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Impacto inmediato

Martes feliz en Barcelona con la victoria importantísima sobre el Atlético en un partido muy igualado y abierto, que remontaron de manera brillante, con una primera parte que recordó a los mejores momentos del equipo de la temporada pasada. Y si el equipo recuperó sus mejores sensaciones fue por la vuelta de sus dos pilares fundamentales. Raphinha y Pedri, ahora mismo básicos para el esquema y estilo de juego del equipo implantado por Hansi Flick. Con los dos en el campo el equipo volvió a la presión asfixiante en campo contrario tras pérdida, posesiones infinitas que desquician al contrario, y sobre todo, desmarques de ruptura al espacio que solo el brasileño da al equipo ahora mismo. Y muestra de ello fue el primer gol, conducción de Pedri, pase perfecto al desmarque del 11 y gol del empate. Así de sencillo, así de difícil a la vez.

El que más ha agradecido la vuelta de ambos es Hansi, el entrenador que acabó muy abatido en la última jornada contra el Alavés con unas imágenes preocupantes en el banquillo desolado tras el pitido final, el Martes era todo alegría, era consciente de que había hecho el partido perfecto hasta el minuto 70, lo que aguantaron sus dos jugadores que volvían de lesión, y supo sufrir el equipo los últimos minutos y con una pizca de suerte, ya que el Atlético tuvo dos muy claras para empatar el partido. El alemán es consciente de que con ellos el equipo vuelve a ser la máquina engrasada que era el año pasado (a excepción de la parcela defensiva, donde los centrales y laterales están a un nivel bajísimo respecto al año pasado) y era muy importante empezar a recuperar las sensaciones que le hicieron ser el equipo más en forma el año pasado y monopolizador de todos los títulos a nivel nacional con una superioridad pasmosa. Con la vuelta de sus dos pilares, los fantasmas se han alejado mucho del Barcelona que vuelve a ser líder de la liga tras verse 5 puntos abajo tras la derrota en el Clásico.

Vuelta a casa

El Barcelona ha anunciado que e l partido de este sábado ante el Athletic Club será de nuevo en su estadio, el Camp Nou. Será la vuelta a su estadio tras casi tres años en Cornellá el Prat. Un periodo de luces y sombras que parece terminar definitivamente, volviendo el club a su estadio de siempre. Eso sí, será con el estadio todavía al 50 %, con un aforo reducido (muy parecido al del actual Cornellá), pero con la emoción y la ilusión más que renovada de una afición que necesitaba una alegría de este tipo.

Será una fiesta por todo lo alto, además también se ha conocido que en Champions el equipo volverá también al estadio para el partido del Eintracht, con lo que la alegría es doble para el club y la afición. Ahora esta noticia unida a la recuperación de Pedri y Raphinha debe ser el impulso que necesita el equipo para afrontar este difícil periodo antes del parón de navidades para intentar reconducir la situación en Champions y y recortar puntos al Real Madrid en el liderato de la clasificación doméstica.

Tras la construcción del segundo graderío (falta otro más todavía) el club recibió la aprobación a la primera para poder celebrar de nuevo los partidos como local en su estadio y lo anunció por todo lo alto. Incluso Messi con una publicación que hizo saltar más de una lágrima a los aficionados culés se coló por sorpresa en el estadio blaugrana para ver cómo van avanzando las obras. Un estadio que está quedando de maravilla según la apertura de puertas que hubo la semana pasada y que espera estar terminado en 2026 para poder tener el aforo completo de más de 100.000 personas, una auténtica barbaridad.

La FeF se está confundiendo

Nuevo capítulo de la disputa FeF-Barcelona por la convocatoria de Lamine Yamal con la selección. las molestias del joven extremo del Barcelona están haciendo que cada parón de selecciones haya un conflicto armado entre la Federación y el Barcelona con cruce de reproches por parte de entrenador y seleccionador incluidos. Un espectáculo dantesco que está cogiendo ya tintes de telenovela en el que la tanto la FeF como el seleccionador se están olvidando de que es el club el que tiene los derechos del jugador y la obligación de cuidarle y tenerle a tono para sus compromisos.

