Argentina vivió anoche un batacazo histórico al perder ante Croacia y dejar su futuro en el Mundial dependiendo del Nigeria Islandia. La derrota ante Croacia no es ninguna sorpresa, lo que si es una sorpresa es la manera en la que se ha producido y con la contundencia con la que se ha dado. Nadie esperaba que la albiceleste diese esa pésima imagen con un Messi que se evidenció lo mal rodeado que estaba, pero que también dejó claro que Leo Messi no está preparado para ser el líder que necesita Argentina.
Messi dio durante el partido menos pases que su propio portero Caballero, un dato que deja en evidencia y sin defensa a un jugador que ni siquiera lo intentó ante Modric y compañía. Entre este partido y el anterior ante Islandia (en el que falló un penalti que hubiese dado la victoria a su selección) la actitud y el fútbol que ha desplegado Mesi es impropio de él. Ni la justificación de que no está bien rodeado puede exculpara sus dos actuaciones cuando estaba deseando a priori que comenzase esta Copa del Mundo que puede ser su última al máximo nivel.
Ahora sólo le queda rezar para que Nigeria gane a Islandia y los de Sampaoli puedan depender de sí mismos casi en la última jornada. El único problema será el polvorín que pueda dejar en el equipo esta dura derrota, en la que ya jugadores como Agüero dejaron claro con sus declaraciones contra Sampaoli que el ambiente en el equipo está muy tenso y así es difícil que exista química en el equipo.