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Respeto a Hansi

Mucho he estado leyendo estos días en contra de Hansi Flick y su equipo. Que si su estilo ya no vale o que si le han tomado la medida los rivales son algunos de los titulares y noticias que han circulado entre las derrotas ante el PSG y el Sevilla de este domingo. Poca memoria para un entrenador que cuando llegó el año pasado al Barcelona, el equipo naufragaba en citas importantes, no podía competir contra el Real Madrid y que en dos años completos sólo ha fichado a Dani Olmo, Joan García, Marcus Rashford y Roony Barghdy. Con muy poco hizo mucho, elevó el valor de todos los jugadores del plantel, recuperó para la causa jugadores defenestrados como Raphinha (al que por momentos mereció ganar el balón de oro) De Jong, Eric García e incluso Ferrán Torres. Sacó ases de la manga como Casadó o Bernal (hasta que se lesionó de gravedad en Vallecas), compitió en momentos importantes de la temporada (final de Copa incluida) con Gerard Martín de lateral izquierdo titular o con Eric como su lateral derecho.

Se ha ganado el respeto mundial ya no solo por hacer del Barcelona una máquina de golear el año pasado, ganar todas las competiciones domésticas donde participaba (con goleadas muy sonadas en cada clásico ante el Madrid) y llevar al Barcelona hasta las semifinales de Champions compitiendo como hacía mucho no se veía en el equipo y lo más importante, borrando de la memoria el miedo escénico que se había apoderado del club en los momentos importantes de la Champions y que ya hacían hasta de barrera psicológica. Algo que es de valorar y que no es baladí viendo las últimas eliminaciones europeas del conjunto catalán, donde fue eliminado por Manchester United o Eintracht de Frankfurt los últimos años. Además ha dotado al equipo de un espíritu inquebrantable que le hace no venirse abajo nunca, pese a ir muy por debajo en el marcador y haber remontado partidos imposibles como el del Metropolitano con dos goles abajo en el minuto 70, el clásico en Montjuic con 2 goles de Mbappé en los primeros minutos y jugándose media liga, o la Final de Copa. Le da igual el rival, el marcador o como se ponga el partido, el equipo ataca sin piedad hasta derribar el muro rival.

Es cierto que las sensaciones de esta última semana no son buenas, dos derrotas duras, pero distintas. Si ante el PSG el equipo tuvo 30 minutos de fútbol brillante, lo que duró el físico de un Lamine que llegaba entre algodones y acabó lesionado, ante el Sevilla el partido fue bochornoso. Lo más extraño es que ambos partidos los tuvo para ganar, con ocasiones muy claras desperdiciadas, especialmente en el Pizjuán con un penalti errado y con un mano a mano de Roony que erró incomprensiblemente. Un mal partido unido a una plaga de bajas importante que hace de la ya de por si plantilla corta del club un problema mayúsculo para poder intervenir con los cambios. Ante el PSG sólo pudo introducir a Lewandowski como arma, y ante el Sevilla ni eso, solo a un Barghdy al que todavía le quedan grande partidos de este tipo y a un Balde que volvía de un mes de inactividad. Este parón va a venir bien para recuperar oxígeno, refrescar mente y recuperar a jugadores para la causa ahora que se viene el primer clásico de la temporada, que ya se adivina como fundamental.

Pánico total al otro 10

No es normal el nivel de ataque mediático al que se está sometiendo a Lamine Yamal desde Madrid desde hace ya un tiempo. El mayor talento que hay en la actualidad, segundo en la votación a baló de oro con 18 años recién cumplidos, siendo el líder de un Barcelona que ganó tres competiciones y se quedó a las puertas de la Final de la Champions, está siendo sometido desde el bando madridista y su maquinaria de prensa a una campaña de persecución y desprestigio constante para tratar de empañar lo que se adivina como una carrera prometedora de un jugador que está batiendo todos los registros de precocidad habidos y por haber, y del que lo más increíble de todo es que no se le adivina techo.

Soy un firme creyente de que por muy alto que llegue Lamine, el techo de Messi va a ser inalcanzable para él, pero que va a dominar el panorama futbolístico de la actualidad a día de hoy es algo evidente y cada día queda más claro. Lo más extraño es que siendo español y representando a España, no se le de de crédito y el merecimiento que se debe a una figura de su magnitud. Los Haaland o Mbappé no paran de recibir elogios por sus récords de goles y rotura de estadísticas, cuando Lamine está ya compitiendo a su nivel con 8 años menos que el noruego y el francés.