Los partidos de clasificación de España, que tiene más que encaminada, están sacando lo peor de cada organización, y ayer el comunicado oficial contra el Barcelona fue la gota que colmó el vaso de algo que para mí no tiene discusión, el Barcelona está en todo su derecho de querer cuidar y aprovechar estos parones para recuperar un jugador que desde hace semanas se nota que no está al 100% y que está jugando todo con el club sin poder descansar debido a la plaga de lesiones que arrastra. Además hay que recordar la mala gestión de minutos que realizó de la Fuente en la última convocatoria que pudo ir del de Rocafonda, que acabó con lesión del jugador incluida y el primer cruce de reproches.

Ambas instituciones deberían remar en la misma dirección, que es tener al mejor activo de ambos al 100% para los compromiso importantes de verdad, y dejar de acumular minutos innecesarios a un jugador que arrastra una lesión peligrosa y difícil de tratar salvo con reposo esporádico y tratamiento localizado. Necesitan ambos la mejor versión del 10 para la parte importante de la temporada, y para el verano donde se avecina un Mundial apasionante donde España debería ser actor principal y uno de los candidatos máximos al título. Un caso parecido al que está pasando Nico Williams, donde la FeF está respetando los periodos de parón para el tratamiento recuperador de un jugador capital para el Athletic, pero también para la selección. Se debería hacer lo mismo para un jugador que no se olvide tiene tan sólo 18 años. Que muchas veces se pierde ese concepto por lo determinante que es.

Preocupación Máxima

Confirmada la lesión de Pedri en el Barcelona, siendo más grave de lo esperado al principio, se atisba un escenario más que preocupante para las próximas semanas en Can Barça. Un equipo que tiene a Gavi, Joan García, Ter Stegen, Christensen, Raphinha, Lewandowski y Dani Olmo lesionados ahora mismo, y con Lamine Yamal, Ferrán, Balde y Fermín recién recuperados y renqueantes todavía de sus lesiones. Un panorama desolador que evidenció en el Bernabéu la poca profundidad de banquillo con la que cuenta Flick actualmente. Un panorama desolador y que preocupa por la racha del equipo, a cinco puntos del Madrid en liga, y con unas jornadas ahora por delante complejas, con la visita del Elche, un equipo recién ascendido pero muy rocos y difícil de jugar, que ya arañó un punto en el Metropolitano este año, y con la vuelta de la Champions de nuevo entre semana.

El equipo médico este año está haciendo aguas por todos lados, con lo bien que funcionó el año pasado, llevando los esfuerzos y las rotaciones al dedillo para evitar estas acumulaciones de lesiones. El equipo ha empezado en baja forma la liga respecto al año pasado, y eso que de los tres grandes ha sido el único que tuvo el verano más largo sin Mundial de Clubes para poder hacer su pretemporada con total normalidad. Se esperaba justo lo contrario, que el equipo fuese como un tiro desde el inicio e intentara sacar la máxima distancia posible desde el primer momento merced a llegar mas descansado y con mejor preparación al inicio, pero nada más lejos de la realidad tras las derrotas en el Pizjuán y Bernabéu y el empate en Vallecas.

Muchas son las voces que se alzan ahora contra Flick y su segundo año en el Bayern, donde pasó del sextete en su primer año a ganar «solo» la liga, la copa las dos supercopas (alemana y europea) y el mundial de clubes. Cierto es que no pudo revalidar la Champions en una eliminatoria marcada por las lesiones claves de Lewandowski y Kimmich ante el PSG que le dejaron fuera del torneo. En Barcelona preocupa que el equipo se caiga y no sea capaz de mantener el ritmo infernal que impuso todos los partidos el año pasado, donde era imposible igualar la intensidad y la pegada de un equipo que enamoró por su forma de jugar a todos. Yo confío plenamente en un entrenador al que veo capaz de gestionar esta situación, de darle la vuelta como ya hizo el año pasado cuando perdió 14 puntos respecto a Madrid y Atlético para luego volver a levantar el vuelo del equipo. Es muy pronto para sacar la voz de alarma, pero si que deberían revisarse el estado de los jugadores para que no se reproduzca otra plaga grande de lesiones, especialmente de las musculares que son las a priori evitables.

