Cada vez que Argentina sufre un fracaso futbolístico toda la prensa de Argentina se ceba con su estrella. Es cierto que el nivel de Messi no es el mismo que en su club, pero es verdad que los jugadores de su alrededor tampoco son los mismos, sus compañeros de selección, sobre todo el centro del campo, dejan mucho que desear.
Para que Leo brille hay que darle libertad de movimientos, libertad que no tiene con Argentina, además sus compañeros de ataque no saben leer las defensas dobles o hasta triples que sufre el astro argentino. Estamos hablando que su mejor socio en esta copa América era Javier Pastore, un jugador irregular que tampoco es un superestrella.
Haber perdido dos finales con la albiceleste consecutivas y en dos años tampoco ayuda, y más teniendo en cuenta que al haber «emigrado» tan pronto de Argentina le ha hecho ser mirado siempre con recelo por la siempre crítica hinchada argentina.
Hasta que Argentina no plante un centro del campo decente va a tener el mismo problema siempre, se va a encontrar con el mejor jugador del mundo desconectado de partido y acabará como las últimas finales, entre lágrimas.