La última gota fue tras su partido ante el PSG, quizá el equipo más completo y en forma de Europa a día de hoy, con el mejor lateral izquierdo del mundo en sus filas. Pues aún así Lamine se las arregló para brindar veinte minutos con una jugada de ensueño y haber forzado claramente su expulsión (le perdonaron de manera vergonzosa la segunda amarilla a Nuno Mendes) tras tres semanas lesionado y ser su primera titularidad tras ese tiempo parado con 18 años. Pues aún así todos los titulares eran cargando contra él, atacándole sin piedad y casi culpándole de la derrota.

Esto solo me da que pensar que hay mucho pánico a verse sometido durante más de una década a un talento único, surgido de nuevo de la cantera del Barcelona, y que por muchos millones que inviertan el resto nunca van a tener a alguien como él. Y hay que darse cuenta de que España por fin tiene un talento mundial desequilibrante, un jugador llamado a marcar época con la camiseta de la selección española y dar a España el hueco que merece en los títulos individuales de jugadores como se merece desde hace mucho tiempo. Menos miedo y más disfrutar del nuevo 10.

Indignación absurda

El Athletic Club está viviendo unos días convulsos a raíz de los rumores del posible fichaje de Nico Williams por el Barcelona. El club bilbaíno está haciendo una campaña de victimismo por su parte que no es acorde ni al tamaño del club ni a la política que ellos mismos hacen con los clubes a los que pueden optar por sus fichajes. El Athletic se queja de que el Barcelona quiere pagar la cláusula de el menor de los Williams, cuando ellos hacen lo mismo con la Real Sociedad u Osasuna pro sus fichajes estratégicos, con unas maneras que les han llevado a romper relaciones del todo con el club navarro desde hace años por sus maneras a la hora de fichar.

Ahora que la tostada cae del otro lado, los rojiblancos están haciendo todo lo posible por dinamitar este acuerdo. Ya el año pasado estuvo cerca de suceder, pero en el último momento convencieron a Nico para aguantar un año más con la final de la Europa League en San Mamés con lo que eso significa para el club. Aguantó finalmente pero este año parece convencido de cambiar de aires y el club no parece dispuesto a ponerle ninguna facilidad ni ayudar al canterano a cambiar de aires. Incluso los propios aficionados están ya vandalizando murales y atacando al jugador vía redes sociales con los clásicos calificativos de rata y traidor.

Además desde el club de Lezama quieren monitorizar todo el fichajes, desde el pago de la cláusula hasta la inscripción del jugador como medida de presión al Barcelona por su fichaje, una presión a la que ya se sometieron en su día Javi Martínez o Fernando Llorente, jugadores históricos que salieron por la puerta de atrás y de muy malas maneras (con Javi Martínez teniendo que colarse en las instalaciones de noche saltando la valla de Lezama para recuperar sus pertenencias de la taquilla) por la tozudez de un club que a la hora de vender no da su brazo a torcer pero a la hora de fichar hace lo mismo de lo que ahora se queja, una hipocresía en toda regla.

Que pasa con Casadó

Si se pregunta por la mayor irrupción que se ha producido en el fútbol español de esta temporada, hasta hace unos días todo el mundo coincidiría en un nombre: Marc Casadó. La última perla sacada de la Masía, resiliente a la lesión de Marc Bernal a comienzo de temporada y que aprovechó como nadie su salto al primer equipo, se encuentra a día de hoy inexplicablemente desnortado. Las medidas de Flick, capaz de haber sacado su mejor versión, hacen ahora que el jugador no sepa muy bien su rol y posición en la plantilla.

Suplente ahora mismo para el técnico alemán de Frenkie de Jong, su participación en el once comienza a ser residual, sin haber bajado su rendimiento sobre el verde, lo que hace pensar algún conflicto con el entrenador, al que ya hemos visto que no le tiembla el pulso a la hora de sentar a jugadores por mínima que sea la indisciplina (casos de Iñaki Peña, Koundé….) y que en este caso parece que está aplicando de nuevo.

Volver a ganarse la confianza de Flick y entrar de nuevo en el once del Barcelona es una misión para un Casadó que ya había entrado en las convocatorias con la selección absoluta y que parecía fijo junto a Pedri en el centro del campo culé. Los resultados del equipo sin él tampoco han podido ser mejores, con dos empates y el resto de victorias desde la vuelta de navidades, el equipo ha vuelto al liderato de la liga y clasificado como segundo en la fase de la Champions, por lo que sus argumentos deben ser en el entrenamiento para volver a ver ese jugador que enamoró a todo el fútbol español en tan solo unos meses.