Salió lo peor

Ridículo final de partido el de ayer en el clásico con una tangana y cruce de acusaciones y amenazas por parte de ambos equipos, en especial de Carvajal y Vinicius hacia Lamine tras sus desafortunada declaraciones del día anterior. Tuvo que intervenir la policía y quedó todo como una reyerta de instituto dejando escenas grotescas y bochornosas, indignas de un partido de este nivel en un partido de guante blanco en cuanto a faltas e intensidad.

El Madrid aprovechó la cantidad de bajas del Barcelona y fue superior, en especial en la primera parte, donde hizo gala de lo que siempre ha sido su máxima identidad, una efectividad que cuando la tiene calibrada es muy difícil de parar. Pocos ataques pero precisos, terminando un primer tiempo con dos goles anulados, un penalti anulado y dos goles a favor sin haber apretado al máximo nivel. Dando además al Barcelona en los momentos justos cuando más duele.

Mbappé volvió a demostrar que está en el mejor momento de su carrera, siendo imparable para la zaga y volviendo a marcar, Flick no obstante le hizo un favor colocando a Eric García de titular en vez de a Araújo, con el que sufrió más en la segunda parte. Bellingham aprovechó su ocasión y demostró que no se le ha olvidad la llegada en segunda línea, y en el Barcelona se confirmaron los presagios que todos se temían, el equipo anda cojo de efectivos por las bajas arriba, y sólo Fermín parece a su nivel.

Los cambios retrataron el momento culé, no hicieron ninguno antes del minuto 70, y las entradas de Araújo, Casadó, Barghji y más tarde Gerard Moreno en el último minuto así lo atestiguan, dejando claro que no había plan b, y casi ni plan a ya que no había donde elegir. Es lo que tiene configurar una plantilla corta, que te pueden pasar estas cosas. El Madrid cuajó un partido correcto y se llevó un clásico después del pleno de derrotas del año pasado. Y ya son cinco puntos de ventaja al frente de la clasificación.

Respeto a Hansi

Mucho he estado leyendo estos días en contra de Hansi Flick y su equipo. Que si su estilo ya no vale o que si le han tomado la medida los rivales son algunos de los titulares y noticias que han circulado entre las derrotas ante el PSG y el Sevilla de este domingo. Poca memoria para un entrenador que cuando llegó el año pasado al Barcelona, el equipo naufragaba en citas importantes, no podía competir contra el Real Madrid y que en dos años completos sólo ha fichado a Dani Olmo, Joan García, Marcus Rashford y Roony Barghdy. Con muy poco hizo mucho, elevó el valor de todos los jugadores del plantel, recuperó para la causa jugadores defenestrados como Raphinha (al que por momentos mereció ganar el balón de oro) De Jong, Eric García e incluso Ferrán Torres. Sacó ases de la manga como Casadó o Bernal (hasta que se lesionó de gravedad en Vallecas), compitió en momentos importantes de la temporada (final de Copa incluida) con Gerard Martín de lateral izquierdo titular o con Eric como su lateral derecho.

Se ha ganado el respeto mundial ya no solo por hacer del Barcelona una máquina de golear el año pasado, ganar todas las competiciones domésticas donde participaba (con goleadas muy sonadas en cada clásico ante el Madrid) y llevar al Barcelona hasta las semifinales de Champions compitiendo como hacía mucho no se veía en el equipo y lo más importante, borrando de la memoria el miedo escénico que se había apoderado del club en los momentos importantes de la Champions y que ya hacían hasta de barrera psicológica. Algo que es de valorar y que no es baladí viendo las últimas eliminaciones europeas del conjunto catalán, donde fue eliminado por Manchester United o Eintracht de Frankfurt los últimos años. Además ha dotado al equipo de un espíritu inquebrantable que le hace no venirse abajo nunca, pese a ir muy por debajo en el marcador y haber remontado partidos imposibles como el del Metropolitano con dos goles abajo en el minuto 70, el clásico en Montjuic con 2 goles de Mbappé en los primeros minutos y jugándose media liga, o la Final de Copa. Le da igual el rival, el marcador o como se ponga el partido, el equipo ataca sin piedad hasta derribar el muro rival.

