leyenda que se retira en lo más alto de su fútbol, y se va con la misma elegancia que le ha caracterizado siempre en toda su carrera. Un jugador especial, que se ha ganado a aficionados de su equipo y rivales por igual, del que nadie puede decir una sola mala palabra, y que ha sido un ejemplo sobre el verde cada vez que lo ha pisado.
Una rara avis en esta época de futbol moderno donde los valores cada vez se están perdiendo más. Kroos representa esa estirpe de jugador total, que no comete un solo error en el campo (ni fuera de él), que no da una mala patada, con un pie de seda, y que ha manejado el Real Madrid en su época más gloriosa los últimos diez años. Se dice pronto. Un jugador con una trayectoria legendaria, ganador de todos los trofeos posibles, tanto en el Bayern, como en el Madrid y como en Alemania. Un jugador que ha dejado un legado difícil de superar y que ha sido sin hacer ruido el mejor 8 que ha dejado el fútbol.
Se echarán de meno sus pases perfectos de lado a lado del campo, su disparo seco y ajustado desde la frontal, y sobre todo esa manera tan especial de controlar la pelota para con el toque regatear cualquier presión. Disfrutemos estos pocos partidos que nos quedan de un genio que se retira quizás antes de lo que debería, pero que a mí personalmente me gusta la sensación de que se retire estando en lo más alto, no arrastrándose en ligas menores por dinero, dilapidando su imagen. Sino no sería Toni Kroos.