Hace ya años se acuñó por parte de Lieneker la famosa frase de que el fútbol es un deporte de once contra once en el que siempre gana Alemania, algo que se extendió y se hizo real con la soberanía del Bayern y los resultados en Mundiales y Eurocopas por parte de la Mannschaft. Tiempo después Alemania ya no gobierna con sus futbolistas el fútbol con mano de acero como antaño, aunque hay que decir que ganaron el penúltimo Mundial disputado en Brasil. Pero donde ahora han vuelto a dar un paso adelante clarísimo es en los banquillos. Son los más aventajados a día de hoy y en Europa los grandes clubes ya se han dado cuenta de ello. Los banquillos más poderosos han optado por dar la dirección de sus equipos a los entrenadores formados en la escuela alemana dado su superioridad a día de hoy.
La lista se convierte en interminable con los Nagelsmann, Tüchel, Klopp, Flick e incluso Joackim Löw. Entrenadores que adía de hoy son muy superiores al resto y exprimen al máximo plantillas con buenos jugadores pero muy alejadas de las superestrellas que acapararon durante años Madrid y Barcelona y que hicieron dominar con mano de hierro la Champions League al fútbol español. El precursor y formador de esta escuela de jóvenes talentos alemanes es Ralf Rangnick, un entrenador semi desconocido para el espectador no alemán, ya que ha entrenado en su país a equipos no punteros, llevándoles a grandes rendimientos y que instauró una escuela de presión alta, intensidad máxima y juego rápido por bandas que exprimen al máximo todos sus alumnos ahora mismo. Ahora mismo están un paso por encima de todos sus rivales, dando gran ventaja sobre sus rivales y con el colofón de campeón de la Champions para Tüchel que cogió un equipo que con Lampard estaba desahuciado, y que acabó siendo el mejor equipo del año.