El Bayern Leverkusen está siendo la grata sorpresa de esta Bundesliga este año. El equipo de la farmacéutica comenzó con pocas ilusiones la temporada, la marcha de sus dos mejores jugadores, Havertz y Volland, no ayudaban al optimismo de la afición, y varios años de ostrcismo por la mitad de la tabla tampoco alentaban a pensar en un año especial para el equipo. Pero nada más lejos de la realidad, con el entrenador Peter Bosz, el equipo ha llegado a liderar la clasificación a falta de una jornada para el parón invernal, llegando a empatar ante el Bayern en el Allianz Arena. Pero la última jornada antes del parón y la primera no han traído buenas noticias. Dos derrotas dolorosas, especialmente la de anoche ante el Eintracht, en Frankfurt, y dejándose remontar el partido escocieron y mucho. Es cierto que el objetivo del equipo no es la liga ni mucho menos, pero la cuarta plaza debe ser el objetivo sabiendo que las tres primeras son inalcanzables ya que están vedadas para el Bayern, Dortmund y Leipzig.
Pero no todo son malas noticias para el Leverkusen, la renovación de Aránguiz y sobre todo de Amiri, el gran proyecto de jugador del club, dan tranquilidad a un proyecto que unido a los Bellarabi, Bailley y Schick debe asentarse en los puestos de liga de Campeones. Tiene un gran entrenador, que despliega un fútbol bonito y una plantilla compensada entre jóvenes con proyección y veteranos curtidos en mil batallas como los gemelos Bender. Si todo acaba como debe y el equipo no se desploma, la inyección económica de la clasificación para el máximo torneo continental puede hacer dar de nuevo ese paso adelante a un equipo que llevaba mucho tiempo dormido y transitando sin pena ni gloria por la Europa League.