Traspaso bomba

Todavía colea el eco del traspaso del año, y veremos si de la historia. Lo nunca visto, una superestrella, en su mejor momento de edad, contento en la franquicia que lo seleccionó en el draft, reciente finalista de la NBA con el equipo, siendo la cara visible de la franquicia y de la liga por juventud y calidad, siendo traspasada sin previo aviso al límite del cierre de mercado y con una sensación de mercantilización del jugador que empaña la liga.

Luka Doncic llevará su talento a Los Ángeles, para jugar para los Lakers y ser la cara visible del equipo en la cada vez más cercana retirada de LeBron James. Un movimiento que hace a priori ganador del trade a los angelinos que se aseguran una superestrella con 27 años para liderar su equipo los próximos diez años al máximo nivel. Los Mavs, han intentado maximizar los dos tres años del equipo que habían conformado, yendo a por el anillo ahora, quemando cualquier nave de reconstrucción o de futuro con este intercambio. Muy arriesgado, y más en una conferencia donde los Thunder dominan con puño de hierro con uno de los núcleos más jóvenes de la liga, además de los Nuggets del mejor jugador de la liga Nikola Jokic.

La afición tejana está desolada, no entiende nada y está pidiendo explicaciones a la directiva y dueños del equipo. Una situación que no tiene buena pinta en una franquicia que se acostumbraba a hacer bien las cosas, y sobre todo a tratar bien a sus estrellas, intentando conservarlas al máximo. Los Lakers ahora por su parte, al haber perdido a Anthony Davis, deberán buscar una referencia interior con la que ayudar a James y Doncic para no malgastar los últimos coletazos de James, y tratar de luchar desde ya por el ansiado anillo que iguale a los Celtics como lo máximos ganadores. Pero están en el buen camino y tienen a la pieza ganadora quizá la más codiciada de la liga a día de hoy.

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