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Despropósito United

Otro «fin de temporada» más y un nuevo decepcionante puesto en la Premier para el Manchester United, fuera de la Champions una vez más y con una campaña mediocre sin nada con qué alegrar a sus aficionados. Si acaso la irrupción de Mason Greenwood, que ha dado algo que llevarse a la boca para el público de Old Trafford, a parte de la victoria antes sus vecinos de Manchester en una Premier para el olvido de los Citizens.

Pero ahora comienza el baile de nombres para un club que siempre ha estado en el pódium de los clubes más ricos del mundo, junto con el Real Madrid. Un bale que no suele tener sentido ni cabeza a la hora de pagar precios de los jugadores. Recordar que el United pese a sus mediocres campañas ha realizado fichajes desorbitados como el de Pogba, McGuire, Alexis o Bruno Fernandes. Una política de fichajes absurda y que no pretende recuperar el nivel del equipo a base de un solo jugador generalmente sobrevalorado, y que acaba por hipotecar los años siguientes del club por su traspaso y contrato firmado.

Este verano empieza a sonar el nombre de Jadon Sancho, un buen jugador de 19 años, por el que quieren llegar a pagar más de 180 millones de euros. Un jugador formado en la cantera de los vecinos del City y que Guardiola no supo gestionar bien y terminó por buscar sus minutos fuera del equipo skyblue (como también ha pasado con Brahim y veremos con Foden). Sería un jugador más que interesante para los diablos rojos, pero antes deberían reforzar zonas más importantes como los cuatro puestos de la defensa y el centro del campo, que desde hace mucho tiempo dejan mucho que desear. No todo es fichar jugadores ofensivos sin criterio, hay que construir un bloque equilibrado que sepa competir y a partir de ahí meter las guindas. Veremos cómo va el mercado de nuevo para el United, pero mucho me temo que será otra mala campaña y Solskjaer caerá rápido después de la inversión que se va a realizar.

Golpe de realidad

El Manhester United, el club más rico del mundo, el gran dominador del fútbol inglés las últimas dos décadas, se ve superado por todos los rivales a los que otrora dominaba con mano de hierro. Especialmente dolorosa es su relación con el vecino Manchester City. Los sky blues han sido siempre un rival menor para los red devils, incluso con la compra del equipo por parte del jeque, el United seguía imponiéndose con asiduidad y continuaba conquistando Premier Leagues. Pero tras la marcha de Alex Ferguson del banquillo de Old Trafford todo cambió para el equipo, ni Moyes ni Van Gaal ni mucho menos Mourinho, que además va a dejar consecuencias nefastas la estancia del luso en el banquillo, han sabido reconducir a la senda de la victoria al equipo más rico del mundo.

El derbi de esta tarde dejó muy clara la superioridad del City, que con un partido nada extraordinario se llevó de calle un partido en el que los visitantes sólo tiraron a puerta merced a un penalti absurdo de Ederson sobre Lukaku que transformó Martial. El resto del tiempo fue una tortura para el United donde se evidenció que no juegan a absolutamente nada, se dedican a dejar que el tiempo transcurra y cuando el rival se adelanta en el marcador no varían su primitivo plan lo más mínimo. Y por si esto fuera poco, ayer Pogba estaba en la grada y desde el club lo intentaron maquillar como unas molestias, pero estaba claro que es otra nueva disputa entre el jugador francés y Mourinho, tónica habitual durante toda la temporada.

Ahora mismo está ocho puntos de los puestos de Champions League, ya descartado para el título y con serias dudas de pelear por la cuarta plaza, mientras que en la Champions su inesperada e inverosímil victoria ante la Juventus hizo que tengan todas las oportunidades intactas para pasar de ronda, ganando al Young Boys en Old Trafford serán equipo de octavos del torneo continental. Pero por otro lado ya fueron eliminados por un conjunto de tercera de la Copa de la Liga por lo que las sensaciones que se desprenden de esta temporada son muy malas.

Mourinho y su cuento de siempre

Un año más no ha comenzado la Premier League y Mourinho ya ha comenzado a llorar por problemas de fichajes y de calendario. La historia de todos los años se repite, aunque lo curioso es que este año se da antes que nunca, antes incluso de que comience la temporada. El técnico luso, tras ser vapuleado por el Liverpool 1-4 en Portland, comentó en rueda de prensa que había dado una lista de cinco fichajes a los dueños del club y que a su vuelta de vacaciones no había recibido ninguno, y que tampoco ya lo esperaba.

Lo que se olvida Mourinho es de que lleva dos años realizando inversiones titánicas para el primer año entrar en Champions gracias a ganar la Europa League (ya que vías Premier quedó quinto muy alejado de la cuarta plaza) y que el año pasado tras los fichajes millonarios de Lukaku, Lindeloof o Matic, más la incorporación en invierno de Alexis Sánchez a petición expresa de Mourinho, y el técnico fue apeado en los octavos de final de la Champions ante el Sevilla en su propio estadio y en ningún momento llegó a ser rival del Manchester City en la lucha por la Premier League. Un bagaje paupérrimo para la inversión realizada.

Con todo el de Setúbal tiene la desfachatez de insinuar que va a ser incapaz de aspirar a ningún título, que con su plantilla actual (tiene a varios jugadores de vacaciones todavía por el Mundial) no se ve capaz de ganar el primer partido de Premier League ante el Leicester y que todo vuelve a estar en su contra. Como si alguien perdiese un minuto en hacer la vida imposible a un entrenador que lleva años de capa caída, que ya no es el que era y al que parece que pese a renovar su tiempo en el banquillo de Old Trafford no será tan largo como él sospechaba.

Mourinho desprecia el valor doble

Una noche más de Champions, un equipo de José Mourinho jugó un partido insulso e inoperante en ataque. Volvió a buscar el 0-0 en casa ajena despreciando el valor doble que tienen los goles fuera de casa y jugándosela toda en su estadio, consciente de que cualquier empate beneficia al rival, y que tendrá que jugar al ataque, algo a lo que su equipo desgraciadamente no está acostumbrado.

Ya le salió el tiro por la culata en las semifinales de 2014 frente al Atlético, donde fue al Calderón a la ida a empatar y acabó sucumbiendo 1-3 en su estadio. A día de hoy desperdiciar la ventaja que te da marcar en casa ajena en un torneo tan igualado como la Champions marca la diferencia en las eliminatorias y es algo que el luso parece empeñado en desperdiciar.

Se intuyó desde el inicio con Pogba en el banquillo y con Matic, Ander Herrera, y el imberbe McTominay con la clara tarea de destruir el juego del rival, y sin ninguna intención de construir. Para eso dejó como un islote a Lukaku (al que no le llegó ni un balón decente) y puso a Mata y Alexis para aprovechar algún rechace de los balonazos al belga. Una propuesta muy pobre ante un Sevilla que mereció mucho más premio que el empate.

Veremos si en Old Trafford Mourinho cambia el plan o sigue con su propuesta pobre de fútbol pese a las inversiones multimillonarias en fichajes, o si de verdad hace honor al nombre del equipo al que dirige y da un puñetazo sobre la mesa. Pero como se descuide el Sevilla a poco que esté más acertado que anoche le hace un auténtico traje a los diablos rojos.