En Nueva York siempre se es muy crítico con los Knicks, el hecho de ser la franquicia de más valor de toda la NBA y sólo poseer dos anillos, el último en 1973, no ayuda a que esa tendencia cambie. Pese a todo las entradas en el Madison siguen siendo las más caras de toda la NBA y el pabellón se llena cada noche. Pero este año el ambiente comienza a ser distinto, la llegada el año pasado de Phil Jackson acabó en ligera decepción al no traer ningún conejo en su chistera (salvo la imprevista explosión de Porzingis). Pero este año el maestro zen se ha movido rápido y ha arriesgado con el fin de montar un equipo competitivo desde ya, y si sus piezas encajan parece que lo puede lograr. Lo primero le dio las riendas del equipo a Jeff Hornacek, un entrenador injustamente poco valorado en Phoenix que innovó llegando a jugar con tres bases en pista al mismo tiempo (Bledsoe, Dragic y Thomas). Es por ello que el arriesgado fichaje de Derrick Rose cobra sentido, no hay nadie mejor que Hornacek para sacar su mejor versión o ya dar por terminada una de las carreras que más prometían en los últimos años.
Rose trajo esperanza a la parroquia Knickerbrocker, pero no ha sido el único gran fichaje de los de la gran manzana, con Rose de Chicago firmó también un Joackim Noah que va a aportar esa enregía defensiva e intensidad que tanta falta hacen en un equipo poco acostumbrado al orden defensivo. De momento han cerrado el capítulo de fichajes con dos nombres que pueden aportar mucho y que no están valorados como se merecen como son Courtney Lee y Brandon Jennings, el de Compton estaba dando su mejor versión en Detroit pero una inoportuna lesión en el tendón de Aquiles y la irrupción de Reggie Jackson le hicieron prescindible para Van Gundy en Michigan. Pero todo este talento si reflota unido a que Carmelo se haya recuperado plenamente de sus problemas de rodilla pueden convertir a los Knicks en una seria alternativa en el Este. Aunque con los Knicks siempre suele ocurrir alguna desgracia yo este año confio en ellos y habrá que seguirlos con mucha atención. Puede que sea el último servicio de Jackson a la NBA y cerrar así el círculo de anillos en el equipo que empezó a ganar títulos ya como jugador.