El partido de ayer en Dortmund del Madrid dejó algunas conclusiones para el análisis, el Madrid mejoró su imagen de los últimos dos partidos y sobrevivió a las bajas de Casemiro y Marcelo, pero se le escapó una victoria que no merecía en absoluto. Los primeros minutos del Dortmund fueron un vendaval y sólo el exceso de regates de Dembélé frenó algún tanto inicial de los alemanes. En ese asedio surgió una contra comandada por un Modric que no se cansa de hacer todo bien y terminó en el gol de Ronaldo tras un rechace.
Sin merecerlo el Madrid se puso por delante del marcador y a partir de ahí gestionó el partido muy bien y a su antojo. El Dortmund tenía la posesión pero no tenía las ocasiones que tuvo con el empate y el Madrid estaba cómodo con sus salidas a la contra (James falló un pase que dejaba a Ronaldo solo con el 0-1 que podía haber matado el partido definitivamente), pero con éstas al borde del descanso una falta absurda de Ramos acabó en el empate del Borussia tras un mal despeje de un Navas que anoche despejó en vez de blocar más balones de la cuenta.
Y con esas empezó el segundo tiempo donde se preveía más de lo mismo de la primera, pero el Madrid controló la salida de los alemanes y consiguió ponerse por delante de nuevo sin crear excesivas ocasiones en un centro perfecto de Cristiano. Y a partir de ahí Zidane se equivocó en todo, metiendo a Kovacic por James nada más adelantarse, y no realizar ningún cambio más hasta el empate de Schürrle en el 87 teniendo a Lucas Vázquez, Morata o Asensio en el banquillo y viendo lo flojos que estaban la BBC en la segunda mitad. Pero quizás la polémica del cambio de Cristiano (al que se vio más activo que otros días) provocó que el galo no quisiese cambiar a ninguno de sus atacantes y acabó pagando el pato. Su equipo se encerró atrás y terminó por ahogarse en un estadio que se le atraganta año tras año.