El Bayern de Munich es uno de los grandes clubes de Europa por excelencia. Su trayectoria habla por sí sola, y su gestión es impecable en cuanto a números y dispendios. Pero si de algo están pecando últimamente es de cabezonería. Ya hace unos años perdieron a Tony Kroos, prácticamente a cambio de nada hacia el Real Madrid (que hizo un pago semi simbólico como deferencia al Bayern) por no querer ofrecer un contrato mayor a un jugador que era canterano del equipo bávaro y que tenía una gran proyección. Pero lejos de aprender la lección, sigue tropezando en la misma piedra, con Alaba el año pasado lo mismo, tuvieron unas negociaciones muy complejas que acabaron rotas y con Alaba marchándose gratis al Real Madrid de nuevo y triunfando en su nuevo club. Este verano un caso similar con Sülle y Tolisso, que si bien están muy lejos del nivel de los mencionados anteriormente, su marcha es por no llegar a un acuerdo de renovación. Y para el verano que viene está el caso de Gnabry, que continúa con un tira y afloja con el club que persiste y que tiene pinta de acabar con el extremo alemán lejos del Allianz Arena.
Pero el que parece el culebrón del verano en las oficinas del Bayern este verano es el de Lewandowski, un jugador que está en su último año de contrato y que ha pasado de querer renovar el año pasado, a querer abandonar el club este mismo verano. Su edad, 33 años, ha hecho que desde Munich hayan sondeado el mercado, especialmente la opción de Haaland y esto ha mosqueado al delantero polaco que ha considerado que su ciclo en el club ha finalizado y quiere ir al Barcelona. Pero la cabezonería de la directiva, con Rummenigge y Kahn como principales stoppers de la operación, está haciendo que la situación con el polaco se largue y pueda tener un final poco beneficioso de nuevo. Lewandowski se incorporó ayer a los entrenamientos con el club ya que por profesionalidad no se va a declarar en rebeldía, pero por edad y con un último año de contrato el club muniqués debería dejar su orgullo a un lado y terminar por llevarse un beneficio por un jugador que el año que viene dejaría el club a coste 0. Parece que pese a que se vaya a alargar la situación el destino del polaco será finalmente Barcelona, pero con la directiva muniquesa cada día puede suponer un cambio de guion y obligar a cumplir el año de contrato al killer es una opción que se baraja seriamente sobre la mesa, dando a entender que no han aprendido nada de estos últimos años.