Con la misma moneda

Es muy difícil definir lo que ha sido el rendimiento de Ousmane Dembélé hasta ahora sin hablar de las palabras fracaso, decepción o incluso poco profesional. Un fichaje que en su día se convirtió en el más caro de la historia blaugrana en un verano en el que el Barcelona perdió a Neymar y contó con una gran cantidad de dinero que, como ya ocurriera en la época de la marcha de Figo al Real Madrid, no ha sabido invertir bien y ha provocado la mayor crisis institucional del equipo en base a fichajes frustrados y sueldos desorbitados que han dejado al club al borde de la quiebra total.

Ahora, tras cinco años de sinsabores con el díscolo extremo francés, que ha pasado más del 50% de los partidos del Barcelona en su estancia lesionado, su contrato llega a su fin, y es libre de negociar con cualquier equipo. Su intención, o eso afirma él, es la de permanecer en el Barcelona, pero con unas pretensiones fuera de mercado y muy fuera de su rendimiento y aportación al equipo durante estos cinco años. El Barcelona ya ha descartado prácticamente la renovación del mosquito, y lo que ahora quiere es venderlo para sacar algo de dinero antes de que se vaya gratis en verano.

Pero Ousmane no está por la labor de abandonar el Barcelona antes de verano, pro lo que el club se plantea dejar seis meses en la grada sin jugar y apartado del equipo. Se lamentan de la actitud del jugador y de lo difícil de hacerle cambiar de opinión y de lo mal aconsejado que está. Pero cuando lo ficharon del Borussia nadie del Barcelona se lamentó cuando el jugador se declaró en rebeldía en el club borusser, negándose a ir a entrenar para fichar por el conjunto blaugrana, ahí todo les parecía bien, pero ahora que se les paga con la misma moneda ponen el grito en el cielo. Y yo me pregunto, qué esperaban en el club???

¿Igualado?

Por más que se nos quiera vender como atractivo este clásico en Arabia, los dos equipos no pueden estar en situaciones más diferentes. El Real Madrid es líder sólido de la liga, habiendo ganado a todos los rivales directos este año y con media liga ya en el bolsillo en Enero (lo de meter al Sevilla como competidor es un chiste). El Barcelona está viviendo sus peores momentos desde la época de Gaspart (tras Bartomeu el peor presidente de la historia del Barcelona) y está en una temporada donde entrar entre los cuatro primeros empieza a ser un ejercicio de sufrimiento máximo.

Ancelotti ha declarado que en un clásico nunca se sabe lo que pueda pasar, pero sabe perfectamente que el Madrid es muy superior, por mucho que en el Barcelona se apele a la juventud del equipo y estos estén trayendo esperanza a la hinchada, el centro del campo del Madrid es infinitamente superior a día de hoy. Esta noche los Gavi y Nico van a sufrir de lo lindo ante la experiencia del tridente madridista. Modric y Kroos deberían dar una nueva lección de juego ante el equipo que presume de la posesión y el control del balón.

Y no hay que olvidad que la defensa del Barcelona en cuadro se enfrenta al mejor ataque de la liga, la pareja Benzema-Vinicius está haciendo estragos a todas las defensas, y la del Barcelona no parece que vaya a ser menos, más en la situación en la que está. Veo a un Madrid muy superior que no debe tener problemas para ganar a un Barcelona al que, aunque nadie en Can Barça quiera reconocerlo, les vale con no salir goleados de este partido y que no haya una herida muy grande. En el fútbol pude pasar de todo, pero me temo que en esta ocasión no va a ser el caso.

Ninguneado

No tengo palabras para describir la situación que está viviendo Memphis Depay ahora mismo en el Barcelona. La única luz en cuanto a fichajes de este verano que ha tenido el Barcelona, sustentándolo él solo los primeros meses de competición, y siendo el gran referente del equipo, se ve ahora mismo más fuera del equipo que dentro sin explicación alguna y sin ningún tipo de gratitud. Xavi parece que no cuenta con él, y la intención del Barcelona es la de venderlo, a poder ser incluso en este mercado invernal, sin haber recibido ninguna explicación por parte de Xavi (en eso de momento es en lo que más se está pareciendo a Guardiola) ni de la directiva.

Tras el regreso de su lesión, volvió el sábado ante el Granada con su futuro más en el aire que nunca. Sabedor de esta posible situación cuando firmó como agente libre este verano por el Barcelona (cobrando menos que en otros destinos) sólo firmó por dos años. Pero su rendimiento ha sido magnífico, y su actitud y compromiso ejemplares. Pero en el Barcelona no siempre se valora eso, de hecho un caso parecido es el de Luuk de Jong, ninguneado igual y apartado pero que mientras va sacando las castañas del fuego a un equipo especializado en devaluar jugadores de manera drástica. Me parece inexplicable que se le de tanto bombo a figuras como la de Dembélé, con oportunidad tras otra, y a un jugador como Memphis ni una mísera explicación. Y luego insisten que es Mes que un Club….