Es cierto que las sensaciones de esta última semana no son buenas, dos derrotas duras, pero distintas. Si ante el PSG el equipo tuvo 30 minutos de fútbol brillante, lo que duró el físico de un Lamine que llegaba entre algodones y acabó lesionado, ante el Sevilla el partido fue bochornoso. Lo más extraño es que ambos partidos los tuvo para ganar, con ocasiones muy claras desperdiciadas, especialmente en el Pizjuán con un penalti errado y con un mano a mano de Roony que erró incomprensiblemente. Un mal partido unido a una plaga de bajas importante que hace de la ya de por si plantilla corta del club un problema mayúsculo para poder intervenir con los cambios. Ante el PSG sólo pudo introducir a Lewandowski como arma, y ante el Sevilla ni eso, solo a un Barghdy al que todavía le quedan grande partidos de este tipo y a un Balde que volvía de un mes de inactividad. Este parón va a venir bien para recuperar oxígeno, refrescar mente y recuperar a jugadores para la causa ahora que se viene el primer clásico de la temporada, que ya se adivina como fundamental.

Pánico total al otro 10

No es normal el nivel de ataque mediático al que se está sometiendo a Lamine Yamal desde Madrid desde hace ya un tiempo. El mayor talento que hay en la actualidad, segundo en la votación a baló de oro con 18 años recién cumplidos, siendo el líder de un Barcelona que ganó tres competiciones y se quedó a las puertas de la Final de la Champions, está siendo sometido desde el bando madridista y su maquinaria de prensa a una campaña de persecución y desprestigio constante para tratar de empañar lo que se adivina como una carrera prometedora de un jugador que está batiendo todos los registros de precocidad habidos y por haber, y del que lo más increíble de todo es que no se le adivina techo.

Soy un firme creyente de que por muy alto que llegue Lamine, el techo de Messi va a ser inalcanzable para él, pero que va a dominar el panorama futbolístico de la actualidad a día de hoy es algo evidente y cada día queda más claro. Lo más extraño es que siendo español y representando a España, no se le de de crédito y el merecimiento que se debe a una figura de su magnitud. Los Haaland o Mbappé no paran de recibir elogios por sus récords de goles y rotura de estadísticas, cuando Lamine está ya compitiendo a su nivel con 8 años menos que el noruego y el francés.

La última gota fue tras su partido ante el PSG, quizá el equipo más completo y en forma de Europa a día de hoy, con el mejor lateral izquierdo del mundo en sus filas. Pues aún así Lamine se las arregló para brindar veinte minutos con una jugada de ensueño y haber forzado claramente su expulsión (le perdonaron de manera vergonzosa la segunda amarilla a Nuno Mendes) tras tres semanas lesionado y ser su primera titularidad tras ese tiempo parado con 18 años. Pues aún así todos los titulares eran cargando contra él, atacándole sin piedad y casi culpándole de la derrota.

Esto solo me da que pensar que hay mucho pánico a verse sometido durante más de una década a un talento único, surgido de nuevo de la cantera del Barcelona, y que por muchos millones que inviertan el resto nunca van a tener a alguien como él. Y hay que darse cuenta de que España por fin tiene un talento mundial desequilibrante, un jugador llamado a marcar época con la camiseta de la selección española y dar a España el hueco que merece en los títulos individuales de jugadores como se merece desde hace mucho tiempo. Menos miedo y más disfrutar del nuevo 10.

Indignación absurda

El Athletic Club está viviendo unos días convulsos a raíz de los rumores del posible fichaje de Nico Williams por el Barcelona. El club bilbaíno está haciendo una campaña de victimismo por su parte que no es acorde ni al tamaño del club ni a la política que ellos mismos hacen con los clubes a los que pueden optar por sus fichajes. El Athletic se queja de que el Barcelona quiere pagar la cláusula de el menor de los Williams, cuando ellos hacen lo mismo con la Real Sociedad u Osasuna pro sus fichajes estratégicos, con unas maneras que les han llevado a romper relaciones del todo con el club navarro desde hace años por sus maneras a la hora de fichar.

Ahora que la tostada cae del otro lado, los rojiblancos están haciendo todo lo posible por dinamitar este acuerdo. Ya el año pasado estuvo cerca de suceder, pero en el último momento convencieron a Nico para aguantar un año más con la final de la Europa League en San Mamés con lo que eso significa para el club. Aguantó finalmente pero este año parece convencido de cambiar de aires y el club no parece dispuesto a ponerle ninguna facilidad ni ayudar al canterano a cambiar de aires. Incluso los propios aficionados están ya vandalizando murales y atacando al jugador vía redes sociales con los clásicos calificativos de rata y traidor.

