El Sevilla tenía el sábado una oportunidad de oro para dar un golpe sobre la mesa y disipar las dudas que hay en torno al rendimiento del equipo ante los grandes. Pero no fue así, y en vez de eso, fue una debacle en toda regla que deja muy tocado a un equipo que está sufriendo mucho las bajas de sus centrales titulares, y el asunto N´Zonzi, que tiene muy mala pinta.
Llegaba al Bernabéu con Marcucci a la cabeza, y su rival era un Madrid que atraviesa una crisis de juego y goles muy grave y que contaba con las bajas de Casemiro, Ramos y Carvajal por sanción, de Varane y Bale por lesión y de Isco que no alineó de titular Zidane. Con estas cartas se esperaba que el Sevilla saliese a morder y diera la cara en el Bernabéu. Pero lejos de ser cierto, el equipo hispalense encajó un gol de Nacho a los dos minutos de comenzar el partido, y se llevó una manita en la primera mitad de un Real Madrid que tampoco realizó un gran partido.
La segunda parte fue más pensando el Madrid en el mundialito que en el propio partido, dejando evidencia del pésimo partido del Sevilla, que no llegó a inquietar en ningún momento la portería de Keylor Navas. Este Sevilla no es el del año pasado que mordía e infundía miedo. Sólo en la segunda parte ante Liverpool y la segunda parte del Villareal donde en ambos partidos realizaron una remontada épica han conseguido suavizar una crisis de juego y resultados que deja ya muy descolgado al conjunto de Nervión, que ha pasado a los octavos de Final de la Champions con mucho sufrimiento en un grupo a priori más que asequible incluso para la lucha por la primera plaza.