Poco a tardado Cristiano en desesperarse con los métodos de Benítez. Su maniática obsesión por controlarlo todo a costa de parar constantemente en los entrenamientos ha terminado por desesperar al luso en solo unos días de convivencia. Ahora ha tenido que salir el entrenador diciendo que Cristiano para él es el mejor del mundo para apaciguar los ánimos y tratar de realizar una reconcialiación.
Los parones constantes en los partidillos, ejercicios sin balón y a veces sin sentido, y sobre todo las temidas rotaciones son lo que están provocando que CR7 esté más irascible que nunca, en cada entrenamiento se le ve mala cara, malos gestos con sus compañeros y hasta en el propio vestuario dicen que está peor que nunca.
Las pretemporadas con técnicos nuevos son nuevas y a Cristiano no se le puede achacar nunca falta de profesionalidad, pero si comportamientos más dignos de un adolescente que de un futbolista de 30 años. A día de hoy la situación no es preocupante pero veremos como va desarrollándose la temporada, donde en los momentos importantes sí que pueden saltar las chispas de verdad.