El final de temporada del Barcelona está siendo la demostración de la mala gestión realizada durante los años de mandato de Josep maría Bartomeu. Un caos sin sentido, donde se le ha consentido todo a la plantilla, se les ha dado plenos poderes a los jugadores, y donde ahora mismo el vestuario es una situación ingobernable para cualquiera que llegue. Y para más inri tras la destitución de Valverde tras la Supercopa de España jugada en los Emiratos, al presidente actual (al que le queda sólo este año de mandato) se le ocurrió la idea de hipotecar al club y al siguiente presidente que llegue, firmando a Quique Setién por dos años, obligando al candidato que se haga con el control del club a pagarle el finiquito en caso de no querer contar con el cántabro en los banquillos, que también visto lo visto desde su llegada ería lo más lógico ya que le ha venido el club muy grande a un entrenador humilde que tiene gusto por el fútbol de toque y creación pero que le ha faltado mordiente en todos los equipos en los que ha estado.
Pero ya durante todo el mandato de Bartomeu se han producido todo tipo de situaciones surrealistas y que han dejado al Barcelona casi siempre en el ridículo, como el intento de fichaje de Verrati que se saldó con el pago del PSG de la claúsula de Neymar, los bochornos de Anfield y de Roma en la Champions que seguramente sean las peores derrotas en la historia de la competición, e escándalo del pago a la empresa para desprestigiar a los jugadores y que se mejore la valoración mediática de su figura…. Situaciones que no se pueden explicar y que le convierten tras Gaspart en el peor presidente que ha pasado por el Barcelona. Es cierto que con él se ganó el triplete del año de Luis Enrique, un oasis en 7 años de sinsabores y de una sensación constante de no haber podido sacar el rendimiento necesario a una plantilla y a un jugador como Messi, que desde que ganara la final de Roma con Guardiola, sólo ha disputado dos Finales de Champions más, un bagaje ridículo para el mejor jugador de la última década con mucha diferencia y que habla de lo mal gestionado que ha estado el equipo, sufriendo además las Champions consecutivas del Madrid.
Deja además una plantilla envejecida, sin relevos jóvenes de garantías, y gestionando muy mal la relación con jugadores que han sido importantes en las conquistas recientes del club, como es el caso de Rakitic, Dani Alves o Bravo, y sin saber gestionar bien la subida de jugadores de la Masía, que cada vez es más normal su marcha a otros clubes en busca de oportunidades incluso sin haber debutado con el primer equipo. Veremos el bagaje que le deja al siguiente presidente, pero a día de hoy no es nada alentador el panorama para el Barcelona.