La hazaña realizada ayer por la selección de Islandia es una de las mayores gestas en la historia de los mundiales. Que un país de apenas 300.000 habitantes se haya clasificado para el Mundial, tras haber disputado la Eurocopa, donde ya llegó a eliminar a Inglaterra en octavos de la competición, da muestras de la dimensión del logro realizado. En un grupo nada fácil, con Croacia, Turquía o Ucrania, los «vikingos» han vuelto a desafiar a la historia y se han metido por primera vez en su historia en un mundial y no de cualquier manera, siendo primeros de su grupo y accediendo de manera directa, nada de repescas.
Ayer el rival era asequible totalmente para la hazaña, e Islandia no falló. Sigürdsson, el alma de esta selección, anotó el primer gol en una maniobra de calidad para dar tranquilidad al estadio y a todo el país que estaba pendiente a sabiendas de que una victoria suponía una fiesta nacional. Pero lejos de conformarse, realizó otra jugada de ensueño para dar una asistencia que sí que aseguraba de manera definitiva ya la presencia del equipo norteño en el evento mundial. Una gran noticia en unos tiempos donde cada vez las diferencias son mayores y las sorpresas son cada vez menos frecuentes. Ahora todo el mundo querrá evitar a una selección que es mucho más peligrosa de lo que la pintan.
Otra vez más tras un mal partido inaugural de Portugal y de Cristiano, el de Madeira soltó su lengua tras el partido. Realizó unas declaraciones en las que se equivocó totalmente, acusando a Islandia (es su primera Eurocopa de la historia y tienen una población igual a la de Alicante) de encerrarse atrás y de sólo salir a la contra (fútbol que tanto gusta al portugués) y de celebrar el empate como si hubieran ganado la Eurocopa. Es lógico que un país pequeño en su primera participación celebre un empate ante Portugal con un tres veces balón de oro en sus filas, lo que no es normal es que Cristiano que celebra los goles de penalti o los goles intrascendentes como si fuera la final de la Champions se queje por ello.
Todas estas declaraciones son fruto de la impotencia y la desesperación de verse en un mal momento físico (ya llegó muy justo al final del campeonato con el Madrid) y de ver que nunca termina de realizar un partido redondo en un campeonato con su selección. Ayer no tuvo excusa, se enfrentaban a una de las selecciones más débiles del torneo, se adelantaron incluso en el marcador y acabaron viéndose empatados e incluso Islandia pudo llevarse el partido. Cristiano además estuvo desacertado, no fue el líder que su selección necesitó y eso él lo sabe y le reconcome por dentro. Además las noticias sobre Messi desde la Copa América no ayudan (hat-trick ante Perú) y le ponen incluso más nervioso.
No es la primera vez que Cristiano realiza este tipo de declaraciones en contra de rivales o incluso de compañeros de equipo, pero esta vez es el capitán de su país y se espera un poco más de cordura a un jugador que ya ha cumplido los 31 años y que no puede tener estos arrebatos de niñato. Ese carácter excesivamente ganador que tantos beneficios deportivos le ha traído, también le traiciona muchas veces en ruedas de prensa y eso es algo que ya no va a cambiar. Así es Cristiano o le quieres o le odias no tiene término medio.
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