Como cada 20 de Mayo los aficionados del Barcelona recuerdan ese día como el inicio de su nueva era. De ser un equipo perdedor en Europa, sin ninguna Champions en sus vitrinas, y habiendo perdido hasta 2 finales, la última tres años antes en Sevilla y a los penaltis que les había dejado ya la competición como un muro insalvable. Er apura impotencia lo que sentía el equipo hacia la competición, pero Cruyff consiguió darle un soplo al equipo y llevarles a la tercera final.
El partido fue muy muy malo por parte del Barcelona, fue superado ampliamente por la Sampdoria de Mancini, Lombardo y Vialli, que tuvo varias ocasiones clarísimas que desperdició. Aún así Stoichkov dio un palo durante el partido pero ninguno de los equipos fue capaz de perforar la red durante los noventa minutos con lo que se llegó a la prórroga. La idea de los penaltis flotaba en el ambiente y los recuerdos de Sevilla eran inevitables.
Pero finalmente y tras el ya famoso disparo de falta de Koeman el Barcelona consiguió alzarse al fin con el trofeo y cambiar su historia para siempre. A partir de ahí y pese a perder dos años después la final de Atenas ante el Milán de Capello se comenzó a forjar la leyenda de este club, que con la llegada de Rijkaard recuperó su mejor versión y Guardiola continuó la obra llevándola a lo más alto. Enhorabuena a todos los barcelonistas.