El Barcelona se paseó ante el Deportivo en el último partido de la jornada del Domingo. Pero lo que nadie imaginaba era que las declaraciones posteriores a ese partido desataran una tormenta para el propio Barcelona. Al finalizar en la zona del palco, Guillermo Amor atendió a los micrófonos de Canal Plus con Mónica Marchante y confirmó que se habían puesto en contacto con el entorno de Antoine Griezmann y con el propio jugador para que recalara en el club blaugrana el próximo verano.
Tras estas declaraciones, toda la parroquia rojiblanca pidió a sus dirigentes que hicieran algo ante lo que ellos consideran una afrenta en toda regla. Y así el propio club se ha visto obligado a denunciar al Fútbol Club Barcelona ante la FIFA por maniobras ilegales en el fichaje exponiendo al club blaugrana a una sanción de hasta dos años sin poder fichar.
Ni Cerezo ni la directiva tenían ninguna intención de entrar en conflicto con el Barcelona, con quien por otra parte mantienen unas relaciones excelentes (o mantenían). Pero la confirmación pública de Amor unido a la cantidad de mensajes de indignación por parte de la afición rojiblanca les han dejado en un callejón sin salida. Ya había comentado Cerezo a lo largo de la semana pasada que había que desvincular los sentimientos del fútbol, que había que entenderlo como un negocio, por lo que da a entender que era consciente de que el entorno del Barcelona estaba tocando al jugador francés. Pero al haberse confirmado públicamente no le ha quedado más remedio que actuar de esa manera que en caso de demostrarse dejará muy tocado al Barcelona y a su proyecto.