La renovación de Busquets por el Barcelona está mas que cantada, nadie duda de ello, lo único que el jugador está jugando sus cartas para sacar el máximo dinero posible. El discurso de que sólo Pep Gaurdiola lo sacaría del Barcelona es un claro intento de asustar al Barcelona, que tendrá que hincar la rodilla ante el mediocentro.
Busquets sabe que tiene la sartén por el mango, esta campaña ya es tercer capitán de equipo, y sus ausencias han sido cubiertas de manera ineficiente por media plantilla. Cada vez que ha faltado el medio su equipo se ha resentido y la fluidez del juego se ha visto ralentizada en casi todas las ocasiones. Busquets además sabe que su juego es ideal para el Barcelona pero quizás en otras ligas sufra más para sacar su mejor fútbol.
Se trata de un jugador con limitaciones pero que las suple con una colocación extraordinaria y una rapidez mental al alcance de muy pocos. Cuenta además con e cariño de a grada y en el cub está muy bien considerado por sus compañeros y técnicos por lo que todo parece que las negociaciones llegarán a buen puerto y veremos al de Sabadell muchos años con la blaugrana. Es lo que tiene el fútbol moderno que parece más un negocio que un deporte.