Han pasado ya 19 años desde aquella final de Ámsterdam donde el Real Madrid se alzó con la séptima copa de Europa frente a una Juventus que disputaba su tercera final consecutiva y que partía como clara favorita ante el Madrid que buscaba la Copa de Europa tras casi 30 años sin ganarla. La temporada liguera del Madrid en aquella temporada fue desastrosa y apostaron todo a la Copa de Europa y finalmente les salió bien la jugada.
Pero la historia ahora es completamente diferente, el Madrid es el vigente campeón de Europa, llega tras alzarse con el título doméstico y es el claro favorito para llevarse el partido. Llega además en un estado de forma óptimo y con quizás la plantilla más profunda y de más calidad que se le recuerda. Su camino a la Final este año sí ha sido un auténtico campo de minas, Nápoles, Bayern y Atlético le han hecho sudar la gota gorda para llegar a la ansiada final de Cardiff y poder convertirse así en el primer equipo que repite título en el formato Champions de la competición.
Pero esta Juventus que llega como tapada está en la posición que más la gusta, sin presión pero con una plantilla y un entrenador que son capaces de todo como ya han demostrado en la competición. El resurgir en su nueva posición de Dani Alves, los goles en semifinales de Higuaín y el peligro constante de Dybala unidos a ese muro defensivo que sólo ha permitido tres goles en toda la competición hacen de la Juventus uno de los rivales más difíciles de superar ahora mismo en el continente.
Pero también es cierto que la Juventus, pese a ser el gran dominador de títulos a nivel doméstico, nunca ha sabido trasladar sus éxitos a la máxima competición, ha llegado ocho veces a las finales y sólo ha ganado dos, la última hace dos años ante el Barcelona. Pero el equipo ha madurado y está ante la última gran oportunidad de que su eterno capitán Buffon, leyenda viva del club y aspirante a balón de Oro, levante el único título que se le resiste y que ya le ha esquivado en hasta dos ocasiones. Veremos si a la tercera va la vencida.