El Real Madrid siempre ha presumido de títulos y de una gestión de club impecable, pero el relato se está viniendo abajo con severidad. Tras el fracaso más que estrepitoso del Nuevo Bernabéu donde se triplicó el presupuesto inicial y donde nada ha cumplido las expectativas ni monetarias ni estéticas, siendo el centro de los memes de todo el mundo por el resultado, ahora sale a la palestra la posibilidad de vender el 49% del club a empresas externas merced al ahogo económico que sufre el club debido a los gastos realizados sin poder obtener los beneficios esperados por ello. Ningún concierto, la imposibilidad de abrir el sky bar con la cancelación de la palanca americana que se había presupuestado, y los gastos en primas de fichajes de algunos agentes libres han terminado de ahogar al club blanco.
Como solución al problema del estadio se volvió a repetir la historia del 2000 con una recalificación por parte del gobierno de Madrid para salvar por segunda vez al club, vendiendo por el doble del dinero del que vale un terreno de su ciudad deportiva, en una maniobra que debería revisarse por parte de las autoridades competentes. Y ni con eso parece que el club saca la cabeza del pozo, y se plantea convertirse en parte en SAD, sacando a bolsa el club y vendiendo el 49% del mismo a empresas externas que aporten el dinero y dejando el 51% en manos de los socios. Dicen que como el modelo del Bayern, pero los de baviera solo venden el 25% del club y a empresas con sedes en Múnich. No es lo mismo para nada.
Un club que siempre ha criticado las palancas del archienemigo Barcelona y que ahora que lo van a realizar o se lo plantean lo venden como maniobra magistral de gestión de un Florentino que está pinchando en hueso últimamente, con fracaso de la Superliga incluido. La inversión además en este verano ha sido muy fuerte, por lo que se espera además éxito deportivo tras la floja temporada del año pasado. Y si a eso se le une la campaña que está liderando el club contra los árbitros con un papel de víctima que nadie se cree, está dañando la imagen del club a nivel internacional seriamente. Un daño doble que va a ser difícil de reparar. Por mucho que la prensa de Madrid tape y camufle muchas de las decisiones tomadas, cada vez son más los que destapan las chapuzas que se están haciendo por detrás en el club blanco.