La Real Sociedad necesitaba dar un golpe de efecto en su plantilla después de una temporada con más decepciones que alegrías. Con la salida en navidad de Carlos Vela y la ya anunciada para verano de Xabi Prieto, junto con la de Carlos Martínez (aunque esta última en menor medida), dejaban falta de referentes a una plantilla a la que le faltaba algo de mordiente para aspirar de nuevo a puestos europeos. La marcha de Odriozola rumbo al Bernabéu tampoco ha ayudado al equipo.
Pero en estas los canteranos con calidad como Oyarzábal (que ha asumido el dorsal 10 del capitán Prieto) o Illarramendi deben dar un paso adelante. Además y siendo un fichaje poco sonado han traído al navarro Mikel Merino, un jugador desconocido en España pero que se fue al Dortmund como promesa para acabar triunfando la temporada pasada en el Newcastle y convertirse en la gran esperanza txuriurdín de esta temporada.
Merino lo tiene todo para triunfar en el fútbol español, clase, visión de juego, y una velocidad en conducción con el balón que le hacen desequilibrante para cualquier defensa y que le permiten abrir espacios y opciones de ataque para el resto de compañeros. Le falta madurar todavía algo su juego, pero estamos ante un jugador muy joven que viene con muchas ganas de demostrar lo gran futbolistas que es y que fue petición expresa del nuevo entrenador donostiarra Garitano que puede sacar la mejor versión del medio como ya hiciera el año pasado con Gabriel Pires en el Leganés. Mucha calidad ha fichado para su centro del campo la Real, solo hace falta que encaje tan bien como se prevee.