Antes de llegar a la NBA y convertirse en un icono para toda una generación de jóvenes, Iverson tuvo que hacer frente a un juicio que pudo cambiarle la vida. Tras quedar con los amigos para pasar la tarde en la bolera se desató una batalla entre el grupo de amigos de Iverson y otro grupo de jóvenes blancos allí que acabó con una chica golpeada en la cabeza con una silla e inconsciente. Y el principal culpable de la agresión era Iverson.
Se celebró uno de los juicios más controvertidos de la historia de EEUU ya que el propio juez encargado era un racista clásico, con conexiones con organizaciones de extrema derecha, y, como durante el juicio no se pudo demostrar que Allen diera ningún golpe, las imágenes curiosamente no lo mostraban. Por tanto se necesitaban testigos que contaran lo sucedido, pues bien, solo se permitió testificar a las personas blancas, todos los afroamericanos (y que defendían a Allen) fueron vetados para declarar.
Finalemnte tuvo que pasar un tiempo en una prisión para menores, y ,ientras estuvo allí su madre convenció al entrenador de la prestigiosa universidad de Georgetown, John Thompson, de que diera a Allen una oportunidad. Tras hablar con el muchacho quedó encantado y le dio la oportunidad de jugar en su universidad donde, tras dos años y rompiendo la promesa de acabar los estudios que había hecho a su madre pero la enfermedad de su hermana le obligó a dar el salto antes, se convirtió en la leyenda que todos conocemos a día de hoy.