El Benito Villamarín dictó sentencia para varios jugadores del Atlético de Madrid. El pobre partido realizado, con una primera parte para el olvido, dejó en evidencia a varios jugadores de la plantilla colchonera que ahora están en una situación crítica a ojos de Simeone. El primero de todos y que lleva en el ojo del huracán desde su llegada es Thomas Lemar. El francés, jugador más caro de la historia del Atlético hasta la llegada de Joao Félix, nunca ha respondido a la expectativas del equipo, su indolencia y carácter introvertido nunca han dejado ver a ese volante que fue básico en el último gran Mónaco que arrebató al Ligue 1 al PSG y llegó a las semifinales de la Champions. Su partido lleno de indolencia, de falta de físico e implicación indignó a toda la parroquia colchonera que parece que ahora sí ha llegado al límite con el jugador.
Carrasco fue otro que realizó un partido desastroso, sus coqueteos desde la temporada pasada con el Barcelona, unido a que su contrato finaliza este año le tienen puesto en el disparadero. Su caso es totalmente diferente al de Lemar, ha cuajado grandes temporadas, pero desde el año pasado su bajón es evidente y su implicación no es la misma. La solución pasa como por casi todos últimamente por Arabia, donde le quieren pero él prefiere esperar un año para llevarse la comisión por el fichaje.
Y el tercero en discordia es Marcos Llorente, que desde su explosión en la Liga conquistada en 2021 no ha abandonado el fantasma de las lesiones que lo han perseguido constantemente, y que a día de hoy le hacen jugar con miedo y dando el 60%. Tiene pánico a realizar sprints grandes, que eran su marca registrada y lo que dio media liga a los colchoneros por el ya lejano 2021. Un jugador bien valorado por todos pero que su bajón de nivel evidencia que no está para el once titular ahora mismo. Lo bueno para el Cholo de este año es que el banquillo es más profundo que años atrás, la entrada de Riquelme, Lino y Barrios cambió de cara al Atlético y dio un vuelco al partido totalmente. Gente que viene de abajo con ganas y esfuerzo y que pueden comer la tostada a los considerados vacas sagradas del once. Simeone tiene que decidir, pero en dos jornadas ya se ha abierto el debate y no parece que se vaya a cerrar fácilmente.