Tras la victoria en Stamford Bridge de hace unas semanas parecía que el Tottenham dejaba sentenciada la cuarta plaza que da acceso a la Champions League en detrimento del Chelsea. Con la victoria cogía un colchón de siete puntos sobre los vecinos del sur de Londres que parecía definitivo. Pero su tropiezo entre semana ante el Brighton, unido a los malos momentos que ha ido atravesando el equipo han hecho que los de Conte se coloquen a cinco puntos de nuevo y estén al acecho de esa cuarta plaza.
Parece complicado que la pierda, pero el Tottenham no es un equipo que soporte bien la presión, y no está terminando bien además la temporada. Su eliminación ante la Juventus supuso un fuerte mazazo y a partir de ahí salvo la gran victoria en el derbi no han levantado cabeza. La vuelta de Lamela además ha desplazado al jugador más en forma del equipo, el coreano Son, al banquillo incomprensiblemente, y el equipo se ha resentido, merced también a la floja temporada que ha realizado la estrella Dele Alli (aunque fue autor de dos de los goles en Stamford Bridge).
Pochettino tendrá que controlar las últimas jornadas de su equipo para no perder esa preciada cuarta plaza, ya que el futuro del equipo, unido a que el año que viene estrenarán su nuevo estadio (han estado toda la temporada jugando a préstamo en Wembley) dependen de jugar la Champions League el año que viene. Si quieren retener a Harry Kane y Dele Alli deberán aguantar las últimas jornadas la persecución de un Chelsea que va a ir con todo a por la cuarta plaza.