Se confirma que Kepa Arrizabalaga se convierte en nuevo jugador del Chelsea previo pago de 80 millones de euros en la sede de la Liga (su cláusula) convirtiéndose en el portero más caro de la historia y en el traspaso más alto por un jugador español realizado jamás. Todo ello tras haber disputado más partidos en segunda división que en primera lo que hace evidente la inflación que ha sufrido el planea fútbol tras la barbarie desembolsada por Neymar el verano pasado.
Kepa deja así el Athletic tras haber renovado en Enero pasado con el club bilbaíno tras las tentativas realizadas por el Real Madrid que querían aprovechar que este verano el guardameta vasco quedaba libre para poder firmar con cualquier equipo. Una situación similar a la que ha vivido Courtois y que ha llevado al Chelsea a afrontar este desembolso excesivo y que junto con el de Allison al Liverpool hacen que los años venideros las distancias entre los grandes clubes más los de la Premier (gracias al acuerdo televisivo astronómico alcanzado) se conviertan en insalvables en muy poco tiempo.
Para Kepa es cierto que es un paso adelanta en su carrera, además de estar convencido de tener más posibilidades de ser titular con España en un equipo internacional y con más eco mediático que su Athletic, pero el poso que deja un desembolso así, por un portero, es preocupante. El fútbol por desgracia hace tiempo que dejó de ser un deporte para convertirse en un negocio que está cargándose toda la emoción y competitividad que tanto atraía años atrás.