Surrealismo puro

Ver a Joan Laporta afirmando que el Barcelona ha vuelto, que van a volver a ser temidos, que el próximo fichaje en llegar es Morata, y que van a traer con seguridad a Haaland en verano es ridículo. El Barcelona sigue arrastrando una profunda crisis financiera debido a la mala gestión del Bartomeu que hace que hasta ayer ni siquiera Dani Alves haya podido ser inscrito. A día de hoy y pese a ser presentado, Ferrán Torres, como ya ocurriera en verano con Eric García, Memphis o Agüero, no puede ser inscrito ni jugas con el Barcelona ahora mismo.

Esta situación surrealista y preocupante a partes iguales choca con el optimismo del presidente azulgrana, que como en su anterior mandato con su famoso ¡¡Al loro!!, parece más fanatismo que verdadera convicción. El preacuerdo que se está hablando con el agente de Haaland Mino Raiola es tan surrealista como la noticia en sí. El Barcelona debe garantizar que puede pagar el fichaje, comisiones y sueldo del jugador para que ese supuesto pacto se lleve a cabo. Y es muy difícil de imaginar cuando en el fichaje de Ferrán Torres han incluido una cláusula donde si no pueden inscribir al jugador se lo devolverán al Manchester City.

Está bien tener ganas y ambición, pero mandar mensajes equivocados y fantásticos siendo mentira no son de recibo. El público del barcelona ya ni cree en esas noticias sabedores de la situación, cada día sale un nombre nuevo de jugador que quieren vender, sin tener ningún equipo que quiera comprar a unos jugadores devaluados y sobrepagados a partes iguales. Y en medio de todo el caso de Dembélé, el segundo fichaje más caro de la historia del club y que probablemente y tras reírse del club se vaya a ir gratis este verano. Es el último servicio de la presidencia de Bartomeu a este Barcelona.

Último tren

Esta noche en el Sánchez Pizjuán se juegan más que tres puntos para el Barcelona. Tras un buen primer tiempo ante el Elche, rozar un nuevo ridículo en la segunda parte, y pasar a la euforia con el gol postrero de Nico, toca hacer los deberes de verdad en el último partido del año. Toca además jugar en el campo de un Sevilla enrachado en liga (poco se habla del ridículo que ha hecho en esta edición de la Champions quedando fuera en un grupo conformado pro Wolfsburgo, Salzsburgo y Lille) que está ganando partidos por inercia sin juego, lo que le convierte en un rival aún más peligroso.

El equipo azulgrana sigue en cuadro, no recupera efectivos en ataque para este partido y el Sevilla se caracteriza por tener una de las mejores defensas de la liga, aunque Koundé tendrá que volver a ejercer de lateral derecho ante las bajas de Montiel y Navas. Los nervionenses llegarán muy motivados tras la victoria in extremis ante el Atlético del sábado, quedando como único gran perseguidor del Madrid actualmente, por lo que tendrán ese aliciente extra. Xavi necesita encadenar dos resultados positivos por fin y cerrar un año para olvidar para este Barcelona que cada vez más va adquiriendo los tintes de es Milán de transición del último lustro.

Eric no vale

Lo que era una sospecha se ha terminando confirmando. El nivel de Eric García no es para ser titular en un equipo puntero y mucho menos para ir a la selección, algo que habla muy mal de Luis Enrique en esta elección. Tras haber pasado el año en blanco en el Manchester City y una Eurocopa nada reseñable esperaba a ver su nivel a nivel de club. Peor ya en su segundo partido en el Barcelona acabó expulsado tras un fallo garrafal en San Mamés, dejándome ya con muchas dudas respecto a su rendimiento y en especial a su gran déficit, la velocidad. No es un defensa rápido, algo fundamental para equipos que juegan tan adelantados, dejando muy al descubierto sus carencias. Y si a esto añadimos además su altura, muy escasa para un central y al que es fácil ganar en cualquier salto dividido y balones aéreos, tenemos una combinación de jugador que no da la talla. Tiene toque y salida de balón, pero si no sabe defender se convierte en algo inservible como virtud para un central. Quizás adelantar su posición y como medio defensivo con buen trato de balón le pueda venir bien, pero a día de hoy es un coladero tanto en su club (ayer ante el Benfica fue la enésima demostración) como con la selección (su partido ante Suecia fue bochornoso). No se puede hablar de mal fichaje ya que llegó gratis, pero su rendimiento dista mucho de repetir la fórmula que se hizo con un Piqué que si que es cierto que ha rendido a un nivel altísimo durante años en el Barcelona. Otro quebradero más de cabeza para la directiva azulgrana…