Con el paso de los años los precios y la inflación van subiendo, pero las cifras que se están manejando este verano ya por algunos jugadores excede lo normal. Las cantidades que se van a llegar a pagar por jugadores como Pogba o Higuaín hacen que la figura de un buen director deportivo se más necesaria que nunca. La reconstrucción que está llevando a cabo el Manchester United, la fuerte inversión tras el desembarco en el City de Guardiola o el siempre agitador Bayern hacen que el mercado esté dinamitándose poco a poco. Que la Juventus vaya a vender a Pogba por una cifra cercana a los 120 millones y a su vez use prácticamente íntegro ese dinero para el fichaje de Higuaín (en torno a los 100 millones) provoca cierta sensación de locura por parte de los clubes europeos.
El nuevo contrato televisivo de la Premier (que tras su salida de Europa veremos en que queda) unido a la llegada de los magnates petrolíferos han reventado el mercado, sólo el Madrid (club más valios del mundo) y Barcelona (por la generación y trapicheos en fichajes que realiza) pueden seguir el ritmo de estas superpotencias que fichan a golpe de talonario pero sin una idea clara del objetivo que desean. Sólo así se puede explicar que el Manchester City desde la llegada del jeque allá por el 2008 siga sin ser un equipo que haya hecho nada reseñable en Champions League, superando este año por primera vez en su historia los octavos de final. Lo peor es que estas locuras no tienen visos de cambiar, los precios van a ir subiendo cada vez más y sólo subsistirán clubes con buena cartera de ojeadores y fichajes baratos y jóvenes como el caso del Dortmund, Atlético o Sevilla. Estamos quizás ante una época de cambio donde acabarán dominando equipos sin ningún tipo de historia más que desde la compra de su club por parte de un multimillonario, una lástima para la historia del fútbol.