Parece mentira pero otra temporada más se repite la historia con el Arsenal una vez más. Un equipo que cada temporada se fija objetivos muy elevados y que gasta millones excesivos en fichajes no tan determinantes y que acaba pagando esa mala política directiva. Sus últimas adquisiciones millonarias como Lacazzete, Pepé o Thomas no hacen sino llevar al club a la deriva y ver cómo ya el jugar la Champions League y ser el cuarto en la Premier es mas que una quimera.
La llegada el año pasado de Arteta trajo un soplo de aire fresco, los gunners vencieron en la final de la FA Cup al Chelsea remontando incluso el partido, y lejos de ser algo pasajero vencieron al Liverpool en los penaltis en la Community Shield y comenzaron la Premier con tres victorias consecutivas desatando la euforia, se unió además el fichaje de Thomas el último día de mercado, todo parecía perfecto.
Pero apenas dos meses más tarde el club está aun paso de despedir a Arteta, se encuentra a tan sólo cinco puntos del descenso y el líder ya le saca doce puntos. Un descalabro descomunal que hace que ya su temporada sea a remolque y sin expectativas desde diciembre. Es triste ver cómo un club con el poder y la capacidad económica del Arsenal pena por la tabla y por la Europa League cuando debería estar luchando por las cuatro primeras plazas de la Premier y por llegar a octavos cada año. Veremos el bandazo que da la directiva en el banquillo, pero me temo que esta situación parece el día de la marmota para el club del norte de Londres.