Además desde el club de Lezama quieren monitorizar todo el fichajes, desde el pago de la cláusula hasta la inscripción del jugador como medida de presión al Barcelona por su fichaje, una presión a la que ya se sometieron en su día Javi Martínez o Fernando Llorente, jugadores históricos que salieron por la puerta de atrás y de muy malas maneras (con Javi Martínez teniendo que colarse en las instalaciones de noche saltando la valla de Lezama para recuperar sus pertenencias de la taquilla) por la tozudez de un club que a la hora de vender no da su brazo a torcer pero a la hora de fichar hace lo mismo de lo que ahora se queja, una hipocresía en toda regla.

Que pasa con Casadó

Si se pregunta por la mayor irrupción que se ha producido en el fútbol español de esta temporada, hasta hace unos días todo el mundo coincidiría en un nombre: Marc Casadó. La última perla sacada de la Masía, resiliente a la lesión de Marc Bernal a comienzo de temporada y que aprovechó como nadie su salto al primer equipo, se encuentra a día de hoy inexplicablemente desnortado. Las medidas de Flick, capaz de haber sacado su mejor versión, hacen ahora que el jugador no sepa muy bien su rol y posición en la plantilla.

Suplente ahora mismo para el técnico alemán de Frenkie de Jong, su participación en el once comienza a ser residual, sin haber bajado su rendimiento sobre el verde, lo que hace pensar algún conflicto con el entrenador, al que ya hemos visto que no le tiembla el pulso a la hora de sentar a jugadores por mínima que sea la indisciplina (casos de Iñaki Peña, Koundé….) y que en este caso parece que está aplicando de nuevo.

Volver a ganarse la confianza de Flick y entrar de nuevo en el once del Barcelona es una misión para un Casadó que ya había entrado en las convocatorias con la selección absoluta y que parecía fijo junto a Pedri en el centro del campo culé. Los resultados del equipo sin él tampoco han podido ser mejores, con dos empates y el resto de victorias desde la vuelta de navidades, el equipo ha vuelto al liderato de la liga y clasificado como segundo en la fase de la Champions, por lo que sus argumentos deben ser en el entrenamiento para volver a ver ese jugador que enamoró a todo el fútbol español en tan solo unos meses.

Con la misma moneda

Es muy difícil definir lo que ha sido el rendimiento de Ousmane Dembélé hasta ahora sin hablar de las palabras fracaso, decepción o incluso poco profesional. Un fichaje que en su día se convirtió en el más caro de la historia blaugrana en un verano en el que el Barcelona perdió a Neymar y contó con una gran cantidad de dinero que, como ya ocurriera en la época de la marcha de Figo al Real Madrid, no ha sabido invertir bien y ha provocado la mayor crisis institucional del equipo en base a fichajes frustrados y sueldos desorbitados que han dejado al club al borde de la quiebra total.

Ahora, tras cinco años de sinsabores con el díscolo extremo francés, que ha pasado más del 50% de los partidos del Barcelona en su estancia lesionado, su contrato llega a su fin, y es libre de negociar con cualquier equipo. Su intención, o eso afirma él, es la de permanecer en el Barcelona, pero con unas pretensiones fuera de mercado y muy fuera de su rendimiento y aportación al equipo durante estos cinco años. El Barcelona ya ha descartado prácticamente la renovación del mosquito, y lo que ahora quiere es venderlo para sacar algo de dinero antes de que se vaya gratis en verano.

Pero Ousmane no está por la labor de abandonar el Barcelona antes de verano, pro lo que el club se plantea dejar seis meses en la grada sin jugar y apartado del equipo. Se lamentan de la actitud del jugador y de lo difícil de hacerle cambiar de opinión y de lo mal aconsejado que está. Pero cuando lo ficharon del Borussia nadie del Barcelona se lamentó cuando el jugador se declaró en rebeldía en el club borusser, negándose a ir a entrenar para fichar por el conjunto blaugrana, ahí todo les parecía bien, pero ahora que se les paga con la misma moneda ponen el grito en el cielo. Y yo me pregunto, qué esperaban en el club???