Ayer el Barcelona rescató un punto en los últimos instantes gracias a una maravilla de Messi de falta. Pero no deja de ser claro que ese punto a día de hoy es inservible en su persecución al Real Madrid que está ya a cinco puntos (con un partido menos además). El partido de ayer era clave, en uno de los campo donde más cara cuesta la victoria, Luis Enrique volvió a hacerlo, introdujo a André Gomes en detrimento de un Rakitic que siendo indispensable para el Barcelona parece que lo van a acabar dejando marchar tras paralizar su renovación que a principio de temporada se tenía como prioritaria.
Pero lo grave es que en vez de poner a un Denis Suárez, que no está al nivel del croata pero al menos no desentona, introdujo al incomprensible fichaje estrella del verano André Gomes. El luso es un jugador acobardado que desentona en ese centro del campo de toque y magia compuesto por Busquets y sobre todo Iniesta. Todo lo que hace es o dar balones laterales o perderlos, su aportación no es que sea escasa, es nula para el equipo, y un respiro para el rival que cuando el balón está por ese costado saben que no va a haber peligro.
Volvió el técnico asturiano a darle otra oportunidad y el resultado fue el de siempre, André Gomes sin aportar nada al equipo, y un equipo cojo por la poca aportación en el medio. No es la primera vez que comete este tipo de errores Luis Enrique en partidos de verdad importantes, en los que sólo vale ganar, sigue empecinado en que juegue un jugador que no está a día de hoy al nivel Barsa teniendo a Denis y sobre todo a un fuera de serie como Rakitic defenestrado en el banquillo. Y todo por los millones invertidos en verano y no por la calidad en el campo, una lástima.