A los 38 años el delantero italiano sigue dando que hablar otra vez al convertirse en máximo goleador del calcio con 22 goles. Lo vuelve a conseguir tras su bota de oro en 2006, donde saltó a la fama y firmó por el Bayern. Pero su paso por Munich no fue como esperaba y volvió al país de la bota.
Pero a su regreso nunca volvió al nivel de juego y efectividad de su mejor año en Florencia y cambió de equipo prácticamente cada verano hasta acabar en el Hellas Verona en 2013. Allí disfrutó del anonimato de un equipo menor y la presión sobre él fue escasa, elementos necesarios para recuperar la mejor versión de este delantero que parece eterno. Es verdad que el nivel de la serie A ya no es el que era pero marcar 22 goles a los 38 años no está a la altura de casi nadie. Como siempre Luca Toni da la razón a los que confían en él y calla la boca de sus detractores. Jamás se puede dudar de el de Módena. Eterno Toni