La llegada de Konoplyanka a la capital hispalense fue recibida por los hinchas sevillistas con gran entusiasmo, pero entrada ya la segunda vuelta el papel del ucraniano está siendo residual y su adaptación al equipo está siendo costosa.
Para Emery de momento no entra en los planes, y eso que con el mal inicio del Sevilla en liga parecía que iba a entrar en el equipo, pero tras la victoria ante el Barcelona la reacción del equipo fue positiva y Konoplyanka se mantuvo en el banquillo. Las malas lenguas hablan de aires de superioridad del jugador, algo que Emery no tolera y al que no le tiembla el pulso en sentar al fichaje estrella del verano.
La otra explicación es que tras su buen partido frente al Madrid en el que consiguió su equipo la victoria se comenzó a hablar de él y su padre salió a escena reconociendo que su hijo había venido al Sevilla como paso previo para recalar en el Barcelona, su verdadero objetivo.
A día de hoy el club da como explicación que Konoplyanka está con molestias y justifican así la presencia del fisioterapeuta de la selección ucraniana,pero que un jugador de su calidad no está jugando de titular es más que sospechoso.