El partido que a priori se avecinaba como final de conferencia anticipada fue una auténtica decepción, el entrenador de los Warriors Steve Kerr decidió dar descanso a Curry, Thomson, Green e Iguodala, que se sumaban a la baja por lesión de Durant, dejando un partido insulso y sin historia ante unos Spurs que hoy mismo ya se han colocado como mejor equipo de la liga empatados con los Warriors. Es cierto que los de la bahía han tenido ocho partidos en trece días, pero esta extrema rotación dejó sin ninguna historia un partido por el que se llegaron a pagar grandes cifras por parte de los aficionados.
El encuentro debido a su trascendencia fue retransmitido a nivel nacional, y ha habido muchas quejas por aprte de patrocinadores, publicistas y sobre todo aficionados que pagaron la entrada por el espectáculo ofrecido. El precursor de estas rotaciones en giras largas fuera de casa fue Poppovich, que ya en 2014 ante Cleveland no convocó a su big three (Duncan-Parker-Ginobili) pero en este caso el partido se decidió por sólo tres puntos para los de Ohio. Tras esto, los tejanos fueron multados con 250.000 dólares por parte del ya retirado David Stern, por lo que se espera que Adam Silver continúe con la política de su predecesor.
Steve Kerr tras el partido comentó que lleva ligado desde 1984 a la NBA y jamás había visto tanta acumulación de partidos y kilómetros en un calendario como lo que han tenido que hacer estos días sus Warriors, las estadísticas dicen que en los back to back las probabilidades de lesión son el triple que con un día de descanso entre partidos, por lo que Kerr se excusa en eso para sus rotaciones. Este tema de acumulación de partidos es algo que lleva ya varios años en debate, y Silver ha confirmado que la temporada que viene va a empezar diez o doce días antes de lo habitual para intentar evitar este tipo de situaciones, pero la multa sobre los Warriors por las rotaciones de Kerr debe ser obligatoria. O todos o ninguno como se suele decir.