Ayer saltaron todas las alarmas en la NBA, Chris Paul había confirmado a su franquicia Clippers que ejercería su opción de ser agente libre este verano y se marcharía a los Rockets (algo que le honra ya que así los Clippers han podido sacar algo por el jugador). Este movimiento convierte a los Rockets en el equipo a priori con mejor front court de la NBA, pero sin ningún mimbre más a día de hoy, aunque se habla de la posible llegada o de Paul George o de Carmelo Anthony.
Pero el principal problema está en que si este año se ha visto la mejor versión de James Harden es por su nueva posición de base, posición que ahora ocupará Chris Paul, privando a Harden de la distribución que con tan buen criterio ejerció el año pasado. Habrá que ver como D´Antoni encaja estos dos jugadores y saca el mayor provecho por ellos, pero a priori parce que Harden volverá a su labor de escolta anotador privando al equipo del máximo asistente de la liga el año pasado.
Los Rockets han firmado a un gran agente libre pero quizás han reforzado una posición que no necesitaban y se deberían haber centrado en reforzar su prácticamente inexistente juego interior con un gran pivot de garantías. Parece que Paul no será el único gran fichaje que refuerce a los tejanos pero hasta el momento el equipo está muy cojo. Y no creo que los Rockets a día de hoy sean un equipo con el que Paul pueda por fin aspirar a ese anillo que tanto desea a sus ya 32 años, y por el que nunca ha llegado ni a disputar unas Finales. Y por ello ha preferido los dólares de los Rockets a un proyecto ganador como el de los Spurs, que con su incorporación sí tendrían un equipo de verdaderas garantías para dar guerra en el Oeste a los Warriors.